A estas alturas hay que vivir en una caverna para no haber percibido que ‘Todo de ti’ es la canción del verano en España y medio mundo. Se han enterado esta vez hasta en Los 40 Principales, que es más de lo que pudimos decir el verano de ‘Malamente’. El tema tiene tan amarrado el número 1 oficial de nuestro país como en sus respectivos años ‘Bailando’ (la de Enrique Iglesias) o ‘Despacito’, es cuádruple platino y ha lanzado también la totalidad del álbum a un éxito monstruoso que estará bien abrazado a las listas durante el resto del año y 2022. Sin necesidad de prensa, ni biografía en la Wikipedia -donde tiene un perfil raquítico-, el portorriqueño es uno de esos cantantes que se han ido haciendo un nombre a través de Youtube, las playlists de Spotify y los challenges de TikTok.
Explicado el fenómeno, ¿qué nivel cualitativo hay en ‘VICE VERSA’? El fenómeno ‘Todo de ti’ es interesante. De nuevo, como hemos venido observando últimamente, no es la producción de reggaetón más ortodoxa. Al contrario. Más bien, y tomando como referencia el enorme éxito de The Weeknd y Dua Lipa el año pasado, bebe de los mismos años 80 que ‘Blinding Lights’. No puede sonar más a Visage, y a todos los grupos que los siguieron a ellos y a Depeche Mode, de Vive la Fête a Javiera Mena, que bien podría estar con un cabreo de tres pares de narices por no haber tenido más repercusión reivindicando exactamente lo mismo, los 80 y lo latino, desde hace lustros ya.
Abel Tesfaye es la referencia absoluta de ‘VICE VERSA’, como es muy perceptible en los primeros compases de ‘Desenfocao’. Pero es que además ‘After Hours’ contenía algunos guiños al drum&bass y al UK garage, y eso es exactamente lo que encontramos aquí en ‘¿Cuándo fue?’. La locura de la canción de deriva cambiante como ideada para el viral en TikTok hace pensar irremediablemente en ‘Safaera’ de Bad Bunny, el verdadero «leader», nunca un «follower». Pero hay que reconocer que el tramo central de ‘VICE VERSA’ realmente sirve.
El disco incluye en su primera mitad un tema tan predecible en 2021 como ‘Sexo virtual’, un ‘Track 4’ completamente incomprensible y un ‘Nubes’ con miles de “sube a mi nube” que ya se inventaron Fangoria. Y termina con un par de temas tan poco apetecibles como el funk austero de Anitta, en este caso no muy bien aprovechada en ‘Brazilera’, y un corte llamado ‘Tengo un pal’ que parece mentira que sobreviva en pleno debate sobre la causa feminista y LGTB+ y el auge del odio. Toda la pereza en torno a ese «par de putis enseñando las tetis» y a ese «par de putas que quieren coger», sobre todo en un disco que incorpora al pobre Mario Benedetti de la siguiente manera: «Te escribo poemas a lo Mario Benedetti / De tu cuerpo y tus piernas atleti / De aquel beso comiendo spaghetti». ¡Que aprenda de la Karol G de ‘Bichota’ cómo hacer una letra realmente diverti!
Pero la parte media del disco se crece, como decía: pese a esas toses tipo covid-19 y carraspeos, como si fueran recuerdo de la quinta ola de contagios, ‘Aquel Nap ZzZz’ se convierte en un tema de instrumentación cubana bastante chulo; a continuación ‘Cúrame’ aparece vinculada con un punteo evocador y un flow incuestionable; ‘Cosa guapa’ presenta un trasfondo intrigante sobre una base deformada, ligeramente influida en su tramo final por Burial y Jamie xx; a continuación emergen las mencionadas ‘Desenfocao» y ‘¿Cuándo fue?’, esta última con la intervención de Tainy (J Balvin, Bad Bunny, Dua Lipa), porque aquí todo queda en casa; y ‘La Old Skul’ mantiene el brío con su bucle circense y su sample de Daddy Yankee. Antes de que el pueblo proclame otra vez en la sección de comentarios cosas tan profundas como «música latina = kk», hay algo de miga en todo este retozar de amor y bellaqueo. Esto no es un disco de David Bisbal.