Música

Chanel merece mejor material que ‘SloMo’… y que la polémica de Benidorm Fest no tape su talento

Vaya ojo tenemos a veces los prescriptores musicales (qué bien queda así dicho, parecemos científicos): cuando salió el disco de Dua Lipa mencionamos ‘New Rules’ de pasada, convencidos de que sería una canción irrelevante en la carrera de la británica, cuando fue la que le terminó llevando hacia la estratosfera; cuando escuchamos ‘Heat Waves’ de Glass Animals la abordamos de igual manera y ahora es la canción más exitosa en todo el mundo 2 años después de su lanzamiento, y cuando llegó a nuestros oídos ‘SloMo’ de Chanel la descartamos de inmediato como potencial ganadora del Benidorm Fest porque nos pareció un remedo de ‘Booty’ de C. Tangana y Becky G publicado unos cuantos años tarde, y ahora va a representar a España en Eurovisión. Que nos contraten en RTVE: ¡podemos hacerlo peor!

En nuestra defensa hay que decir que las primeras impresiones no suelen equivocarse, aunque hay excepciones sonadas como la mismísima ‘Ay mamá’ de Rigoberta Bandini; y canciones como ‘SloMo’ ya se han escuchado antes y mejor. Lo peor no es su letra materialista -aunque se queda cerca- sino que la melodía y los ganchos suenan tan sobados que el impacto de una primera escucha es inexistente. La escuchas y y dices «thank you, next«.

Sin embargo, la actuación es otra cosa, una sobrada de tablas sobre el escenario que no tantas artistas pueden replicar. Un show basado totalmente en la coreografía, con momentos que quitan el hipo, y cantado totalmente en directo, y diseñado para el lucimiento total de la artista. Cuando llega el paso «baile a cámara lenta» sabes que Chanel está aprovechando para recuperar el aliento pero, gracias al juego de luces, ni se te pasa por la cabeza. Desde el principio hasta el final no puedes despegar los ojos de ella.

Chanel ha contado que ‘SloMo’ llegó a sus manos después que el asesor de RTVE en Eurovisión Tony Sánchez-Ohlsson se la ofreciera porque le «pegaba» mucho. ¿Por qué? ¿Porque es disfrutona y bailable? Vaya ojo también: ‘SloMo’ ya está fuera del top 100 de Spotify Spain. Su momento viral ha caducado. En la lista de Promusicae pinta que solo caerá en picado. Más bien diría que a Chanel la canción le pega poco o, mejor dicho, que le queda pequeña: ella aspira a mucho más que a una composición tan sumamente básica, con tan poco gancho, que ni entre cinco autores ha conseguido sonar a otra cosa que a «reducto de». Es de esperar en este tipo de hits hechos en laboratorio en los que las idiosincrasias de cada autor quedan diluidas a favor de la «fórmula», ¿pero de verdad no había nadie en RTVE que dijera «esta canción vuelve al cajón»? ¿De verdad alguien la presentó despacho en despacho convencido de que sería un hitazo?

Benidorm Fest ha servido para poner en el mapa a un puñado de artistas estupendos, y una de esas artistas es Chanel. Esta persona que era una completa desconocida para la mayoría del público de repente es famosa cuando ya ha cumplido los 30 años (como le pasó a Jennifer Lopez

) pero lleva años trabajando sin descanso para ser la mejor cantante y bailarina posible: comenzó a bailar a los cuatro años, estudió ballet, jazz o baile contemporáneo, en su vida adulta ha actuado en musicales como ‘El Rey León’, ‘Mamma Mia!’, ‘El guardaespaldas’ o ‘Flashdance’, en programas de televisión como ‘Tu cara me suena’ y durante los ensayos de ‘SloMo’ practicó corriendo en la cinta con tacones de aguja. ¿Perdona? ¿Eres Beyoncé? A eso se llama determinación y ambición, de las que Chanel va sobrada: ya ni nos acordamos cuando los concursantes de Operación Triunfo decían que no se sentían preparados para ir a Eurovisión. Gracias, Benidorm Fest, por cambiar las tornas.

Tras la victoria de Chanel en Benidorm Fest hubo clamores de tongo, luego se descubrió que la artista catalano-cubana ya era una de las favoritas del jurado en las votaciones originales previas a la emisión del certamen, y todavía hay que seguir repitiendo que el jurado no está ahí para representar el voto del público, porque para eso ya está el público: Chanel ha sido la apuesta de RTVE, y hay que agradecer al jurado que haya puesto en el mapa (incluso a nivel internacional) a una artista de la categoría de Chanel que merecía mayor repercusión. La sensación que ha quedado es que lo ha hecho a la fuerza, de manera subrepticia, ignorando el deseo de la audiencia, pero el sistema «corrector» cumple una función, el voto demoscópico también ha hablado y no ha habido corrupción de ningún tipo demostrable. Chanel es justa ganadora como lo hubieran sido otros y, de no haber sido por RTVE, quizá nos habríamos perdido para siempre un gran talento.

A nivel simbólico, sí, la victoria de Chanel representa una derrota para la apuesta independiente, pero no se puede subestimar a una persona que baila como Chanel, a la altura de atletas del pop como Beyoncé o Jennifer Lopez y que derrocha tanto carisma y confianza sobre la tarima. Más bien hay que pedir que le lleguen mejores canciones a la mesa, con las que incluso pueda lucirse más en el terreno de la coreografía, porque para llevar ‘SloMo’ yo me quedo con Luna Ki por mucho autotune que tenga por medio: por lo menos llevaba una canción digna. ‘SloMo’ es un «slo-no». Y aún así, no subestimaría que el poderío de Chanel sobre el escenario conquiste a Europa. ¿Y si gana? Ahí sí la celebraremos. Ahí sí nos saldrá la vena patriota. Ahí sí veremos el talento de Chanel. Y a Chanel se le abrirán todas las puertas que merece: será cuestión de que juegue bien sus cartas y demuestre, a la larga, cuando el público está por fin mirando, que el jurado tenía razón.

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Publicado por
Jordi Bardají