Un buen día Chica Sobresalto se matriculó en Psicología en la UNED. Y cuenta que lo hizo más que porque le interesara «la ciencia», buscando respuestas a preguntas sobre procesos mentales y emocionales que ella misma ha experimentado a lo largo de su vida. Eso explica el nombre de este disco, ‘Sinapsis’, una aproximación intercelular entre neuronas; y también el título de las canciones del mismo, cosas como ‘Somatropina’, ‘Melatonina’, ‘Dopamina’, ‘Endorfina’, ‘Adrenalina’, ‘Serotonina’ u ‘Oxitocina’. Menos mal que existe la Wikipedia: no las tengo todas conmigo de que cupieran en el diccionario Iter Sopena.
Musicalmente, la línea artística es algo más sencilla de explicar: a Maialen Gurbindo le cambió la vida ‘1999’, el disco de Love of Lesbian de 2009, dice para ser exactos que aquellos vídeos dirigidos por Lyona le «volaron la cabeza», por lo que ha recurrido a un equipo artístico similar. Lyona está detrás de los vídeos de ‘Fusión del núcleo’, ‘Selección natural‘ o ‘Adrenalina‘, mientras en la producción musical encontramos a Santos y Fluren. Además de con Love of Lesbian, ambos han trabajado con Sidonie y Quique González, y de manera significativa el último de Luz Casal, a quien nos puede recordar el tipo de pop-rock que Chica Sobresalto presenta en la pista 1, ‘Somatropina’.
Los estudios de Psicobiología sobre hormonas y neurotransmisores sirven a Chica Sobresalto para tratar de encontrarse a sí misma en unas canciones que hablan sobre autoestima (la mencionada ‘Somatropina’), desafiar «las leyes de la física» (‘Melatonina’) o firmar «tratados de paz con una parte de tu sien» (‘Serotonina’). En ocasiones y al margen de sus apuntes universitarios, pues parece influencia más bien de algunos de los músicos que admira o con que ha trabajado, el mensaje se pierde entre «catarsis de psicodelia», «explosiones de excentricismo narcisista» y «estupefacientes psicotropicales», como sucede en la colaboración con Zahara, ‘Adrenalina’. Cuando tratas de hablar en voz alta de algunas de estas canciones, esto a veces parece -más que un álbum- un examen de la carrera para el que no has estudiado lo suficiente. Algo que no le pasó precisamente a Juan Luis Guerra en ‘Bilirrubina’.
No parece casualidad que ‘Sinapsis’ sea mucho mejor cuando se comunica con el público a través de palabras mundanas, por todos asumibles. Después de un medio tiempo electrónico llamado ‘Endorfina’, sexual y evidente junto a Nixon (el grupo, no Francisco), emerge la mejor canción de su repertorio. ‘Selección natural’ es una composición a piano dividida en fases que critica que en el mundo Operación Triunfo -y en otros sitios- «todo gire demasiado deprisa». Como metáfora, se permite el lujo de añadir una coda preciosa de 2 minutos cuando ya la habías dado por terminada. Tras afirmar que ella no piensa «jugar a selección natural / sálvese quien quiera que yo no», Gurbino ofrece una reflexión interesante: «Necesito volver a respirar bajo el agua / Ser un animal que se adapta al medio / Pero me he convertido en el medio al que nadie se adapta».
‘Fusión del núcleo‘ es la otra gran cumbre del álbum, además realzada por el pie que le ofrece en sus últimos segundos ‘Oxitocina’, extrañamente orientada hacia la guitarra cruda de PJ Harvey (como ‘Dopamina’, que también es algo áspera). ‘Fusión del núcleo’ contiene el estribillo más destacable del álbum, uno que podrían haber entonado Amaral, sin traicionar las campos semánticos del álbum, «moléculas» y otras muchas cosas, tales como «cuerpos celestes». A veces esas figuras literarias son rocambolescas o excesivas, produciendo un aviso de «exceso de carga». Sin embargo, no es lo que sucede con la composición ni con la producción, con pequeños arreglos de cuerda o teclados muy bien traídos, señal de un buen gusto musical que apreciamos especialmente en ‘Serotonina’, de un acabado un tanto Beth Orton.