«Por favor, ¿podría declarar el gobierno hoy como día festivo para poder seguir hablando de lo de Shakira tranquilamente, sin que el trabajo nos interrumpa?». Esta fue ayer la petición de Jordi Évole, abrumado como todos por el récord de salseo batido este jueves 12 de enero por la colabo entre Shakira y Bizarrap. No recuerdo en toda mi vida a tanta gente que jamás habla de música enviando memes sobre un estreno. Twingos en oferta tras la puya lanzada por la cantante, a su vez acusada de clasista; Casio pillando cacho de su propio beef; más marcas como Renault sumándose, memes anticipando próximas Sesiones de Bizarrap con Aitana y la Reina Sofía…
Y así se ha dado este resultado glorioso. Con 3,9 millones de streamings en Spotify España en un solo día, la «Session 53» supera por mucho el récord de escuchas en 24 horas de nuestro país, que habían ido marcando ‘Tú me dejaste de querer’, ‘Despechá’, ‘Todo de ti’ y las sesiones de Bizarrap con Quevedo y Duki. Además, con 14 millones a nivel mundial se sitúa en el número 1 a nivel global, suponiendo otro récord para una canción latina.
Desde que diera un pelotazo a finales de los 90, Shakira ha sabido mantenerse en la cresta de la ola internacional como muy pocos artistas de aquella década, latinos o no. A veces le ha costado mucho entrar en el mercado anglosajón o directamente no lo ha conseguido, pero sus números han sido tan vastos en los países latinos que ‘Waka Waka’ (2010), ‘La Bicicleta’ (2016), ‘Chantaje’ (2016) y ‘Te felicito’ (2022) constan entre los mayores éxitos de su larguísima discografía. Así que llegaba en una posición privilegiada a este lanzamiento primordial, producido además por el Rey Midas del pop actual, el argentino Bizarrap, conocido por no titular sus canciones colaborativas, a las que da simplemente un número, como en la churrería. A Shakira le ha tocado el 53, un número random -primo, eso sí- que escondía tremenda bomba.
Hay cierta confusión en el mercado sobre si ‘Te felicito‘ y ‘Monotonía’ fueron escritas en 2022 sobre la ruptura entre Shakira y Piqué. Cuentan sus seguidores que como letras son previas a su divorcio, pero como mínimo se percibe en ellas el arte de lo premonitorio, como ha sucedido tantas veces en la historia del pop, de ‘Back to Black’ a ‘Yankee Hotel Foxtrot’. Pocas dudas deja, en cambio, esta letra entre la vergüenza ajena, la incomodidad total, el eye rolling y la fascinación absoluta. Oyéndola te apetece ir escondiéndote debajo de una manta, pero al final vuelves a sacar la cabeza y las manos para volver a pulsar el «play».
Hace poco se viralizaron unas imágenes de Shakira haciendo una peineta a Piqué muy disimuladamente en un partido de sus hijos. La Session 53 es una peineta ya en toda la puta cara. «Me dejaste de vecina a la suegra, con la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda», dice la artista, después de haber mentido: «yo solo hago música, perdón que te sal-pique». Y también hay dardo para «la otra», Clara Chía, cuya existencia Shakira descubrió cuando se dio cuenta de que «alguien estaba consumiendo los alimentos de la heladera que a Piqué no le gustaban», según la prensa rosa. Jalea real, para ser más exactos.
«Tiene nombre de persona buena», dice Shakira en principio sobre ella, pero matiza, casi como entre emojis desternillantes: «Clara-mente, no es como suena». «A ti te quedé grande y por eso estás con una igualita que tú, uh-uh-uh-uh», les dice a los dos de manera humillante, entre referencias a su hit de 2009 ‘Loba’, aquel que tanta gracia hizo a Hot Chip, y que también era un poquito post-ruptura («No pienso quedarme a tu lado mirando la tele y oyendo disculpas»).
La red no ha tardado en tratar de descifrar las múltiples referencias ocultas y huevos de Pascua en el nuevo texto. La referencia al número 22 es por la fecha de nacimiento de Shakira y Piqué: de manera absurda ambos nacieron un 2 de febrero («el 2 del 2»), solo que separados por 10 años. Y además 22 años es la edad de Clara también. En lo que ya parece prehistoria, Piqué solía dedicarle los goles a Shakira haciendo este símbolo. También hay quien ve en la frase «mucho gimnasio pero trabaja un poquito el cerebro también» una referencia al día que Clara se dejó ver de refilón en un directo online de Piqué. Corría el año 2021.
Así, a pesar de alguna frase representante del tan traído y llevado empoderamiento, como «las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan», la letra de Shakira ha sido acusada de tóxica. Leticia Dolera ha apoyado un tuit en el que se cuestiona la mención a Clara Chía. En pleno debate sobre la sororidad, sobre las buenas formas, sobre la salud mental, sobre la necesidad de huir de lo nocivo, todo este récord de mal rollo y toxicidad al cuadrado parece paradójicamente la principal clave de su éxito, pues la canción es todo un vómito después de una ingesta de represión y despecho. Va tan a contracorriente como aquella Lady Gaga que rescató el AOR más rancio, y precisamente por eso se hizo un hueco: porque nadie más lo estaba haciendo.
Menos enjundia tiene la producción de Bizarrap, algo apagadilla esta vez, infinitamente menos potente que en las Sesiones con Quevedo o Villano Antillano, si bien con un punto oscuro casi trance que parece influido por el synth-pop gélido que a menudo se ha gestado o triunfado en el norte Europa (The Knife, Hurts, Depeche Mode)… Quizá porque gélidos nos dejan los trapos sucios del corazón. Aunque aquí nadie habló de calidad musical, por supuesto, como el día en que Tanxugueiras perdieron en el Benidorm Fest. Lo que nos mola es la víscera, y este tema se arranca unas cuantas.
Es difícil recordar un día en el que una canción paralizara por completo nuestro país hasta sumar 4 millones de streamings. ¿Cómo se podría superar esto? ¿Con una nueva colaboración entre Rosalía y C. Tangana? Nah… no atraería a un público tan generalista como el de Piqué, un deportista de élite al fin y al cabo, modelo de grandes marcas, chistoso puntual en tertulias de Social Media y Twitch, amado y odiado a partes iguales. Agradezco a mis compañeros Pablo Tocino y Mireia Pería que se animaran a valorar todo esto de manera tan temprana. Yo ayer no me atreví: estoy acostumbrado a odiar las canciones de Shakira el día de salida por lo que tienen de «cheesy», y luego siempre empiezo a disfrutarlas a partir de las 24 horas. Así que me curé en salud. Los más esnobs no supimos reaccionar al que las cifras amparan ya clara-mente como el fenómeno pop del año. Y ya está, ciao.