Música

ABBA / Arrival

Un recopilatorio puede poner el punto final a tu carrera, porque qué ofrecer al público después de reunir lo mejor de la misma; o puede representar un punto de inflexión con el que desafiarte como artista. En el caso de ABBA, fue lo segundo. El grupo formado en 1972 había intentado llevar ‘Ring Ring’ al Festival de Eurovisión en 1973, quedando atascado en la final nacional de Melodifestivalen. Volvieron a intentarlo un año después y 1974 sí les dio la victoria tanto en casa como en el certamen internacional con ‘Waterloo’. Un tercer álbum llamado ‘ABBA’ les otorgó nuevos éxitos como los ahora icónicos ‘Mamma Mia’ y ‘SOS’, de manera que a finales de 1975 ya se vieron en disposición de reunirlos en un ‘Greatest Hits’ que terminó resultando el álbum más vendido de todo el año 1976 en Reino Unido. Entonces sí, comenzaba la verdadera revolución internacional de ABBA.

‘Arrival’, grabado a lo largo de todo un año entre el verano de 1975 y el otoño de 1976, será el primer gran álbum del cuarteto, al margen del acierto de sus singles, que a su vez son más numerosos que nunca, con el grupo en un estado de gracia absoluto para el desarrollo de la melodía pop perfecta. Por algo es la primera vez que veremos la B al revés de su logo en la portada. ‘Fernando’, publicada como sencillo a principios de 1976, no es en principio parte de ‘Arrival’, si bien después se irá incluyendo a modo de bonus en sucesivas reediciones y ediciones especiales, junto a esa rareza viajera que ha podido servir de inspiración lo mismo a la generación dream pop que a la balearic llamada ‘Happy Hawaii’ con su grabación de olas de mar. Y aun sin contar ‘Fernando’, ‘Arrival’ es el álbum que incluye ‘Dancing Queen’, ‘Money, Money, Money’ y ‘Knowing Me, Knowing You’.

Loable es ese irresistible sabor a fin de fiesta que tiene ‘Dancing Queen’, a la postre el mayor éxito de ABBA. De vez en cuando emerge un hit que comienza con el estribillo -de ‘It’s My Party’ a ‘Anaconda‘-, pero en este hay que subrayar que tiene la ocurrencia de comenzar con el post-estribillo en realidad. O como mínimo con la segunda parte del estribillo. Este había empezado con una melodía que ya era lo más («You are the dancing queen / Young and sweet, only seventeen»), pero después se desplaza todavía más hacia arriba en su empeño por llenarte de euforia, bien hinchada: «You can dance, you can jive», completan Anni-Frid Lyngstad y Agnetha Fältskog apelando «al mejor momento de toda tu vida», y de hecho integrándolo, representándolo prácticamente en sí mismo. Muy significativo también es su viaje vocal en una parte muy concreta de la estrofa: «Anybody could be that guy / Night is young and the music’s hiiiigh», entonan las dos aes de ABBA en un divertido juego entre agudos y graves.

Inspirada muy vagamente en ‘Rock Your Baby’ de George McCrae, de la que apenas conserva su ritmo, ‘Dancing Queen’ quería captar la esencia disco de la época, solo que sumando el muro de sonido de Phil Spector, y añadiendo un toque europeo a todo ello. Anni-Frid contaba en 2014 que lloró la primera vez que la escuchó «de pura felicidad de que iba a poder cantar una canción tan buena», mientras Agnetha se mostró más empresaria: «A veces es difícil averiguar qué va a ser un hit. La excepción fue ‘Dancing Queen’. Todos sabíamos que iba a ser enorme», declararía en 1995 sobre el tema que llegó a interpretarse en vivo para Silvia Sommerlath, justo antes de que se convirtiese en la Reina no del Baile, sino de Suecia.

Habiendo sido una influencia reconocida para gente tan dispar como MGMT en ‘Time to Pretend’, Blondie en ‘Dreaming’ o Elvis Costello en ‘Oliver’s Army’, ‘Dancing Queen’ ha llegado a ser nombrada «la mejor canción pop de la historia» por el prestigioso diario The Guardian

, un artículo en el que el hacedor de hits de los 80 Pete Waterman hablaba de la posible influencia también de Elton John, The Beatles o Bee Gees. Pero no es el único mérito de ‘Arrival’ pues en absoluto está sola en sus aciertos. No se entiende la carrera de ABBA sin sus robustos ganchos melódicos y si sobre esas notas de piano de ‘Dancing Queen’ se ha cimentado media carrera de La Casa Azul y mucha gente más, lo mismo puede decirse por ejemplo de ‘Knowing Me Knowing You’, una canción bastante electrónica en arreglos merced a los sintetizadores y teclados de Benny Andersson. Con todo lo bueno que es el estribillo, lo mejor llega cuando este acaba, con su gancho instrumental. No, la EDM no inventaría nada.

Los coros en la segunda estrofa de Agnetha, acompañando la voz principal en este caso de Frida, son extremadamente sensuales en ‘Knowing Me Knowing You’, en sintonía con el carácter disco que mantiene ‘That’s Me’, una canción con brilli-brilli que ejerció de cara B para ‘Dancing Queen’ y llegó a ser single en Japón, y también con la letra atrevida de ‘When I Kissed the Teacher’. El álbum se abre con esta joya en la que las chicas dejan a la escuela escandalizada cuando dan un paso en la seducción del profe. «Todo el mundo se volverá loco cuando le bese», proclama. «Un día de estos voy a mostrarle que me importa, voy a darle una lección de verdad», amenazan Agnetha y Frida.

La liberación de la mujer puede ser un tema también en la rockera ‘Why Did It Have to Be Me?’, inspirada en Fats Domino, Hank Williams y quizá el glam-rock que ya había salpicado ‘Waterloo’. En realidad es Björn Ulvaeus quien la entona, pero es todo un pelele en manos de Agnetha y Frida, que hacen lo que quieren con él. «Los hombres son juguetes con los que jugar / Cuando te cansas de ellos, los tiras a la papelera», dice la letra con un tono bastante cómico, nunca trágico ni misógino. A continuación, es un acierto que los chicos no tengan ningún protagonismo en ‘Tiger’, una composición algo agresiva, que termina a grito pelado en un registro realmente histérico, y pone a las chicas en una posición depredadora: «estoy detrás de ti, te encontraré, soy el tigre / la gente me tiene miedo, nunca se me acerca, soy el tigre». Melódicamente recuerda a la anterior ‘Mamma Mia’, solo que con un punto mucho más oscuro que en el caso de ABBA también ha sido estudiado y que podría estar hablándonos sobre los peligros de la ciudad o incluso la adicción a las drogas.

Ese lado adulto se completa con otro de los grandes éxitos del grupo. ‘Money Money Money’ tiene un bajo funky muy guay, un ambiente muy cinético y misterioso inspirado abiertamente en ‘Cabaret’, justificando cómo ABBA y los musicales terminarían tan hermanados. Hay un componente social en su letra, que comienza casi como una canción protesta («Trabajo toda la noche, trabajo todo el día, para pagar facturas, ¿no es triste? Y aun así, nunca parece haber ni un penique para mí»), como también lo hay en el bonus de ‘Fernando’. En verdad, pese a lo inofensiva que parece y de hecho es, nos está hablando de dos camaradas de la revolución mexicana. La muerte que les amenaza y a la que llegan a apelar («tenía tanto miedo, Fernando / éramos jóvenes y llenos de vida, y ninguno de nosotros estábamos listos para morir») es la de la guerrilla, aunque parezca lo contrario.

Bien sea por sus melodías características o esas voces empastadas tan particulares, ‘Arrival’ logra terminarse como un trabajo muy bien unificado, conteniendo los citados elementos de rock y disco, y una pista de pop sesentero a lo Neil Sedaka llamada ‘Dum Dum Diddle’ sobre el amor de una persona por su violín. Esta última cuenta con una coda un tanto folclórica, en la línea de la casi new-age ‘My Love, My Life’, una producción angelical con su campana navideña que anticipa que, desde este ‘Arrival’, todos los álbumes de ABBA excepto uno, se publicarán en otoño, por Navidad, exprimiendo al máximo las posibilidades del llamado Q4; y sobre todo igualmente en la línea del corte titular. Mejorando el ‘Intermezzo No.1’ incluido en el álbum anterior, ‘Arrival’ cierra el disco inspirada en el folclore sueco. Mike Oldfield llegará a adaptar esta pequeña maravilla que en principio se llamaba ‘Ode to Dalecarlia’ en honor a esta región, definitivamente poniendo el pop sueco en el mapa mundial cuando Max Martin apenas había nacido.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: abba