Música

Kanye West / Donda

Como todo lo que se ha escrito sobre Kanye West, su megalomanía, su larga lista de obras maestras publicadas, sus mil polémicas, etcétera, se ha escrito ya mil veces, y al primer párrafo de la crítica de ‘Jesus is King‘ de este site me remito, vamos al grano con ‘Donda’: no es un buen disco. Es el trabajo de un artista cansado, perdido y agotado creativamente que además no debería haber visto la luz todavía, según su propio autor (aunque él mismo no se ha cansado de presentarlo en directo). Y cuanto más lo escuchas más entiendes por qué.

Donda, la madre de Kanye West, murió en 2007 debido a complicaciones derivadas de varias operaciones de cirugía estética. Kanye no lo ha superado, según personas cercanas a él, y lleva 14 años cargando con el duelo de manera pública. Complica las cosas que Kanye padece trastorno bipolar pero parece que la raíz de la cuestión es esa pérdida no superada. El comportamiento de Kanye en los últimos años ha sido preocupante: ha hecho declaraciones como que la «esclavitud fue una elección», se ha presentado como candidato a las elecciones de Estados Unidos al mismo tiempo que ha reconocido no haber votado en su vida, haciendo el mayor de los ridículos; e incluso ha compartido públicamente, durante un mitin, que Kim Kardashian y él consideraron abortar a su hija North, que hoy tiene 8 años y probablemente acceso a internet.

Hay que lamentar que el disco que Kanye dedica a su madre, a la persona que más ha querido en su vida, sea también uno de los peor acabados. ‘Donda’ decepciona especialmente porque en algún lugar de su larguísima secuencia de 27 pistas y casi 2 horas de duración es posible detectar el principio de un buen disco que nunca se termina de cristalizar. La producción es interesante pero no novedosa y las letras vuelven a los mismos temas que han obsesionado a Kanye últimamente, como su fe en Dios o su matrimonio con Kim Kardashian. Podemos considerar semi revolucionaria la casi total ausencia de beats en el disco, algo nada habitual en el hip-hop; y de hecho el minimalismo de las canciones podría haber sido una de sus grandes bazas. Sin ir más lejos, la música sacra es una de sus mayores influencias, pero lo mejor es que ‘Donda’ no busca ser un disco religioso. Y, sin embargo, en esta bifurcación entre su papel como innovador del hip-hop y su fe, Kanye tampoco termina de lucirse.

Al margen de que Kanye siempre ha sido mejor compositor y productor que rapero, por lo que ‘Donda’ nunca iba a ser un nido de versos espectaculares por su parte -y no lo es-, del disco llama la atención no solo lo inacabadas que suenan sus pistas, sino lo completamente desprovistas de pasión y júbilo que suenan a su vez. El minimalismo es una estrategia musical estupenda si se sabe usar pero, en ‘Donda’, Kanye no le saca partido. ‘Jail’ despierta interés desde el principio por su uso de las guitarras pero pierde fuelle enseguida y es la pista 2. Ni siquiera su otrora enemigo Jay-Z logra levantarla. Por otro lado, ‘God Breathed’ suena totalmente inconclusa y peca de repetitiva y algunos «hooks» melódicos de ‘Donda’, como los de la pegadiza ‘Ok Ok’ o la ambiental ‘Jonah’, son agradables de escuchar, pero las composiciones se quedan cortas: ni son dinámicas ni albergan versos memorables por parte de Kanye ni de sus raperos invitados, como Rooga o Lil Durk.

Que la llama de la inspiración a Kanye no se le ha apagado del todo es evidente en varios puntos de ‘Donda’. El problema es que los buenos momentos que es posible encontrar en el disco están demasiado esparcidos a lo largo de su secuencia y rara vez se concentran en una sola canción. ‘Believe What I Say’, una de las mejores pistas, parece el esqueleto de una producción de disco-house que Kanye ha olvidado rematar; ‘Donda’ alterna un discurso de la propia madre de Kanye con los apasionados coros del Sunday Service Choir pero el efecto suena a «collage» mal ejecutado; lo mismo sucede con una ‘New Again’ que admite sonoridades rave; y ‘Heaven and Hell’ desaprovecha totalmente su sample de ‘Jenny from the Block‘ en una producción medio industrial totalmente esquelética y anémica, sin fuerza.

En la constelación de buenas ideas torpemente realizadas que presenta ‘Donda’ sí es posible hallar alguna canción que vale la pena por sí misma. La trapera ‘Hurricane’ con The Weeknd es un ejemplo del buen hacer de Kanye como productor, ‘Come to Life’ presenta un bonito «soundscape» entre pianos, órganos y una señora de fondo que grita «aleluya» y los 8 minutos de ‘Jesus Lord’ constituyen la canción mejor acabada del largo y una de las más personales y vulnerables cuando Kanye rapea sobre sus problemas: «demasiadas pastillas, demasiadas pociones, demasiado dolor, demasiadas emociones, y todas las cosas buenas que haces pasan desapercibidas», espeta antes de recordar a su madre: «eras el alma de la fiesta y cuando perdiste tu vida, se fue el alma de la fiesta». Los versos de Kanye, más simples que sofisticados, nunca sobresalen en el disco pero en ‘Jesus Lord’ logra que les prestamos atención.

Especial mención merece ’24’. Como hemos dicho, ‘Donda’ es un disco influido por la música religiosa y algunas de sus pistas se basan en el sonido de un órgano. Al escuchar, por ejemplo, el mantra de la meditativa ‘No Child Left Behind’ o el organillo de pistas como ‘Pure Souls’ o ‘Junya’ vienen a la mente los casetes de música devota que Alice Coltrane publicó en los 80, y a menudo da la sensación de que ‘Donda’ podría haber seguido un camino parecido. En este sentido, ’24’ es la joya de la corona: la melodía de los coros del Sunday Service Choir, que suenan distorsionados y como copiapegados a la base de manera exquisita, ponen los pelos de punta y Kanye canta con un sentimiento que rara vez expone en el disco. Dedicada a Kobe Bryant, ’24’ es la canción que demuestra lo que ‘Donda’ podría haber sido. Lo que ha llegado a la calle necesita tijera, menos versiones alternativas con DaBaby y Marilyn Manson entre los invitados y unas cuantas vueltas. Y en privado, mejor.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: kanye west