Spoon llegan a su décimo álbum en plena forma. Los de Austin se ha hecho un nombre entre los grupos más aclamados del rock contemporáneo gracias a discos de la calidad de ‘Kill the Moonlight’ (2002), ‘Ga Ga Ga Ga Ga‘ (2007) o ‘They Want My Soul‘ (2014), discos en los que han sabido como pocos equilibrar su buen gusto para las melodías (instrumentales y vocales) y unas producciones de primera categoría, y en ‘Lucifer on the Sofa’ apuestan por la inmediatez sin renunciar a ninguna de sus virtudes.
‘Lucifer on the Sofa’ es el disco «más puramente rock ‘n roll» de la carrera de Spoon según la nota de prensa oficial, pero el grupo de Britt Daniel sigue siendo uno de los grupos mejor producidos del rock actual, y para esta labor han contado esta vez con la ayuda de Mark Rankin, conocido por su trabajo con Queens of the Stone Age. La producción de ‘Lucifer on the Sofa’ es inmaculada incluso cuando las canciones persiguen un sonido próximo al garage-rock, como sucede en la anacrónicamente titulada ‘On the Radio’, exuberante en el modo en que suma diversas capas instrumentales.
En este disco que grita «nominación a los Grammy» por los cuatro costados, Spoon se valen del componente directo del rock ‘n roll para entregar una serie de canciones en realidad sumamente melódicas, como suele ser habitual en ellos. La inicial ‘Held’ se vale de un pedazo de riff por lo que muchos grupos de rock matarían para hablarnos sobre la aceptación del amor («por primera vez en mi vida he dejado que me abraces como si fuera un bebé, y me he entregado a tu caridad»); y la final ‘Lucifer on the Sofa’ tampoco debería pasar desapercibida debido a su hipnótica base electrónica, por la que caben referencias a unos «vinilos y casetes» olvidados, abandonados por la (ex) amante de Britt Daniel, con los que este no sabe qué hacer.
Es también estupendo el single principal ‘The Hardest Cut’. No es una revelación como lo fue ‘Inside Out’ (de las que no hay ninguna en este disco), pero es un tema de rock ‘n roll más que efectivo que critica los dogmas, y ‘Wild‘ es otro de esos singles adictivos que Spoon sacan de vez en cuando (bueno, en realidad siempre), realmente excitante en sus juegos de tensión y relajación, que Daniel navega vocalmente con toda la maestría y la garra que le caracteriza.
Entre las pequeñas sorpresas que deja ‘Lucifer on the Sofa’ hay que mencionar los arreglos ultra retro de ‘The Devil & Mister Jones’, que parece sacar sus saxos (y parte de su título) del mismísimo ‘Back to Black‘, aunque por sonido cae más bien en el blues-rock de los mejores Black Keys o de Alabama Shakes; y ‘Feels Alright’ es una de esas pistas que pueden parecer redundantes en el contexto del disco, pero que al valerse de más melodías fabulosas, resulta un auténtico «grower».
Entre medios tiempos tan dignos como ‘My Babe’, los diversos ganchos en ‘Satellite’ (ese solo de guitarra distorsionada) y la necesaria tranquilidad aportada por ‘Astral Jacket’, a partir de canciones supuestamente menores que en realidad son muy disfrutables, Spoon terminan por redondear otro disco notable que sumar a su ya de por sí excelente discografía. Spoon no volverán a ser el «hype» de turno -aunque lo merezcan- pero su música sigue esquivando peros.