El tándem de Timbaland y Missy Elliott se gestó de la manera más familiar posible. Ambos eran amigos de la infancia, de hecho, eran vecinos, y empezaron a trabajar juntos cuando ella montó su primer grupo y reclutó a Tim para producir las canciones. El debut de Sista vio la luz en 1994 a través de Swing Mob, uno de esos sellos-colectivo que tanto se estilan en el mundo del rap, por el que pasaron también otros artistas asociados a Timbaland como Ginuwine o Tweet; pero fue un fracaso comercial. Mientras tanto, Aaliyah triunfaba con su álbum debut producido por R. Kelly, pero la polémica suscitada por su matrimonio ilegal lleva a la joven a un punto de inflexión: ella quiere desvincularse por completo de él y crear su propio sonido, por lo que cambia de sello y empieza a trabajar con nuevos compositores y productores.
Aaliyah claramente debe su sonido definitivo a las composiciones de Missy Elliott y a las producciones de Timbaland, pero son ellos quienes deben su éxito a ella. ‘One in a Million’ es el disco que les pone en el mapa tras vender ocho millones de copias en todo el mundo y allana el terreno para que Missy termine de petarlo con su debut de 1997 ‘Supa Dupa Fly’. De ‘One in a Million’ se extraen hasta seis singles aunque irónicamente el más exitoso de todos es el último, un baladón con brilli-brilli escrito por Diane Warren que podría haber salido en alguno de los primeros discos de Mariah Carey y que no representa en absoluto el sonido de un álbum que moderniza el R&B para siempre.
Timbaland creará producciones más complejas de las contenidas en ‘One in a Million’ más adelante, como las incluidas en el tercer disco de Aaliyah, pero el equilibrio de experimentación y clasicismo de este álbum lo convierten en un artefacto de lo más «cool» que ha sido muy influyente. Las melodías de R&B son suaves y relajadas pero los beats, llenos de quiebros y otras texturas y sonidos extraños, siguen sonando tan alternativos que Chris Keating de Yeasayer llegó a afirmar que ‘One in a Million’ le hizo ver el pop con otros ojos porque su producción «futurista» era «más extraña que la del disco de Sonic Youth que había salido en la misma época». Se pudo referir al tarareo alienígena de esa ‘Hot Like Fire’ que The xx adaptarán en sus inicios, a la mezcla de órganos, guitarras y funk de ‘If Your Girl Only Knew’, de temática infiel, o a la producción casi trip-hop del tema titular, que eleva la fórmula de estribillos-mantra del álbum a la categoría de obra maestra.
No todas las canciones de ‘One in a Million’ llevan la firma de Timbaland y Missy Elliott y el álbum incluye varias joyas asociadas a otras personas como ‘A Girl Like You’, una pieza de hip-hop jazzy y letra tipo chico-busca-chica que no podría sonar más noventera aunque quisiera; o una quiet-storm llamada ‘Never Givin’ Up’ cuya suave cama de armonías vocales recuerdan a la Janet Jackson más romántica y ponen los pelos de punta. Aaliyah incluso se atreve a colocar dos versiones una seguida de la otra en la secuencia. ‘Choosey Lover’ adapta la sensual balada de los Isley Brothers para modernizarla en su segundo tramo (uno de los primeros éxitos de Aaliyah es una versión de ‘At Your Best (Your Are Love)’ que más adelante recordará Frank Ocean) y la disco ‘Got to Give It Up’ con Slick Rick utiliza la base de Marvin Gaye muchos años antes de que esta arruine la carrera de Robin Thicke.
‘One in a Million’ funciona por el contraste creado entre las relajadas actuaciones vocales de Aaliyah y la modernidad de las producciones. De hecho, Aaliyah está muy lejos de ser una gran «belter» como Whitney Houston: se parece mucho más a Janet, tanto que cuando intenta hacer un «vocal run» en ‘Never Givin’ Up’ le queda un poco amateur. Sin embargo, la fórmula de Timbaland y Missy funciona también en las baladas o medios tiempos, como en esa absoluta exquisitez llamada ‘4 Page Letter’ en la que Aaliyah sella la carta que le va a enviar a su persona amada con un besito, o en la hipnótica ‘Heartbroken’. El álbum, lleno de otros «slow burners» como ‘Givin’ You More’, te hace olvidar que Aaliyah tenía 17 años en esta época. Estaba adelantada a su tiempo desde varios puntos de vista.