Música

Karmento: «Lo folclórico es descarado, exagerado y permite la libertad de una forma única»

El campo no es una moda, ni el folclore un estilo recurrente en el pop de hoy. Para la manchega Karmento -en concreto proviene de Albacete- es un símbolo de libertad. Así lo manifiesta en esta charla en la que nos habla sobre ‘Este devenir‘, el disco que sacó durante la pandemia pero que aún está presentando en directo. En él, aparte del single ‘Cri cri’ o lo bien que ha funcionado su tema ‘La manchega en la azotea’, hallábamos más canciones que se han quedado para siempre con nosotros, muy especialmente la balada ‘Danzar sobre la tierra’.

Conocida también por sus colaboraciones con compañeros de su sello El Tragaluz como Vicente Navarro o Idoipe, Karmento nos habla sobre su futuro y sobre sus próximas fechas en concierto como parte del programa Girando Por Salas. Este mismo viernes 23 de septiembre estará en Zaragoza, continuando por Lleida, Sevilla, Granada, etcétera. Las entradas están disponibles en WeGow.
23/09 La Lata de Bombillas (Zaragoza) GPS
24/09 Cafè del Teatre (Lleida) GPS
29/09 Sala Long Rock (Sevilla) GPS
30/09 Sala Lemon Rock (Granada) GPS
01/10 Elche de la Sierra (Albacete)
14/10 Festival Tablas Folk (Daimiel, Ciudad Real)
15/10 Porzuna (Ciudad Real)
21/10 Sala Wolf (Barcelona) GPS
09/11 Sala El Sol (Madrid) GPS
19/11 Becerril de la Sierra (Madrid)
25/11 The Irish Theatre (Salamanca) GPS

Como todos los lanzamientos de El Tragaluz, tu disco tiene un fuerte poso folclórico. ¿Fue lo que siempre te gustó de verdad o en algún momento de tu vida fuiste más punk, indie… o alguna cosa que no imaginemos?
Como consumidora, siempre he sido muy ecléctica con la música. Las distintas épocas de mi vida han tenido bandas sonoras muy diversas. Por ponerte un ejemplo, me vienen a la cabeza los años de universidad en Madrid, donde me dio por el rock español: Marea, Los Delinqüentes y Los Piratas fueron algunas de las bandas que me camelaron. También descubrí algunas bandas de rock internacional, como los Red Hot o Skunk Anansie, y el universo de las solistas, Sheryl Crow, Alanis Morissette o Shakira. Luego imagina, en Madrid, durante mis años de juventud, el circuito de cantautores estaba bastante activo, y toda provinciana en la capital tenía que ir a escuchar acústicos en directo si quería sacar verdadero y moderno provecho de su estancia en la capital. Recuerdo ‘Atrapados en azul’ de Ismael Serrano, prácticamente se me rayó en el compact disc, y Sabina era Sabina.

Pues así toda la vida, según donde haya vivido, y con quién, y qué procesos estuviera atravesando, pero lo cierto es que cuando me pongo a componer me sale lo que me sale y parece ser que sí, que tiene un fuerte poso folclórico. No creo que todo lo que he compuesto tenga un carácter folk tan definido, pero el feedback que estoy recibiendo con ‘Este devenir’ así lo manifiesta y a la vez aumenta mi curiosidad y deseo de seguir explorando ese camino, que parece tan natural en mí y con el que disfruto tanto. Lo folclórico es descarado, exagerado y permite la libertad de una forma muy única, no hay más que escuchar, por ejemplo, una letra original de Sabina, cantada por María Jimenez, en ‘Con dos camas vacías’, y dices, a ver, ¡esto otro nivel de intensidad!

Tu último disco se publicó en la primavera de 2020, ya sabemos cómo estaba el mundo en aquel momento. ¿Qué supuso para ti lanzarlo en un momento tan delicado?
Me han hecho esta pregunta algunas veces y no creas que sé muy bien cuál es la verdadera respuesta. Siento que tuve la suerte de poder aferrarme a un objetivo. En realidad no teníamos idea de por dónde iba a salir, pero al menos teníamos un proceso a medias y lo único que tenía sentido era terminarlo. En mitad de la tragedia, donde parecía que todo podía desaparecer abruptamente, tener algo por lo que moverse, currar, pensar, ilusionarse, luchar, y a veces, sencillamente mantenerse ocupada, parecía una buena forma de cordura. No tenía ningún sentido parar el proceso, porque teníamos todo el material hecho, y tocaba sacarlo en el curso ordinario de los acontecimientos. Todo era ya demasiado extraordinario, así que decidimos que lo mejor era seguir con el plan trazado. A día de hoy creo que fue la mejor decisión, quizás la única con sentido.

¿Cómo has ido desarrollándolo a lo largo de los años? Sabemos que has ido lanzando algunos vídeos poco a poco… ¿Crees que es posible mantener vivo un disco hoy en día durante 2 años, cuando parece que su impacto dura 15 días, más bien?
Buff, no lo sé, la velocidad del mundo me abruma. La consciencia de la velocidad ha sido una de las grandes tomas de consciencia durante el recorrido del proyecto Karmento. He tenido que ponerme muy dominanta para lidiar con mi adicción a la velocidad y la intensidad. Entiendo que esto es una profesión y que tiene sus tiempos, a veces hay que empujar, y también hay momentos en los que toca parar y es importante respetarlos. Para ese equilibrio, también confío en el trabajo de El Tragaluz, y de mi mánager David. Juntos, vamos marcando el camino y el ritmo que podemos necesitar. En este caso, creo que sí hemos conseguido darle más de dos años de vida a este disco y ha sido precisamente en este último año cuando el disco ha cogido impulso.

Puede que los ritmos de la industria musical van un poco “cocainómanos», pero también observo que la forma en la que se mueve, se escucha, se comparte y se transmite la música en este momento, admite giros inesperados, y da márgenes que apenas podemos predecir pero suceden. Sacaré otro disco, cuando haya otro disco que sacar, y estoy segura de que será en el momento adecuado… Amigo, «sucederá lo conveniente”.

Sorprende ver que ‘Cri Cri’ finalmente no ha sido una de las canciones favoritas de tus seguidores. ¿Te ha sorprendido también? ¿Sucede lo mismo en tus directos?
Intuyo por tu pregunta, y ese estupendo artículo que escribiste sobre ello, que a ti te gusta mucho ‘Cri Cri’, cosa que me alegraría porque para mí es una canción muy especial, que se acerca a ese universo de fuerza y folclore enraizado, que forma parte del estilo de Karmento, una canción de poder y autorreconocimiento que decidimos sacar como primer single en un momento donde sentimos que lo era, y a día de hoy, lo seguimos creyendo, y que en los directos, es la canción que presenta a la banda y da el pistoletazo de salida al espectáculo… esa entrada me pone los pelos de punta.

No obstante, he ahí la magia de la música, nunca sabes del todo cómo va a ser el recorrido de una canción ni cuál va a ser la que destaque, y eso lo demuestra el público día tras día, sobre todo en proyectos como estos, cuyo crecimiento se da de forma muy orgánica.

«El ritmo de la industria es cocainómano, pero admite giros inesperados»

¿Hay alguna canción tuya que te haya sorprendido cómo ha crecido a lo largo del tiempo?
Para mí, la sorpresa fue ‘La manchega en la azotea’. Sabíamos que era una buena canción, pero yo no imaginaba que conectaría tan bien con la gente y que me ayudaría a ampliar mi público, a través de ese sentimiento de identificación y alegre pertenencia, como siento que ha ocurrido.

Para los que somos unos catetos totales en cuanto a música manchega, ¿por qué crees que ‘La manchega en la azotea’ nos puede sonar un poco a sevillana? ¿Qué puede tener en común en cuanto a tipo de melodía, ritmo o lo que sea?
Bueno, yo diría que las sevillanas son básicamente unas «seguidillas castellanas» y que en su evolución, por la influencia de las culturas y las músicas «del sur» fueron adquiriendo aires más flamencos. La sevillana hereda la estructura de la seguidilla. Todo es folclore, música del pueblo, la expresión de la cultura compartida. Lo que pasa es que cada folclore va cogiendo elementos y matices de las regiones o tierras donde se produce.

Tu disco es anterior a ‘Alcarrás‘. Ahora mismo al ver la portada, recuerda un poco a la que parece la película española del año. Independientemente de que la hayas visto o no, ¿hay un discurso potente en la defensa del campo en tu música? ¿Vives en el campo, lo añoras o cuál es exactamente tu relación con él?
No me había percatado, de hecho he buscado la portada de la película al leer tu pregunta. Me gusta mucho la portada, y veré la película sin duda… (mi grado de desconexión de la actualidad, por momentos, es para hacérmelo mirar). A lo mejor por eso me gusta el campo, porque me conecta con la permanencia, con los ciclos, con la vida no contaminada, con el trabajo sencillo, con la historia de mi familia, de mi región y de todas las tierras, con mi pasado… Soy una melancólica, y quien me escucha ya se habrá dado cuenta, ¡digo yo!

Tu colaboración con Vicente Navarro ha tenido muy buena acogida. Parece que es obligatorio hoy en día hacer colabos, aunque sea con un artista de tu mismo sello. ¿Qué te parece el mercado de la colaboración constante que hay ahora mismo?
Yo creo que hay que intentar hacer buenas canciones, canciones que tengan sentido para nosotros como artistas. Para mí, una colaboración como ‘La juventud’ es un regalo, una oportunidad para ofrecer al público una verdadera simbiosis creativa entre artistas que se han escuchado, entendido y han conseguido componer juntos una canción con la que ambos se sienten a gusto. Ese es para mí el mayor sentido de una colaboración, y los temas así construidos, aportan valor a la música, desde mi punto de vista… Respecto a lo que hacen los demás, sinceramente no es cosa mía, y confío en verdad en el público. ¿Qué otra cosa una artista puede hacer si no confía en que su público la encontrará (a veces) a través de una bonita colaboración?

En tu disco había muchas baladas, ¿eso ha propiciado que te sientas más cómoda presentando el disco en espacios muy reducidos e incluso con el público sentado o te ves también carne de festival?
Jajaja, pues mira, tengo que decirte que esa es la última bromita de la banda. Yo estaba más en ese discurso de los espacios reducidos y el público limitado, pero nos plantamos en el festival Nits de Vivers, en Valencia, este verano, y el caso es que íbamos a modo «teloneras» de Muchachito Bombo Infierno, y digamos que las medidas de escenario, e incluso de público, se nos subieron bastante, y al bajarnos del escenario, con el subidón, decíamos: «Odo, a ver si no le van a ir mal los festivales a la Karmento”. Y con eso estamos… y, al margen de la broma, estoy descubriendo, explorando este camino de la música, y abierta a las experiencias que aparezcan. La adrenalina del festival es difícil de explicar, y esa idea de poder elevar tu espectáculo a otro nivel, es por momentos muy tentadora, pero también implica miedos, vulnerabilidad y saltos abismales… Veamos qué sucede…

¿Qué podemos esperar de esta gira de conciertos que aguarda? ¿Presentas ya temas nuevos para un siguiente disco? ¿Cómo sonarán? ¿Hay algún cambio estilístico en tus próximas canciones?
Pues lo cierto es que ahora mismo tengo el show en un lugar donde me siento muy cómoda, y sobretodo para la gira GPS, donde tocaremos en ciudades de España donde todavía no me conocen, voy a llevar el espectáculo tal y como está definido. Partiendo de ahí, siempre someto a cierta flexibilidad el show, primero para no caer en patrones demasiado artificiales de mí misma, y por otro lado, porque es mi tendencia natural. Más allá de las coplas y cantos improvisados, que pueden adelantar algunas pistas de mi próximo disco, el repertorio que presentaré en GPS, serán las canciones de ‘Este devenir’, con un par de mi primer álbum ‘Mudanzas’. Me gustaría tal vez, tener una versión de ‘La juventud’ para mi banda, y versionar bonita alguna copla… pero no tengo presión por ello.

¿Qué nos puedes avanzar sobre el futuro? Por tu experiencia estos años, ¿qué podemos esperar de las nuevas letras?
Sobre el futuro puedo avanzar, que parece haberlo, jajaja. Quiero decir, que estoy componiendo algunos temas con los que me apetece trabajar y se van definiendo las posibilidades para el tercer disco. No me atrevo a estimar lo que podéis esperar de las nuevas letras, ni cuándo tenemos pensado publicarlo, y siento cierto pudor, además, porque todo está en el aire, y eso lo hace más vulnerable. Lo que espero es construir un proyecto bello y coherente con lo que soy, y donde estoy, y sentirme bien, pero ya hablaremos de esto…

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: karmento