«Yo pensaba que no nos gustaba el reggaetón»: crónica del Low

Low es otro de los festivales que se reencuentra con su público tradicional este 2022. El otro «Benidorm Fest» ha colgado el cartel de abonos agotados en su modalidad normal, la VIP y la VIP Pool, restando únicamente unas pocas decenas de entradas de día hasta que el festival se cierre este domingo 31 de julio.

Este viernes 24.000 personas abarrotaron la Ciudad Deportiva Guillermo Amor, celebrando como siempre la comodidad de las instalaciones (sobre todo la de la icónica piscina olímpica con barra libre de cerveza), su amplia oferta gastronómica y en general ese entusiasmo generalizado en torno al kitsch de Benidorm que ha llevado al Low a rozar el sold-out total sin necesidad de contratar a una banda del tamaño de Muse.

Da la sensación, en primer lugar, de que la gente acude al Low por su marca, emplazamiento y buenas fechas de celebración; y sobre todo a ver a grupos nacionales y latinos. Como ya sucedió en Tomavistas, resulta que algunos de ellos convocan a más gente que los anglosajones, en otros tiempos el gran reclamo de este tipo de eventos.

La enorme cantidad de público convocada por la argentina asentada en España Nathy Peluso, por encima de nombres más consagrados por su discografía, sirve como metáfora del recambio generacional que se está viendo en los festivales después de la pandemia. Venía de antes, y hace muchos años que en el Low ya vimos, por ejemplo, a La Zowi. Pero además es significativo que la pequeña carpa de DJ’s, el Escenario Ellesse, estuviera plagada de gente perreando gran parte de la noche, durante los conciertos, cuando el cartel del Low Festival nació siendo eminentemente indie. ¿Recordáis cuando tocaron en el festival These New Puritans? Ahora resuenan por todas partes canciones de C. Tangana, Rosalía y Bad Bunny. No sé cuántas veces llegué a escuchar ‘Bizcochito’ y ‘Despechá‘ (entre otras, las que las puse yo mismo al pinchar). «Yo pensaba que no nos gustaba el reggaetón», escuché comentar a una chica saliendo del recinto a las 4 de la mañana. Su amiga no respondió nada, y quien calla, otorga.

Lo que no quiere decir que haya que desmerecer a la vieja escuela: Metronomy y !!! estuvieron entre lo mejor de la noche, aunque ninguno llegara al festival en su mayor momento de hype. Eso no ha sido nunca un inconveniente para los de Joseph Mount, que ofrecen su clásico set de gran banda, mucho menos electrónico de lo imaginado y muy recreado en el detalle de pianos y teclados, como ya hemos comprobado en otras ocasiones. Repartidas durante la hora de set, ‘The Bay’ (al principio), ‘Everything Goes My Way’ (hacia la mitad) y ’The Look’ (hacia el final) equilibran el concierto, pero también destacan los instrumentales, los momentos rockeros o el empeño en los acústicos. Mi debilidad continúa siendo ‘Love Letters’, con su ritmo tan Motown. Puede que nunca lleguen a ser ese supercabeza de cartel, pero merece la pena prestar atención a los detalles por mucho que vayan y vuelvan las modas.

Mucho más tarde, de madrugada y también en el mismo Escenario Vibra Mahou -el grande-, era el turno de !!! Nic Offer no ha perdido ni un poco de su característica energía, la cual lleva desplegando sobre las tablas desde hace unos 25 años, y no para de moverse de allá para acá durante la presentación de su disco ‘Let It Be Blue’. Como a medio camino entre Mick Jagger y Bobby Gillespie en cuanto a pose y actitud, pero más cerca de un guiri cualquiera en vestuario, Offer no se resistió a tirarse al público hacia el final del concierto. Si hay algo positivo de !!! es su directo y pese a su reconocido complejo de segundones, tiene mérito que al público le dé exactamente lo mismo que toquen canciones nuevas como ‘Un puente’ y ‘Here’s What I Need to Know’ que ‘One Girl/One Boy’. No todos los grupos pueden presumir de que todo su repertorio sea una fiesta por igual.

León Benavente estuvieron entre los grupos españoles que actuaron con gran éxito de convocatoria en el Escenario Benidorm, lo que incluyó un set de luces de formas geométricas y tonalidades rojas, y por supuesto temas tan celebrados de su carrera entre el rock, el kraut, la electrónica y la épica, como ‘La ribera’. No parece que se esté hablando muchísimo de su último disco ‘Era’, pero temas como ‘Mítico’ resultaron de lo más solvente frente un público tan multitudinario.

A Triángulo de Amor Bizarro les tocó en un escenario pequeño por alguna razón, el de Radio 3, e Isa no se aguantó las ganas de comentarlo: «Estamos en el mejor escenario y vamos a reventarlo». Cosa que obviamente hicieron a base de grandes éxitos y grandes canciones de su último disco, aquel accidentado álbum homónimo que tan mal lo han pasado para presentar en recintos con el público sentado. Eso forma parte del pasado y en un concierto de Triángulo ya no se sienta ni Dios, mientras suenan atronadores temas como ‘Amigos del género humano’, ‘El fantasma de la transición’, ‘Estrellas místicas’, ‘Barca quemada’ o ‘De la monarquía a la criptocracia’. Entre las anécdotas, “Capitalismo es canibalismo” es su nueva adaptación de la primera, y ‘Robo tu tiempo’ es ahora una versión autoparódica que no acaba nunca, que vuelve varias veces, como en representación de que Rodrigo, sí, roba ahí nuestro tiempo y un poco nuestro dinero. Que viene a ser lo mismo.

En el mismo escenario pero de madrugada, entre las 2 y las 3, actuaba Joe Crepúsculo acompañado de Aaron Lux, ambos aporreando teclados, bailando mucho y animando al personal con una cantidad de alaridos desgañitados casi excesiva. Joel tiene el repertorio que quiere después de más de 10 discos y ‘Tren de la bruja’, ‘Tecnocasa’ en todo su surrealismo y ‘Carreteras de pasión’ compiten ya por un hueco fijo junto a ‘Música para adultos’, ‘La canción de tu vida’, ‘Suena brillante’ y por supuesto ‘Mi fábrica de baile’ como colofón. Abel de Los Vinagres se pasó a interpretar ‘Pensar el tiempo’.

Quizá la cabeza de cartel por convocatoria de público la podríamos considerar Nathy Peluso, muestra de esa evolución editorial del Low Festival de la que hablaba. Su show con banda presenta varias alturas, lo que le da bastante juego a su icónica figura recreada con sombras y colores en las pantallas, siendo una de las cumbres ese momento en que canta ‘Business Woman’ y llega la parte de «soy cabrona poniéndote el culo en la cara». Para entonces se encuentra en lo más alto del set, de espaldas al respetable, agachada y mostrando su mejor cara. Su show es entretenido y muy visual, bastante lleno de hits, aunque es demasiado honesta con sus tomas vocales y agradecería algún pregrabado o coro en playback: a veces hay un poco de barullo en los rapeos y no puede ser que un estribillazo como el de ‘Emergencia‘ apenas se oiga.

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Publicado por
Sebas E. Alonso