Disco de la Semana: Parcels / Day/Night

En un mundo en el que ‘Easy on Me‘ de Adele es la canción más escuchada en todo el globo terráqueo, ¿por qué Parcels no pueden quedarse también con una «parcelita» de ese éxito? Lo tienen (casi) todo: melodías a punta pala, canciones con madera de clásico, estética de los años 70, un estilo casi tan hortera como el de Silk Sonic… y un directo de los que se no ven todos los días. Su debut fue a todas luces uno de los mejores discos de 2018, un ejercicio retro de lo más divertido. Y con el segundo es imposible ya no tomárselos muy en serio.

‘Day/Night’ llega con la premisa de ser un disco doble dividido en dos partes: el día y la noche. En una entrevista con JENESAISPOP cuentan que han buscado explorarse como músicos, indagar en todas sus facetas sin presiones, en definitiva, hacer un disco que les diera el espacio suficiente para probarse a sí mismos, demostrar «lo que son capaces de hacer». Y, a su vez, han querido enmarcarlo en una historia sobre la juventud y la edad adulta, el hogar y la distancia. Consiguen su propósito de superarse con una pequeña reserva: la extensa secuencia de canciones (19 en total) se les termina desinflando por el camino. Lo que no quiere decir que no haya en ambos bastantes cosas a rescatar.

A Parcels esta vez les ha inspirado el «concepto de ópera rock». Pero si estás pensando en ‘Jesucristo Superstar’ o en lo que sea que hace ahora Mónica Naranjo, nada más lejos de la realidad. El debut de Parcels podía entrar dentro de lo kitsch por momentos, pero ‘Day/Night’ opta por perseguir el lado más elegante y tradicional de los años 70 sin dejar de tocar diversos palos (y desvaríos). Además, profundiza en el amor de Parcels por las bandas sonoras dando una gran importancia a los arreglos orquestales, los cuales han sido compuestos por Owen Pallett y se nota, pues algunos ponen los pelos de punta, como los de esa ‘SHADOW’ que pide ser tocada en un recinto tipo Palau de la Música. El espíritu desenfadado de ‘Parcels’ da lugar en ‘Day/Night’ a la madurez, el virtuosismo, la búsqueda del Grammy (que ojalá consigan). Y muchas de las canciones están a la altura.

La mayoría de ellas se encuentran en el primer disco. Están los singles, todos ellos espectaculares, quizá no tan ligeros e inmediatos como los del debut o los de su tema con Daft Punk, pero maravillosos en cuanto los mimas un poco. Y lo mejor es que el álbum los presenta en todo el esplendor de sus versiones originales, extendidas. El pop-soul retro de ‘Free

‘ es un estallido de felicidad que habla sobre amar profundamente y anhelar la libertad, y la consigue cuando explota en el estribillo final: ‘Comingback’ es una canción pop absolutamente pletórica llena de guitarrazos que busca la esperanza en el año de la pandemia; el épico ‘Somethinggreater‘ es probablemente el mejor homenaje a ‘Get Lucky’ que se ha hecho hasta ahora y el soft-pop de ‘Theworstthing’ agrega una bienvenida capa de sensualidad al largo -es un poco Ferran Palau– pese a tratar una ruptura.

Otros momentos a destacar en la primera parte de ‘Day/Night’ son los coros sublimes de ‘Nowicaresomemore’, aunque la canción termina demasiado abruptamente por alguna razón; el paseíto de ‘Daywalk’ que visita los planos del country y el easy-listening, y el baladón ‘Outside’ en el que Parcels cantan que «no quiero ser como mi padre, pero tampoco quiero estar solo».

A partir del segundo CD, ‘Day/Night’ entra en terrenos más pantanosos. Y no solo porque la parte ambiental de ‘Nightwalk’ suene literalmente como un paseo por un pantano, para después la canción cambiar de tercio hacia un easy-listening que, por momentos, parece que va a tropezarse con la «exotica» de Les Baxter pero al final no. En el plano nocturno del disco, las composiciones se quedan por detrás del virtuosismo, lo cual es obvio en las estructuras episódicas y diversos cambios de ritmo de la «proggy» ‘Neverloved’ o sobre todo de ‘LordHenry’, que pasa de la música sinfónica a la discoteca y de ahí a un final cacofónico sin que nada parezca tener tanto sentido como en, qué sé yo, ‘Bohemian Rhapsody‘. De hecho, la canción dura 5 minutos y medio y parece el doble, lo cual nunca es buena señal.

La parte nocturna de ‘Day/Night’ claramente huye del hit fácil para mostrar a una banda que quiere experimentar con nuevos sonidos. Deja un hit disco como ‘Famous’, otro de los singles, pero en general opta por lo imprevisible. Así, ‘Once’ es una de las composiciones estilísticamente más puras del largo, en tanto parece una canción pop de los años 50 que podrían haber entonado Elvis Presley o Roy Orbison; y ‘Reflex’ viaja a los 70 espaciales de Vangelis o Jean-Michel Jarre. Ninguna de estas canciones tiene le pegada de los singles, pero serían gratos «album tracks» en un álbum que realmente no necesitaba ser doble. Así, la totalidad de ‘Day/Night’ resulta menos convincente que la del debut pese a su evidente ambición, pero tampoco se puede pasar por alto el nivel de prodigio musical que muestran muchas de estas composiciones, aunque no sean tan inmediatas como otras.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: parcels