La lista española de singles está copada por artistas sobre todo portorriqueños y colombianos. Salvo algunas excepciones como C. Tangana, Rosalía, Aitana y Lola Indigo, normalmente hay que buscar con lupa a artistas españoles en el top 100 de nuestro país. El mallorquín Marc Seguí está entre los poquísimos nacionales que han logrado este año un tema multiplatino por aquí -me refiero obviamente a ‘Tiroteo’-, aunque en gran medida haya sido gracias a un remix con Rauw Alejandro, que también ha sonado y mucho en lugares como México, Chile, Perú y Argentina. Con 250 millones de streamings en Spotify, ‘Tiroteo’ es una de las canciones españolas más exitosas en el globo terráqueo.
Ahora Marc Seguí, que ya tenía algunos temas de éxito pero no a este nivel, ha que conseguir que alguna de sus otras canciones logren un 25% de todo eso. ‘Pinta y colorea’ es su primer disco largo, no incluye ‘Tiroteo’, pero sí varias bazas para aproximarse. En su contra, el aluvión de cancelaciones que sufrió el verano pasado: muchos no se molestarán en escuchar su disco tras salir a la luz unos viejos tuits homófobos -polémica que también salpicaba a su colega Pol Granch- en plena conmoción por la muerte de Samuel Luiz.
Samantha Hudson, que saca disco casi a la vez por esas cosas del destino, llegó a acusar a Marc Seguí de bullying cuando iban al mismo instituto. Marc pidió disculpas de manera tajante: «Hace unos años me puse a tuitear burradas increíbles haciendo el gilipollas con el motivo de llamar la atención. Era un chaval sin conocimiento que convivía con actitudes y comportamientos que eran asquerosos. Estoy obviamente avergonzado de que algún momento de mi vida haya podido poner cosas tan heavys. Tengo muchas cosas que desaprender (…) El desconocimiento y la edad que tenía en ese momento no me exceden de la culpa y quiero pedir perdón y deciros que me arrepiento. Después de esto quiero ser mejor persona».
Si aquello fue un lavado de cara forzoso o un comunicado honesto lo dirán sus acciones en el futuro y sus implicaciones concretas con la comunidad LGTB+. De momento hay que juzgar ‘Pinta y colorea’ por la música y, valga la redundancia, es un disco tan «colorido» que casi resuenan en él las palabras de aquellos que le acusaban de apropiarse de la estética queer, además algo que él también reconocía.
El color de este álbum viene de otro lugar diferente, si bien relacionado, en concreto de los dibujos de su infancia, el modo en que le decían que no podía salirse de la raya cuando pintaba, pero le ha terminado atrayendo la gente que más se sale de lo establecido. ‘Pinta y colorea’ trata de ser un retrato del paso de la infancia a la madurez, del hogar familiar a la realidad de la calle. A veces se pregunta «si madurar es lo que más quiere»; finalmente «desiste en la disputa de lo inevitable».
Ese concepto de ‘Pinta y colorea’ está menos conseguido, pues lo que percibimos en general es un cúmulo de historias de amor y desamor sin mayor enjundia, si bien Marc Seguí sí se confirma como un gran compositor de melodías y estribillos, capaz de entregar un disco de pop de muy buen acabado, variado pero cohesivo, a la moda pero sin concesiones a ciertos géneros como el reggaetón o el trap, justo cuando ambas cosas parecen definitivamente de capa caída. ‘Pinta y colorea’, con la producción de Mango y Nabalez (J Balvin, Aitana), Casta (Lola Índigo) o Itchy y Buco (Rels B), se compone de teclados synth-pop, ritmos disco funky, un acabado deliberadamente lo-fi y rap popero, situándole en un territorio parecido al de Cupido o el último Justin Bieber.
Solo que ya quisiera ‘Justice’ ser tan bueno como este disco. Que Marc Seguí atiende las modas es muy evidente en ‘360’, en la línea del pop electrónico del último The Weeknd, ‘Todo de ti’ de Rauw Alejandro y ‘Bad Habits’ de Ed Sheeran; mientras ‘Solo en casa :(‘ se debe más a un tipo de pop español perpetrado en tiempos pretéritos por Golpes Bajos y más recientemente por Extraperlo. Hay temas más enfocados al rock (‘Despertar’), otros al funky (‘Cosas raras’ con Pimp Flaco) y otros al disco (‘Pelis de amor’), todos siempre al servicio del tipo de melodías escritas por el artista, que a su vez cuenta con una voz personal y peculiar, bastante andrógina y expresiva, tan cercana al mundo urban como al cantautor. «Canto bien sin Auto-Tune / Canto mal si no estás tú» es de hecho uno de sus mejores estribillos.
Pertenece a ‘Loop’, una de las canciones que mejor sirven para ejemplificar la buena mano de Marc Seguí y su equipo. La melodía del tema ya molaba mucho, pero en los últimos 30 segundos se decide elevar su tono, haciéndola aún más eufórica; de la misma manera que la incorporación de una boba canción infantil convierte los últimos instantes de ‘Pijama’ en una pieza bastante simpática (ese elefante que se balanceaba entre calada y calada); y que la referencia a Taburete de ‘Mentiras’ subraya su ironía: «He vivido en tres países a la vez (…) / He visto al de Taburete entonar bien / Ahora tengo muy buen rollo con mis ex / Me encantaba trabajar en Inditex / Tengo buen perder, soy como te crees».
Los textos de Marc Seguí son tan sencillos como eficaces cuando dice que se siente «como un audio sin escuchar» («solo en casa») o cuando rima «te fuistе y tengo el corazón en ERTE» con «Voy al gimnasio y no mе pongo fuerte» (‘No te entiendo’). ‘Me enamoré de una fan’, en tono jocoso, logra hacer del siempre tenebroso mundo groupie algo divertido: es otro de sus grandes himnos. En los últimos momentos de ‘Pinta y colorea’, canciones como ‘Adictiva’ no añaden nada a lo que ya habíamos oído, ni tampoco las aportaciones vocales de su colega y coautor Xavibo por muchos buenos números que lleve ‘cara :)’, pero es demasiado tarde para odiar nada de esto: el disco está muy mimado desde su desgarrada apertura ‘No te lloro más’ hasta los teclados finales de ‘Poquito/Trocito’.