Música

VVV [Trippin’you] / Turboviolencia

Bilbao BBK Live, Tomavistas, Melona Fest, Fan Futura… son solo algunos de los festivales en que podrás ver a VVV [Trippin’you] este año, tras haber pasado ya por ejemplo por uno de los más vanguardistas, el MIRA. Presentan su tercer disco, publicado en los últimos días de 2021, bajo el nombre de ‘Turboviolencia’.

El trío madrileño formado por Elinor Almenara, Adrian Bremner y San Fierro no tiene miedo a consentir la denominación de neo-bakala en lo que parece una de las escasas pinceladas de humor en el concepto de la banda. Porque este es un proyecto marcado por el existencialismo, en el que no es casualidad que hayan escogido como productor a Diego Escriche de La Plata.

Es evidente que el post-punk siempre ha sido una influencia para VVV [Trippin’you], sobre todo en unos textos que jamás podrán huir del nihilismo ni del romanticismo por mucho que lo intenten. Su líder Adrián Bremmer tiene el mismo tono tristón de un Ian Curtis o en España Germán Coppini. Canta hacia dentro como para atacar el lugar del que proceden todos sus males. La música, en cambio, es otra cosa, correspondiéndose con esa loca playlist de influencias que realizó para Veinte20.org, donde aparecían indistintamente HEALTH y Tino Casal, The Prodigy y Caterina Barbieri, Crystal Castles y TR/ST.

Tal es la sensación de caos escuchando ‘Turbolencia’ que rebuscar entre las posibles influencias de VVV [Trippin’you] es un divertimento. Uno no sabe si por ahí saldrán Einstürzende Neubauten y Throbbing Gristle o más bien El Último Vecino. Reconforta comprobar que en redes siguen a gente tan dispar como Miqui Puig, LVL1 y PUTOCHINOMARICÓN, porque la sensación que deja ‘Turboviolencia’ es que les interesa todo. Todo lo que haya servido para expresar la mierda de nuestro interior.

Hay varios guiños al drum&bass en el álbum, siendo uno de los más gráficos el minuto final de ‘Matar el tiempo’. Tras haber afirmado «Añoro estar hecho pedazos, hecho pedazos por ti», el cantante se pone a gritar extasiado que «nunca fuimos especiales», hasta que se desata toda una tormenta de beats como forma de expresión y lamento. También está ‘Monstruo’, en la que toca el piano otra revelación interesante, Bune. En este caso próxima a las ambientaciones humeantes del trap, retrata lo que sentimos «al mirarnos en el espejo a las 5 de la mañana, sabiendo que seguiremos de fiesta hasta las 5 de la tarde». Y ese algo es «Odio el monstruo que puedo llegar a ser».

Elinor Almenara se encarga de uno de los momentos más melódicos, ‘Amianto’, y salta a la vista que ‘Hiedra verde’ y ‘Odiar frontal’ iban a competir en popularidad con temas de anteriores discos como ‘Destrucción‘, ‘Invierno nuclear’ y ‘Ya no tienes miedo’. Otras veces, dejan que predomine la sensación de «rabia», «inseguridad» y «dolor» en unas composiciones sangrantes que pueden pecar de explícitas (toda esa droga en ‘Nadie es leal’) y no sé si decir de un exceso de desbarajuste.

‘Turboviolencia’ es como estar viendo el programa de Ferreras con el volumen apagado y los subtítulos puestos, mientras un activista ucraniano grita por la libertad desde tu muro de Instagram, escuchas un vinilo de Joy Division, y además tu hermano está con Chimo Bayo a tope en la habitación contigua. Pero tampoco es que de pulir todo esto pueda salir nada mejor. ¿No es VVV [Trippin’you] uno de esos grupos llamados a alterar la paz?

VVV [Trippin’you] actúan este sábado 9 de abril en Razzmatazz, Barcelona.

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Publicado por
Sebas E. Alonso