En la portada de su último trabajo, Grace Ives gatea en bragas mientras en la cabeza lleva puesto… ¿qué demonios lleva puesto en la cabeza? En señal de hasta qué punto ha estado siempre dispuesta a revolcarse deliberadamente en la intrascendencia, cual gorrino en una charca, sus tres mayores hits previos a este álbum duran menos de 2 minutos. El EP ‘Really Hot’ incluía ‘Babyy’ allá por 2016. Y ‘2nd’, ya un largo de 12 canciones, ‘Icing on the Cake’ y ‘Mirror’ en 2019.
A veces este ‘Janky Star’ quiere sonar más serio, con una mayor textura instrumental. Co-produce Justin Raisen, quien ha trabajado con Sky Ferreira, Yves Tumor o Charli XCX. ‘Isn’t It Lovely’ hace despegar el álbum con una producción electrónica y flotante, llena de juegos; sigue ‘Loose’, su propio ‘Chinches’ al modo de Amatria, pues literalmente versa sobre un apartamento infestado de insectos que no dejan dormir. A esa altura del álbum, Grace Ives parece mirarse en producciones como las de St Vincent, pero ‘Burn Bridges’ contiene más bien trucos ochenteros. Hace pensar que el cruce entre Whitney Houston y Pet Shop Boys era posible.
Algunas letras de ‘Janky Star’ versan sobre la misma música (‘Burning Bridges’), sobre estar perdido, sobre pequeñas desgracias, como ‘Lazy Day’, entre ecos de Courtney Barnett y Jay Reatard. ‘Win Win’ es adicta a la ginebra, como ‘Lullaby’ se recrea en la misma película hasta 10 veces. Siguiendo el camino del fetiche, ‘Shelly’ está dedicada al personaje secundario de ‘Twin Peaks‘ así llamado.
Las producciones se van sucediendo interesantes y variadas, soltando curiosidades en todo momento: ‘Back in L.A.’ presenta voces apitufadas. ‘On the Ground’ podría ser una producción de Moldy Peaches, solo que adaptada a nuestro tiempo, o de los Strokes electrónicos, los de los últimos discos. Hay algo en ‘Lazy Day’ que remite al primer hip hop.
En ese sentido, las composiciones de Grace Ives agradecerían ser algo más abiertamente divertidas y tronchantes -como las de Stereo Total, por decir alguien- o más dolientes -como algunas de Adam Green-. La autora americana decide quedarse en un punto medio. Comienza el disco diciendo que «todo está bien, cuando me vaya no importará». Y lo termina diciendo más o menos lo mismo: «no es nada por lo que ponerse triste, es tan sólo algo en lo que he estado pensando».
Grace Ives actúa el fin de semana que viene en Primavera Weekender junto a Amaia, Slowdive y un interesante etcétera.