Música

Meghan Trainor / Takin’ it Back

Los «comebacks» que se basan en replicar glorias pasadas pueden ir muy bien o muy mal. En el caso de Meghan Trainor le está yendo estupendamente: ‘Made You Look‘ se ha viralizado y ya es un éxito. Su azucarado y colorido sonido doo-wop representa la dirección artística de ‘Takin’ it Back’, aunque el disco no suena siempre comprometido con ese concepto.

Tras la tibia recepción de ‘Treat Myself‘, Meghan ha decidido «ir a los viejos tiempos» y recuperar el sonido de su exitoso debut. Dice que, desde que es madre, se siente mejor compositora que nunca, que las canciones le salen solas. En sus palabras: «escribo mejores canciones desde que me hicieron una cesárea». Y sí, a Meghan le siguen saliendo muy buenas canciones.

No es el caso solo de ‘Made You Look’, una cancioncilla simpática, llena de vocoders y saxos, que le ha dado otro éxito body positive. El sonido disco-funky del tema titular está conseguido, aunque su bajo sea casi igual de «básico» que esos a los que pretende superar, y el doo-wop de ‘Don’t Make it Look Easy’ se instala en el presente a través de sus menciones a las redes sociales y a los filtros, mientras Meghan canta sobre sus dificultades para aceptar su propio cuerpo.

Más allá de los singles, Meghan consigue que el grueso de ‘Takin’ it Back’ convenza con sus incursiones en varios estilos musicales. No solo el doo-wop existe en su mundo. ‘While You’re Young’ es un apañado homenaje al sonido de las girl groups de los 60, más Supremes imposible; ‘Breezy’ un reggae relajadito que puede ser el mejor «album track» de todos, y ‘Mama Wanna Bambo’ una divertido zambullido en este género que incluye la participación de Natti Natasha y del prestigioso trompetista Arturo Sandoval.

Con este repertorio de canciones, a Meghan le podría haber salido un disco redondo, pero ha decidido enturbiarlo de varias maneras. La acústica ‘Superwoman’ es bonita, pero no pega por estilo; ‘Bad for Me’ es la típica balada pop ñoña para Karens que pega menos todavía y, si Meghan hubiera querido hacer un disco retro de verdad, lo habría dejado en 25 o 30 minutos de música. Las últimas cuatro pistas, o bien redundan en lo mismo (‘Lucky’), o bien suenan al disco anterior (‘Dance About It’), y no aportan mucho.

En algún lugar de este trabajo de doo-wop tecnicolor, comercialoide y plástico se esconde una joya pop que Meghan no termina de desenterrar. De hecho, no siempre brilla en los géneros empleados: vocalmente, el funk a lo James Brown de ‘Shook’ le queda demasiado grande. Y si ‘Takin’ it Back’ se abre con una balada soporífera (‘Sensitive’), a Meghan no se le ha ocurrido otra cosa que cerrarlo con una canción llamada «último aliento» en el que imagina la escena de su propia muerte. Con un poco de tijera y de sentido del concepto, ‘Takin’ it Back’ habría quedado niquelado. ¿Otra vez será?

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Publicado por
Jordi Bardají