Este miércoles se ha celebrado la XIII Edición de los Premios MIN y por primera vez la gala ha salido de Madrid. Burgos era la ciudad elegida, y el Teatro Principal, el marco-incomparable. Esta edificación isabelina de mediados del siglo XIX dio empaque a unos galardones que se han asentado hace tiempo entre los más dignos del país. Y lo han hecho al no seguir un criterio tan random como el de los Premios Odeón, y con un cometido claro en su apoyo a los sellos pequeños, por mucho que algunas cosas sucesivamente fichadas por Sony, Universal o Warner se les vayan quedando fuera, cuando en espíritu siguen perteneciendo aquí. Fotos: Gianfranco Tripodo.
Esta vez el elenco de ganadores y performers conformó una de las mejores ediciones: Delaporte se hicieron con 3 premios -mejor artista, mejor vídeo, mejor grabación electrónica- y realizaron una presentación preciosa junto a DORA, la balada ‘La bestia’ en el modo de su proyecto ‘Titanas’. Rigoberta Bandini se hizo con los galardones a mejor artista revelación y mejor canción del año (‘In Spain We Call It Soledad‘), y además protagonizó uno de los momentos más cómicos de la noche al recorrer el patio de butacas tan cargada de premios, obsequios y botellas de Ribera del Duero que a duras penas podía llegar a su sitio. Y Triángulo de Amor Bizarro se hicieron con el Álbum del Año, como casi siempre, de nuevo muy merecidamente. Eso sí, a falta de que alguien acaparara todos los premios importantes, diría que Rodrigo Cuevas fue quien robó la noche como maestro de ceremonias.
Los Premios MIN siempre han intentado currarse las presentaciones de la gala. Eso supone una lista que incluye nombres tan pintorescos como Anne Igartiburu y el equipo de El Mundo Today. Dentro de su modestia, la selección del autor de ‘Manual de cortejo‘ fue un acierto. Además de interpretar una estupenda versión a piano, con samples, de ‘Rambalin’, e improvisar un tema a capella mientras Triángulo terminaban de montar, se coló entre el público para tomarle el pelo durante sus presentaciones. A Alizzz, Rodrigo le amenazó con colarse en su hotel para tatuarle el logo de los MIN para que no se olvide de ellos en los Grammy latinos.
Como presentador, Cuevas había comenzado en un vídeo desnudo de cintura para abajo, si bien con los genitales pixelados, en un gag en que fingía que la ceremonia la iba a presentar por Zoom desde casa; salió a escena portando una gigantesca bandera recordando a la ‘Libertad guiando al pueblo’, en honor a todos los bares y teatros que abrieron en toda España, no solo en Madrid, en crítica de la visibilidad que ha recibido por este asunto Isabel Díaz Ayuso; bromeó sobre los solteros que hay cada 37 kilómetros en la España vaciada (exactamente 1); y muy agudo estuvo cuando recordó que Mujeres era la única forma de encontrar mujeres nominadas en 2009. No fue el caso de esta noche en que además de las artistas citadas también triunfaron Maria Rodés por el excelente ‘Lilith’, Ginebras y Belako, quienes devanearon entre la denuncia de la precariedad del sector antes de la pandemia, y el grito de «menos heteras, y más bolleras».
De la presentación en vivo de ‘Todo me sabe a poco’ de Alizzz hasta la de Triángulo de Amor Bizarro para cerrar -lástima esa guitarra que no quiso sonar al final de una ‘ASMR para ti’ que nos estaba trasladando al Roadhouse de ‘Twin Peaks’-, la ceremonia se desarrolló bastante ágil, sobre todo gracias a que algunos premios se presentaron en bloques de 4. La reivindicación del euskera con la actuación de Zetak, o del asturiano y el aragonés en boca de Rodrigo se convirtió en una broma recurrente en lugar de un lastre, y además se vivió un momento emocionante cuando Julio Ruiz, a punto de retirarse, recibió el Premio Mario Pacheco, entrevistado brevemente por Mark Kitcatt.
Siempre hay alguien que se aburre en una ceremonia de este tipo, como en los Goya en directa relación con el número de obras que conozcas, que hayas visto o hayas escuchado. Si en los últimos meses Rodrigo Cuevas y Rigoberta Bandini son dos de los artistas que más te han revitalizado, si quieres disfrutar de Alizzz antes de que se lo lleven los Grammys (aunque al recoger su premio aseguró ser de la generación FIB/Planetas y pertenecer a este lugar), también si no te cuadra que Triángulo hayan hecho el Disco del Año pero no a la vez el Disco de Rock del Año, que fue para Belako, se te quedaba una noche de lo más pintona. Lo que incluyó después la toma de los bares de la ciudad, abiertos hasta las 2, por parte de todos los asistentes. ¿En cuál era el after-party, preguntaba alguien? En cualquier cosa abierta, parecía la respuesta.
‘Mejor Grabación de Electrónica’: Delaporte por ‘Las Montañas’
‘Mejor Álbum de Música Clásica’: Alba Ventura por ‘Mozart Piano Sonatas Vol. 1’
‘Mejor Álbum de Pop’: Ginebras
Premio SAE Institute a ‘Mejor Producción’: Triángulo de Amor Bizarro por Triángulo de Amor Bizarro
‘Mejor Álbum en Gallego’: Néboa por ‘A Realidade Enganosa’
Premio Instituto Ramón Llull al ‘Mejor Álbum en Catalán’: Renaldo & Clara por L’amor Fa Calor
Premio Instituto Etxepare al ‘Mejor Álbum en Euskera’: Zetak por Zeinen Ederra Izango Den
Premio Soundie al ‘Mejor Videoclip’: Delaporte por ‘Las Montañas’
‘Mejor Álbum de Flamenco’: Astola y Raton por Rock de Palo
Premio Gibson al ‘Mejor Álbum de Rock’: nBelako por Plastic Drama
Premio Ribera del Duero al ‘Mejor Artista Emergente’: Rigoberta Bandini
Premio al ‘Mejor Diseño’: Crudo Pimento por 7 Acúfenos
Premio al ‘Mejor Álbum de Música de Raíz’: Maria Rodes por Lilith
Premio AIE al ‘Mejor Álbum de Jazz’: Jorge Pardo y y Gil Goldstein por Brooklyn Sessions
Premio Amazon Music al ‘Mejor Artista’: Delaporte
Premio a Mejor Grabación de ‘Músicas Urbanas’: Alizzz
‘Mejor Álbum Internacional’: Fontaines DC por A Hero’s Death
Premio Radio 3 a la ‘Canción del Año’: Rigoberta Bandini por ‘In Spain We Call It Soledad’
Premio The Orchard al ‘Álbum del año’: Triángulo de Amor Bizarro por Triángulo de Amor Bizarro