Entre los regresos que menos esperábamos a estas alturas se encuentra el de Uffie. La cantante franco-estadounidense ha conseguido sacar su disco antes que Sky Ferreira, pero le ha costado 12 años. El primero también se hizo esperar más de lo debido. ‘Sex Dreams and Denim Jeans’ vio la luz en 2010, cuatro años después que Uffie lograra viralizar su hit ‘Pop the Glock’ en MySpace.
El disco no fue ningún éxito comercial, pero sí influyó a artistas que hoy consideramos clave para entender el pop de nuestro siglo, como Charli XCX (con quien colaboró en una de sus mixtapes de 2017) o SOPHIE. Al fin y al cabo, ‘Sex Dreams and Denim Jeans’ era un estupendo trabajo de pop moderno que coqueteaba con el synth-pop, el electro o el hip-hop de manera exquisita, y que contaba con la producción de maestros como Mirwais o Mr. Oizo.
Uffie no ha conseguido superar el hito de aquel ‘Pop the Glock’ cuya mezcla de electro, hip-hop y vocoders líquidos fascinaba a los amantes del pop más selecto. Sin embargo, en ‘Sunshine Factory’ tampoco ha querido repetir su fórmula. Por contra, se ha asociado con Toro y Moi y ha creado un disco de pop alucinado que sabe a fresa y a ácido. ‘Sunshine Factory’ es su particular «país de las maravillas psicodélico» en el que los dramas del mundo real no tienen cabida. Aquí el único drama es que a Peaches
se le ha quedado el pito atrapado en una puerta, como cuenta en uno de los interludios. Y claro, no puede acudir a la fiesta. Aunque, francamente, tampoco se pierde la noche de su vida.La paleta sonora de ‘Sunshine Factory’ se basa en aquel dance-punk que nos hacía bailar en torno a 2005 o 2006. La producción es lo-fi y sucia como en los primeros discos de Gossip o Bonde do Role, y las canciones buscan hacerte sentir que estás bailando en un garito de mala muerte. Es absolutamente el caso de la marrana ‘mvp’ (por sonido y letra), de esa ‘dominoes’ atiborrada de «espresso italiano» y, sobre todo, de la frenética ‘where does the party go?’, que rima «Madonna» con «marihuana» y después «marihuana» con «nirvana», y cuyo pegadizo estribillo reza «ya no puedo volver atrás, este año he colapsado como el MacBook». Los textos muchas veces no tienen sentido, y esa es su gracia.
A veces, las canciones de ‘Sunshine Factory’ abrazan las guitarras robustas del indie-rock noventero, como ‘prickling skin’, que no renuncia a la suciedad electrónica que impera en el álbum. Otras consiguen que Uffie no suene completamente anacrónica en 2022: ‘anna jetson’ llega tarde al sonido PC Music, pero llega, la dulce ‘a month of mondays’ podría ser de Charli XCX y ‘sophia’ convence con su sonido bedroom-house y el humor de su letra «U-U-U-Uffie bad and boujee / Shake it up and make a smoothie».
La filosofía de ‘Sunshine Factory’ es la de la despreocupación, y el disco suena completamente descuidado en el buen sentido, y también en el malo, porque las canciones rara vez dejan huella, aunque resulten entretenidas. La mejor del lote, sin duda, es ‘cool’. Irónicamente es la que menos tiene que ver con el estilo general del disco, pero también es la que más se acerca a darnos un nuevo single-hito de Uffie como lo fue ‘Pop the Glock’. En su caso, a ‘cool’ le basta un simple ritmo de pogo y unos punteos de bajo para convencernos de que Uffie es la persona más «cool» del planeta, como ya hiciera su primer hit.