Ha pasado poco más de un mes desde su estreno en salas y ya está en plataformas (HBO Max en suscripción y el resto en alquiler). ‘The Batman’ es un buen ejemplo del nuevo paradigma de la exhibición cinematográfica de Hollywood: estrenos en muchos cines durante dos o tres semanas, y en cuanto la recaudación desciende, un nuevo impulso (ya no hay que compartir dividendos con las salas) a través del streaming.
Obviamente, ‘The Batman’ es una película para ver en una buena sala (todavía se mantiene en un centenar de cines). Pero a diferencia de otras superproducciones de Hollywood, que lo basan todo en la espectacularidad, puramente sensorial, de dos o tres secuencias, la película de Matt Reeves resiste muy bien el paso a las pantallas domésticas. Estas son las razones:
1. Es un thriller más que una película de acción. ‘The Batman’ está más cerca de ‘Seven’ o ‘Zodiac’ que de ‘Spider-Man: No Way Home’ o ‘Morbius’, por citar los dos últimos éxitos del cine de superhéroes. La primera hora y media es una tenebrosa y cautivadora historia de detectives con elementos de terror que podría haber firmado el propio David Fincher. Importa más la atmósfera y la narración (está inspirada en ‘Batman: El largo Halloween’), que la coreografía de las escenas de acción. A este respecto, tiene dos grandes secuencias: una extraordinaria persecución de coches –que sí se va a resentir fuera del cine- y un clímax final no demasiado relevante que da un poco igual dónde se vea.
2. Los personajes están muy bien perfilados. De Batman (un atípico pero estupendo Robert Pattinson, carismático, vulnerable, atormentado) a Enigma (un fabuloso Paul Dano, siniestro, malévolo, psicópata, casi a la altura de los Joker de Heath Ledger o Joaquin Phoenix), pasando por Catwoman (una sensual e intrépida Zoë Kravitz), el Pingüino (un irreconocible y divertido Colin Farrell) o Carmine Falcone (el siempre excelente John Turturro), todos los personajes tienen suficiente peso dramático y psicológico como para sostenerse en escena por sí mismos.
3. La evocadora estética gótica. ‘The Batman’ es la más oscura, en términos visuales, de las películas del murciélago. No queda ni rastro del colorido pop de la serie de los 60. Gotham nunca ha sido tan sombría, lluviosa y sórdida. Hasta Batman recuerda más a ‘El Cuervo’ de Brandon Lee que al propio personaje creado por Bob Kane. Pero funciona. En gran parte gracias al impresionante trabajo fotográfico de Greig Fraser, reciente ganador del Oscar por ‘Dune’. Eso sí, más vale que la veas de noche y con la luz apagada.
4. Su interesante comentario social. El discurso de ‘The Batman’ –demasiado subrayado y verbalizado, eso sí- no ha generado tanto revuelo como el de ‘Joker’, pero es muy significativo y dice mucho sobre nuestra realidad sociopolítica. Aparecen temas de actualidad como la corrupción de magnates y políticos, la creciente desigualdad social, la violencia policial, la epidemia de droga sintética (¿alusión al fentanilo?) o el asalto violento a las instituciones democráticas por parte de ciudadanos descontentos azuzados por influencers oscuros como este nuevo Enigma.
5. ‘The Batman’ está llena de detalles estéticos y de puesta en escena. El tiroteo en la oscuridad en el ascensor, la tensión en off en la catedral durante el funeral, los paseos en moto con el ‘Something in the Way’ de Nirvana de fondo, la detención de Enigma en un diner que parece una versión tenebrosa de la pintura ‘Nighthawks’ de Edward Hopper… O escenas que no se aprecian en una primera visión como ese pictórico plano general (min 31:55) donde se ve la silueta de Enigma a través de una ventana vigilando la entrada de la sala Iceberg del Pingüino. Escenas de gran impacto estético para admirar y escrutar una y otra vez.