«La pandemia es el gran trauma colectivo de nuestra era» es uno de los titulares que nos ha dejado la cantautora bilbaína Tulsa en el podcast de JENESAISPOP dedicado a la salud mental. Era inevitable que de esta herida compartida surgiesen decenas de obras de arte que o bien reflexionasen sobre la experiencia o bien buscasen arrojar algo de luz en la oscuridad, y esto último es exactamente lo que ha buscado hacer Joseph Mount en el nuevo disco de Metronomy.
Autor incansable, pues la tendencia de su carrera ha sido publicar disco cada dos años, sin fallo, Mount propone en ‘Small World’ un «regreso a los placeres simples» de la vida, en especial a la «naturaleza», y desde este lugar de confort reflexiona sobre temas que han invadido su mente durante la pandemia, como la vida, la muerte, la soledad o precisamente también la salud mental, eso sí, con la convicción de que «todo va a salir bien».
Un luminoso optimismo impregna casi todas las canciones de ‘Small World’ desde la misma pista inicial, una melancólica composición llamada ‘Life and Death’ que transmite cierta serenidad ante la idea de la muerte por su inevitabilidad. Las canciones suenan contentas, especialmente el simpático single de indie-pop ‘Things will be fine’, que trae a la mente a los Cure de ‘Head on the Door’, y cuando hablan de soledad, como ‘Loneliness on the run’, lo hacen para «tirar esa soledad por la ventana», a la vez que la composición pasa de la desazón de las estrofas (con esas baterías tan 90s) a un estribillo lleno de luz.
‘Small World’ es un disco optimista, que no un disco positivista. Mount sabe que sin tristeza no puede haber alegría, que sin tragedia no puede haber felicidad, y su nuevo disco habita este contraste desde el segundo cero. Incluso una canción llamada ‘Love Forever’ que habla sobre una fábrica del amor, con todos sus ecos de sunshine-pop, suena en realidad cargada de melancolía, y la graciosa ‘Right on time’ no es más que «otra canción absurdamente optimista sobre disfrutar del sol» que, no obstante, aún incluye referencias a un corazón roto, en medio de esa fantasía de cuerdecillas 60s que gustaría a los responsables del sello Elefant… y a su elenco de artistas.
El animado single principal ‘It’s good to be back‘ también trae un título positivo, pero la letra hace referencia a un amor que «se ha ido». Una canción en realidad dedicada a la niñez de Mount, en concreto a los tiempos en que escuchaba la música de sus padres en la parte trasera del coche, es la pieza más uptempo de un ‘Small World’ que se contenta con sonar maduro y meloso, sin distraerse en explorar cuantiosos estilos como en el disco anterior. ‘Small World’ es un disco pequeño, encerrado en su propio «mundo», que busca arropar en los momentos difíciles sin obligarte a sonreír cuando no lo deseas.