The Vaccines han querido hacer algo diferente en su quinto disco, el primero desde ‘Combat Sports‘. En su cabeza, se han ido a grabar a El Paso para trabajar en un álbum que querían que sonara a Texas, inspirado por Ennio Morricone, y con un concepto en mente: «Love City» es una ciudad imaginaria sita en el futuro distópico que nos han mostrado obras como ‘Blade Runner’ y ‘Cowboy Beebop’. En mente tenían escenarios de Las Vegas y los hoteles del amor de Tokio. Lo que percibimos, en cambio, es un álbum kitsch y estridente, en el que caben hasta mariachis y castañuelas, en el que parece rellenarse con mucho volumen y muro de sonido los huecos vacíos de escritura.
Todo empezó cuando escribieron en Los Ángeles el tema ahora llamado ‘El Paso’, un apañado medio tiempo, junto al productor Daniel Ledinski, conocido por su trabajo junto a Tove Lo, TV On the Radio y Rihanna. Las historias que Daniel les contó sobre los estudios llamados Sonic Ranch sedujeron a The Vaccines, que se encontraban en El Paso de camino a dar un concierto en Juárez (México). Todo salió tan bien que 6 meses después estaban todos allí para trabajar en un disco que ya habían decidido que tenía que sonar a «indie-rock a lo Morricone» desde antes de poner un pie allí.
La elegancia y el misterio del desaparecido autor de bandas sonoras no se termina de encontrar en ‘Back In Love City’, que prefiere aproximarse a los territorios disco de Raffaella Carrà (el tema titular e inicial), desde luego sin la sobriedad de ‘AM’ de Arctic Monkeys, en un confuso terreno entre el humor voluntario e involuntario. En un tema canta Justin Young que «para exorcizar sus demonios, los lleva al gimnasio». ‘Bandit’ nos hace pensar instantáneamente en Azúcar Moreno porque su letra, nada 2021, no dista tanto de «tus ojos, bandida, robaron con cuento». Lo mismo ‘Paranormal Romance’ se arrima a los territorios de Fleet Foxes, que ‘Heart Land’, un sentido homenaje a América con citas a las «hamburguesas», «Spider-Man» y muchas «bandas favoritas», te hace suspirar por su melodía por los Blur de ‘Coffee & TV’.
Era una manera muy gratuita de complicarse la vida, pues The Vaccines, lo mejor que siguen haciendo, es entregar cañonazos como los de su debut. ‘Jump Off the Top’, 100% Ramones, es uno de los pocos aciertos decididos del álbum. El resto es complicado, entre guitarras stoner y tarantinescas (‘Wanderlust’), cánticos western (‘Paranormal Romance’), cajas de ritmo (‘Jump Off the Top’), arreglos bigger than life y letras que apelan a Hércules y a Conan (de nuevo ‘Paranormal Romance’), y a documentales de niños en China (‘People’s Republic of Desire’). ¿Más es más? Si querían hacer algo diferente, la vía del olvidado ‘Melody Calling’, aquel gran maxi suelto que sacaron en 2013, continúa abierta. En un mundo en el que tanto se habla de «vacunas» y de rock por la vía de Måneskin, The Vaccines tenían que haber aprovechado la coyuntura muchísimo mejor.