Raso Estudio ha podido publicar este mes al fin el disco de Ronroneo en vinilo. ‘Autoerótica’ era a finales de 2021 la presentación formal del proyecto del gallego Jacobo Varela. Asistido por sus compañeros de sello Manu Blanco y Xoán Domínguez, es decir, Blanco Palamera, este debut era a primera vista un álbum de cantautor de autoconocimiento. Un «manifiesto de resistencia de un yo frágil y vulnerable» y también una lucha en el camino de la «autoaceptación».
La cadencia R&B y la importancia de las voces apuntan hacia la sensibilidad del también gallego Sen Senra. Los ritmos, en cambio, están más marcados por Latinoamérica. Pero no por el reggaetón ni tampoco por los beats modernos de Bomba Estéreo. Influido por un viaje realizado hace 3 años por países como Bolivia, Chile y Argentina, ‘Autoerótica’ se acerca tímidamente al bolero, el tumbao o la bossa. Una mezcla entre la intimidad de Jobim y José González con las formas lo-fi de Devendra Banhart.
El carácter espiritual de ‘Autoerótica’ es palpable ya en ‘Amanecí en el lago’. «Era yo el cisne, y era yo el árbol» marcan un encuentro con la naturaleza que termina mandando callar: «schhhhhh», se escucha al final de esta primera pista. La segunda, es una conversación en Argentina en busca de uno mismo: «Vos estás acá porque la manifestación del espíritu te lo pidió, necesitabas ver reflejos de culturas distintas, parecidas a la tuya, que hacían reflejo para poder tomar consciencia de qué carajo somos adentro».
También es palpable la importancia del amor en estos textos. «Ya no queda paz en el mundo si tú te vas» es uno de los mejores estribillos del álbum, el de ‘Ya no queda paz’. La percusión esbozada, la voz limpia, las palmas que se incorporan, los vientos que se suman con total delicadeza marcan la línea estilística. El pequeño viral del disco, ‘Inmensamente frágil’, no está tan lejos melódicamente de clásicos como ‘Perfidia‘. A lo que contribuyen percusión y trompeta, mientras Ronroneo repite que «vamos a la deriva con el mar». En concreto con un «corazón de hojalata».
Ronroneo «camina descalzo por la vereda de una vida vacía» en ‘Plegaria’, se lamenta de estar enamorado de lo que no tiene -como todos- en ‘Recaída’ y se consuela terminando con la mejor composición del disco. ‘Simplemente soy’ es exactamente esa canción de confort que ha buscado durante todo el proceso. «Simplemente soy todo lo que soy, nada más y nada menos, y es así como me quiero yo», dice entre unas guitarras tipo The Shadows que se balancean. Acompañan olas de mar, el punteo se esfuerza por elevarse un par de palmos del suelo en el último segundo, hay un guiño a ‘Suavemente’… Qué paz, ¿verdad?