Música

Judeline / de la luz

Judeline es una de las nuevas promesas del pop español que se están cultivando en el underground. Oriunda de Cádiz, la artista se crió en los Caños de Meca pero se mudó a Madrid a los 17 años para perseguir su sueño de dedicarse a la música, de «tocar las estrellas», como canta en una de sus primeras canciones. Hoy ve ya publicado su EP de debut a través de Sonido Muchacho, el sello de Carolina Durante, Sen Senra o Natalia Lacunza.

La música de Judeline es hija de diversas influencias, y ‘de la luz’ es otro trabajo publicado en nuestro país que actualiza la tradición sin que este sea su propósito principal. Pese al deje andaluz de su voz, Judeline canta en realidad como una cantante de R&B, y luego las producciones de sus colaboradores habituales ODDLIQUOR, Tuiste o Mayo pueden sonar bedroom-house e ibicencas a la vez, como la elegante ‘señal • atardecer’, o estar tan llena de armonías como de efectos de vocoder, como la pista inicial.

Sin embargo, es en las pistas más aflamencadas de este EP dedicado a cinco momentos del día donde Judeline parece estar encontrando su camino. Así, la pista destacada ‘otro lugar • despertar’ es una especie de deconstrucción flamenca pasada por la vía del hip-hop jazzy que hace sonar a Lara Fernández Castrelo como una especie de Solange gaditana

, y la final ‘tonada de la luz • madrugada’ presenta más guiños a la tradición desde su mismo título y en su bonita melodía.

Ahora que tanto se está hablando de la lírica supuestamente deficiente de Rosalía, la de Judeline puede recordar a la de ‘El mal querer’ por momentos, o a la de María José Llergo o Queralt Lahoz, resultando casi lorquiana en sus referencias al «agua de cristal» o a la «luz que parece miel» en la pista introductoria, o tan hermosas como en ese pasaje de «tonada de la luz» en el que Judeline canta que «me mata esta pena, bajo las nubes quiero convertirme en arena».

También es poética la descripción de ‘marisucia • noche’ de un «pueblo escondido» en el que su luz brilla como la de un faro, pero en lo musical opta por una electrónica épica pero contenida que lucha por derribar la voz de Judeline sin conseguirlo. Es uno de los momentos más definidos en un trabajo que se regocija en el placer de difuminar géneros. Es ahí donde Judeline halla de verdad su magia.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: judeline