Para la presentación de su nuevo disco ‘Cable a Tierra‘, suponemos que inminente número 1 en España, Vetusta Morla han convocado a la prensa en el Museo de Artes y Tradiciones Populares de Madrid. Un espacio muy adecuado para albergar una pequeña exposición con las 10 miniaturas que la artista Laura Millán ha creado en torno a las 10 canciones del álbum, apegado al folclore de diversas tierras.
El grupo, siempre tan serio y formal, un tanto impenetrable pero amable, se divide para atender a la prensa. A mí me toca Pucho, como todo el mundo sabe a las voces; Guille Galván, co-autor principal de las canciones junto a Juanma Latorre; y el percusionista Jorge González. La deriva del mundo en los últimos años, la sonoridad de un disco de nuevo masterizado por Dave Fridmann y su banda sonora para ‘La hija’ -pocos días después de esta charla excluida de la carrera de los Goya– son los temas de una conversación que también vira hacia los Beatles cuando faltan horas para que se estrene su documental, y Radiohead. Curiosamente, hoy jueves 2 de diciembre Pucho cantará en Madrid con una «big band» que hace versiones de la banda de Thom Yorke. Será en la Sala MON y aquí va un anticipo. Foto: Jerónimo Álvarez.
’23 de junio’ no fue uno de los singles principales de vuestro disco anterior, pero al final sí ha sido un gran éxito en plan «sleeper». Siendo de vuestras canciones más influidas por el folclore, ¿ha marcado el camino de este nuevo álbum?
Guille: A lo largo de los discos siempre ha habido canciones que se salían de la parte más rockera, como ‘Alto’ o ‘Maldita dulzura’. Cuando nos juntamos después de la pandemia a ver qué idea de instrumentación teníamos, al cambiar de lugar de composición porque no podíamos ir al local de la pandemia, y al trabajar en la banda sonora, compusimos de otra manera. David tenía un pandero cuadrado de los acústicos, nos habían regalado un guitarro, que es un instrumento de Castilla la Mancha y Valencia… Cosas que no llevas al local porque no los amplificas. Nos dimos cuenta de que ahí había un camino.
Jorge, ¿tú cómo has llevado esta intromisión, como músico?
Jorge: No lo veo como una intromisión. Ha formado parte de nosotros siempre, empiezas con una guitarra de nylon, empiezas con unos cajones… Lo que viene de la música popular es con lo que empiezas a tocar, lo que hace que la música se transmita de padres a hijos, entre generaciones. Ha sido un proceso de aprendizaje personal. Tenemos mucho que aprender de dónde venimos para saber dónde estamos.
El disco habla del folclore atlántico, pero habéis dicho una cosa muy interesante y es que también consideráis a los Beatles parte de vuestro folclore.
Pucho: Nuestro folclore bebe de todas esas fuentes. Estamos de uñas con las apropiaciones culturales, y nos expresamos a través de un fandango o una saeta porque son cosas que has vivido. A lo mejor no has tenido un contacto directo, pero lo has oído, forma parte de una tradición. No vamos a convertirnos en una banda de folk, ya hay bandas maravillosas que se dedican a eso y no tienen reconocimiento. No hemos dicho «vamos a hacer este palo». Hemos explorado ritmos como el 7×8, el 5×4, y luego, al tocar con otros músicos de distintas bandas en esta gira ‘Finisterre’, le han dado distintos toques según dónde se tocara. Incluso gente de Latinoamérica dice que les lleva al norte de Argentina. El folclore tiene hilos muy finos por todo el mundo. El flamenco viene desde la India al este de Europa, hasta llegar a Andalucía. Pensamos que la salsa es colombiana, de Venezuela o de Cuba… y es de Nueva York, de Spanish Harlem.
A veces me da la sensación de que nadie habla de los Beatles, casi ningún grupo novel los cita como influencia.
Pucho: Es verdad que en los 90 con el Brit Pop estaban en boga. Nosotros pensamos que son seminales, claro.
Guille: Con el docu de Peter Jackson volverán otra vez. Un amigo lleva años diciendo que cada día escucha algo que tenga que ver con los Beatles. Si no es el aniversario de algo, esta canción recuerda a la psicodelia, a su estancia en Hamburgo… Están tan dentro de la cultura popular… No puedo hablar de folclore localista porque no sé de dónde soy. El folclore es sentimental y seguro que no tengo nada que ver con el Liverpool de los años 50, pero pienso en mi infancia y me lleva a eso.
No puedo hablar de folclore localista porque no sé de dónde soy
Este es un disco combativo, muchas canciones suenan a novela distópica: a ‘1984’, a ‘Un mundo feliz’, a ‘Blade Runner’…
Guille: Lo empezamos a compartir entre nosotros en mitad de Filomena, después de una pandemia. Vivíamos como una realidad distópica: por primera vez en esta Europa feliz y cuidada, la naturaleza podía hacer que todo se fuera a la mierda. En México hay tornados, en Argentina una devaluación económica, en Colombia terremotos, pero aquí no estamos acostumbrados. Esto nos ha dado una colleja, esto te recuerda que eres frágil. Hay 3 canciones que están menos enraizadas en lo popular: «Palabras», ‘La Diana’ y ‘No seré yo’. Son muy actuales en el sentido de defender la inocencia de quien es señalado. Queríamos alejarnos del señalamiento constante del prójimo, del último contra el penúltimo. «Palabras» tiene que ver con la libertad de expresión, con la necesidad de decir lo que pensamos sin tener miedo a ser censurados o directamente encarcelados.
Incluso ‘Finisterre’ parece hablar de los problemas sociales, siendo una canción de amor.
Guille: Es un disco que tiene más que ver con la fragilidad y con los cuidados. Pero no sé, si lo has visto así… Ha sido un año bisagra: acaba una etapa y empieza otra. Hay una sensación de refugiarnos en la cultura. Las canciones son esa aguja que te va acompañando. Las canciones te sobreviven. Hacemos algo que tiene trascendencia, que es capaz de trascendernos a nosotros mismos, como dice ‘Puñalada trapera’. O como la última, ‘Al final de la escapada’, que dice que sobrevivirán las canciones. Como en ‘La vieja escuela’, nos sentimos parte de ese transmitir de generación en generación, que sirve para que tengamos una relación, para formar parte de una comunidad.
Queríamos alejarnos del señalamiento constante del prójimo, del último contra el penúltimo
‘La Diana’ retrata como decías a una persona señalada, hablas de un abogado, de un psicólogo… Y me ha llamado la atención lo del psicólogo. Ahora que tanto se habla de salud mental, un psicólogo debería ser visto como una ayuda, ¿no? No como un agobio.
Guille: Quería meterlo en la misma frase porque a veces pensamos que todo se arregla tomándonos las cosas mejor, pero si trabajas 16 horas igual tienes que ir a un abogado para arreglar las cosas. Si tuviéramos unas condiciones de vida y de convivencia mejores, tendríamos mucha mejor salud mental. No es que una cosa prime sobre la otra, es que ambas son necesarias: la salud mental y la dignidad de todos.
Si trabajas 16 horas igual tienes que ir a un abogado para arreglar las cosas. Ambas cosas son necesarias, la salud mental y la dignidad
Habladme de la producción del disco. Tengo la sensación de que no necesitabais que Dave Fridmann produjera esto.
Pucho: La grabación se hizo en Estudio 1, en Colmenar Viejo, al final estábamos hablando de cercanía, de cultura, y había cierta intención de hacer un disco de kilómetro 0. Pero luego no teníamos claro quién iba a mezclar. Campi (productor) propuso que lo mezclara (Dave) Fridmann porque es ajeno a este acerbo popular. Hay cuestiones que hemos tenido que explicarle de las letras, como ‘Virgen de la Humanidad’, ‘Puñalada Trapera’ que está tan apegada a los bandoleros, a Lorca… Pero Campi dijo que en ‘Échate un cantecito’ de Kiko Veneno habían tocado músicos extranjeros y se había mezclado fuera, así que dijimos: «Tiremos con el experimento». Fridmann, que es tan parco en palabras, cuando recibió las canciones dijo: «next level!». Respondió que no iba a intervenir tanto como en ‘Mismo Sitio, Distinto Lugar’. Estaba muy claro todo desde el origen, y simplemente potenció todos los temas.
¿De qué producción estáis más orgullosos?
Jorge: ‘No seré yo’ es la que más hostias me da en la cabeza. Está despegada del concepto por la forma de cantar, la melodía… es muy diferente. Ese desarrollo de guitarras eléctricas, el día que lo escuchamos, Pucho se tiró por los suelos. Al escucharlo mezclado, en Estudio 1, oyes el espacio, suena la sala, a nivel producción técnica está a un nivel brutal.
Me ha recordado un poco a la mezcla de rock y electrónica de Radiohead en ‘OK Computer’. Otra banda de la que casi nadie habla últimamente.
Jorge: Evidentemente es una banda que ha trascendido, forma parte de nuestro folclore, hay puntos en común.
Pucho: Radiohead han mezclado cosas de la música popular, de la India, de Brasil… a Jonny Greenwood le gusta el dub y el rock steady de Jamaica. Reino Unido es una isla con mucha inmigración, han bebido de eso y es también su folclore. Las canciones de Nick Drake han estado en discos de Radiohead.
Guille: En ‘No seré yo’ hay una guitarra española bajada de octava a lo Nick Drake, y cuando entra la eléctrica es un cañón, la parte C tiene un ritmo cortado con un toque, una melodía, que parece un tumbado.
Pucho: Podría ser una trompeta de salsa.
‘No seré yo’ y ‘La diana’ tienen una guitarra que suena diferente. Justo te iba a preguntar por ellas. Me recordaba a Depeche Mode haciendo country.
Guille: Es una afinación en Do abierto. También te puede recordar a Beck al principio.
Suena a que algo malo va a pasar.
(risas)
Pucho: Esto lo hace mucho Manu de Havalina, él afinaba en Re.
En ‘Al final de la escapada’ decís que «ojalá que a tu banda favorita le queden muchos años». ¿Quién sería esa banda para vosotros?
Pucho: Yo La Tengo, que no se separen nunca. Voy a recibir lo que hagan.
¿Los discos de versiones también?
Pucho: ¡Sí! (risas)
Yo ya no me hago fan de los grupos que contienen una pareja después de Stereolab, Sonic Youth…
Pucho: ¡Son los que pueden durar más!
Y luego está esta frase de «No me aplaudan más en los palcos, aquí está mi chistera», que me ha recordado a los sanitarios, que al final parece que a la gente le importan una mierda…
Guille: En el disco hay celebración, pero también muerte, entierros… hemos vivido la muerte de manera muy cercana. Un entierro lo puedes celebrar de manera triste, o como en Nueva Orleans con ‘When the Saints Go Marching In’. Es triste pero hay esperanza, como qué te gustaría poner en tu epitafio, por qué te gustaría ser recordado. Pues por las canciones, no los premios. Y lo de los médicos es lo mismo: no me llames héroe y ponme condiciones dignas de trabajo. La canción está contada como músico, pero también como fan de una banda. Como músico te gustaría durar mucho tiempo, pero como fan qué maravilla estar esperando la canción de tu grupo favorito.
Cada canción tiene un dibujo en el disco físico, que es una pequeña escultura que habéis exhibido. ¿Cuál os ha gustado más?
Pucho: El arte me flipa. Laura Millán hace estas miniaturas, su proyecto matriz son lo que llama «miniencuadros». Es amiga, es gaditana, tiene muchos códigos de la cultura popular integrados y juega con ellos con sarcasmo e ironía. Al salir los elementos populares, pensé en ella. Apela a muchas cuestiones de la cultura popular, pero a su manera. El fieltro está presente en los trajes, pero luego a la vez forman como tramas de terrazo, que es algo muy presente en nuestra cultura. Está mucho en segundas residencias, hay hasta mesas con terrazo por encima. Nos gustaba jugar con esos elementos. Ha hecho una interpretación sobre las notas de Juanma y Guille. Igual que a ti algunas canciones te estaban sugiriendo ‘Blade Runner’, ella se lo llevaba a cuestiones personales.
¿Cuál es vuestra ilustración o miniescultura favorita?
Pucho: Me encanta ‘Virgen de la Humanidad’, ese ente superior que te está mirando para bien, para mal. Llevamos un par de días que cada vez que pasamos por aquí, los ojos parecen estar observándote. La portada es curiosa porque en principio estaba del revés. Ella lo giró y adquirió otra dimensión, no sabes si implota o explota.
Jorge: Costó llegar al título del disco, y la portada reúne todo lo que está pasando en él.