‘Happier than Ever‘ de Billie Eilish es el Disco de la Semana en el site. El disco será número 1 directo en Estados Unidos, ya lo es en Reino Unido y lo será también en muchos otros países como -probablemente- España y ha sido excelentemente acogido por la crítica, que está valorando especialmente la honestidad de las letras de Billie y la interesante producción de las canciones.
También es notable la variedad estilística de ‘Happier than Ever’, la cual es obvia a partir de las impresionantes tres primeras pistas. ‘I Didn’t Change My Number’, hoy la Canción Del Día, aparece emparedada entre la hipnótica ‘Getting Older’ y la conmovedora ‘Billie Bossa Nova‘ pero no podría ocupar una mejor posición en la secuencia.
Después de contarnos Billie, en ‘Getting Older’, que se ha dado cuenta de que «anhela que sientan pena» por ella, que «exagera las historias para que suenen peor» y que «miente para recibir atención», pero que está madurando, a la vez que nos cobija en una burbuja de introspección gracias a la pulsante producción de FINNEAS, ‘I Didn’t Change My Number’ arranca con los gruñidos de su perro Shark y una contundente base de trip-hop que nos comunica que Billie está lista para matar.
Desde el primer «okay» con el que inicia la grabación queda claro que ‘I Didn’t Change My Number’ será una canción llena de actitud y mala baba. Empezando por la misma producción de FINNEAS, que suena amenazante y malvada y que alcanza un nivel superior de malicia al final, cuando se entrega al delirio de unos zumbidos electrónicos hechos para volarte la cabeza. Se ha comparado esta canción con ‘Frank
‘ de Amy Winehouse pero, si en algo se parece, desde luego no es en la producción, que a mí me recuerda más a algo que probablemente habría hecho Björk en los 90.Sí hay ecos a Amy en la base hip-hop de ‘I Didn’t Change My Number’ y en la parte vocal de la canción, especialmente cuando Billie canta ese «voy a ser mala contigo, y también con tu mejor amigo» tan pícaro. Billie usa su registro más arrastrado y despreocupado en esta grabación en la que pasa página de un chico desde la hostilidad. «No lo pagues conmigo, se me han acabado las buenas maneras» es su sentencia; «quizás deberías irte antes de que sea demasiado mala». Por si no quedaba claro que Billie no es alguien con quien meterse, la artista te lo deja claro: «Me entraste por la vista, pero las apariencias engañan, no te mereces sentirte tan dolido, vaya puta cara que tienes». Y no, no va a «cambiar su número» por ti. No eres tan importante.