M. Night Shyamalan ha sido durante años uno de los cineastas más polémicos, asentado en un constante «Revelación o Timo» que él mismo parece gozar como un enano. El director tan premiado por ‘El sexto sentido’ se ha embarcado en películas siempre prestas al debate, como ‘La joven del agua’ o ‘Múltiple‘, fiascos como ‘After Earth’, algún acierto como ‘La visita‘ o recientemente la serie ‘Servant’…
La cinta que ha estrenado este verano es 100% Shyamalan, dejando que la gran pregunta que quepa hacernos en 2021 sea: ¿tenemos ganas de continuar debatiendo sobre sus idas y venidas, aciertos y desaciertos, siendo todos ellos a menudo los mismos?
‘Tiempo’ parte, como es usual, de una gran idea por la que imaginas matar en los estudios de Hollywood, esta inspirada en la novela gráfica ‘Castillo de Arena’ de Pierre Oscar Levy y Frederik Peeters, en España editada por Astiberri. Unos veraneantes en una playa se enfrentan a un misterio inexplicable que les lleva a la muerte con la rapidez de un «slasher», produciendo graves conflictos entre ellos. Algo pasa con el «tiempo» en este misterioso «marco incomparable», además en una cinta que se estrena en un verano todavía dominado por el miedo, por cierta sensación de inseguridad en todos nuestros destinos vacacionales. ¿Estaremos realmente a salvo y nos relajaremos de vacaciones… o era mejor idea quedarnos en nuestra santa casa?
Lamentablemente, y como también es demasiado usual, Shyamalan no profundiza en los personajes presentados, ni siquiera a través del carisma de Gael García Bernal y Vicky Krieps, y el espectador no tiene -ejem- tiempo ni lugar para empatizar realmente con ellos antes de que se vean al límite. El director, que hace unos años en entrevista con JENESAISPOP hablaba con naturalidad sobre el humor en sus películas («siempre me ha gustado tener humor en ellas, es algo con lo que siempre he jugado»), no logra dejar claro cuándo va en serio y cuándo hay un poco de humor involuntario, en una resolución de conflictos que implica desde partos, raperos a contorsionismo, pasando por los obligados «plot twists».
Concebible también como un «escape room» ahora que están tan de moda, y por tanto adaptable a teatros mainstream y experimentales, ‘Tiempo’ es otra película entretenida y palomitera de Shyamalan, con su final lleno de sorpresas y subrayados. Tras su visionado, eso sí, la cuestión más inquietante es: ¿sabrá Shyamalan que podría realzar los diálogos de sus guiones con ayuda de otra persona? Por supuesto que lo sabe. Simplemente no quiere.