Conocimos a los navarros Kokoshca con canciones tan icónicas como ‘La fuerza’ y ‘No volveré’, punk pop agitado de base underground pero con el potencial comercial de Alaska y los Pegamoides. La banda liderada por Iñaki López y Amaia Tirapu ya va por su 6º disco y en esta década de carrera les hemos visto pegarle a géneros dispares como el bolero, la canción latina o incluso el flamenco, siempre a modo más bien de condimento, sin alejarse demasiado de su esencia rock.
En este disco homónimo, Kokoshca han querido dejar en un segundo lugar la guitarra para jugar más bien con los teclados y los ritmos, con la asistencia del productor Raúl Pérez y los teclados de Javier Carrasco «Betacam». Como resultado, hemos conocido singles que se salen bastante de su zona de confort, como ‘Himno de España’, uno de esos temas en fases en que caben los ritmos funk y los acordes andaluces; y el kraut ‘Asia’, dedicado a Iñaki Ochoa de Olza, un montañero de Pamplona, «punk, fan de Bob Dylan, escritor y alma libre que murió en la pared sur del Annapurna».
‘Himno de España’ fue el primer single y ‘Asia’ es lo primero que encontramos al enfrentarnos al disco ‘Kokoshca’, si bien la banda de Pamplona no ha descuidado sus himnos de pop prestos para el pogo. Incluso se le dan mejor: la historia de Asia fluye ayudada por su guiño a ‘Heroes’ de Bowie’, pero lo de ‘Himno de España’ es complicado. Presenta un retrato satírico de las contradicciones de nuestro país, con un mensaje que se queda en medio de la nada, incomodando a propios y extraños por su tibieza, en tiempos sin lugar para las medias tintas. Y, sobre todo, su clímax (los últimos «hace mucho calor») tarda minutos y minutos en llegar, haciendo que nos preguntemos si para ese final explosivo imaginario del concierto, quedará ya alguien en «la sala Dabadaba».
En cambio, lo de ‘Te sigo esperando’ y ‘Voy a salir de esta’ es amor a primera vista. Esta última es muy Punsetes en lo melódico, o muy Ataque de Caspa si lo preferimos, pero añadiendo un teclado muy eficiente y sobre todo un buen estribillo con una letra de lucha interna, que trata de levantarse para superar un momento bajo. Es una gran canción de autoayuda. Y ‘Te sigo esperando’, con la colaboración de Mujeres, es la típica canción perfecta de Kokoshca, con ritmazo trotón, estribillaco, ganchos y una historia con la que la generación Tinder va a comulgar muy fácilmente: la letra habla sobre no perder la fe en encontrar el amor. Y lo hace con ternura («aunque me han hecho mucho daño, no he aprendido a hacer daño») y humor («me he tatuado tu nombre sin conocernos, para que no haya dudas al conocernos»).
Kokoshca completan su álbum con canciones muy buenas, como la historia costumbrista de ‘Regresando a la ciudad’, en la que Iñaki y Amaia dialogan para contar una historia de amor y reencuentros (el registro pimpinelesco no es el que más explotan como dúo, por lo que la canción funciona por lo que tiene de excepcional); y no tan buenos. La psicodélica ‘El rayo’ y sobre todo ‘Lo tiro’, sobre una pelea con el director de su sello (Luis de Sonido Muchacho, también bajista de Punsetes), vuelven a quedarse en la broma interna como ellos también suelen acostumbrar.
La balada 50’s ‘Aire’ situada al final y dedicada a un amigo fallecido, y el atractivo juego de teclados de ‘Confusión’, una canción que llama a apreciar las cosas importantes, terminan de equilibrar la balanza hacia el notable alto. Pese a la errática elección de singles y a cierta tendencia a complicarse la vida, a fin de cuentas el disco reúne interesantes pedazos de nuestra sociedad -de ese barrio que vota al completo al PP a ese personaje que no pierde la fe en el pop- junto a una considerable amalgama de estilos. Se percibe en los textos promocionales cierto empeño (cierto agobio) por la llegada del disco definitivo de Kokoshca que les haga subir ese peldaño en la industria musical que merecen desde el principio, y por eso quizá este álbum es, a estas alturas, homónimo. Pero hay otra cosa que poner en valor y es el gran número de canciones sobresalientes que acumula el cuarteto después de 6 discos. Si este no lo peta, fliparemos con el «Kokoshca Greatest Hits Tour».