Con una peluca roja llegó la nueva era de Ava Max… hace casi un año, cuando escuchamos ‘Maybe You’re the Problem‘ por primera vez. Entonces su sonido inspirado en ‘Blinding Lights’, y también muy claramente en ‘Physical’ de Dua Lipa (qué irónico decir esto, con lo nostálgicas que son las dos canciones) no llamaba especialmente la atención. Con perspectiva es posible afirmar que «Problem» no ha igualado la repercusión de ‘Sweet but Pyscho’ o ‘Kings & Queens’, aunque sus streamings sigan siendo millonarios.
Así que igual el «problema» sí era Ava Max, porque resulta que la cantante estadounidense tenía mejores singles guardados bajo el brazo. Uno de ellos es el torbellino pop de ‘Million Dollar Baby’, que recicla triunfalmente el estribillo de ‘Can’t Fight the Moonlight’ de LeAnn Rimes. Después, ‘Dancing’s Done‘ es otro homenaje bailongo a los 80 que nos regala un estribillo a prueba de balas.
Estos dos cortes enmarcan ‘Diamonds & Dancefloors’, el nuevo disco de Ava Max, y reflejan lo que el disco ofrece: mensajes de empoderamiento, melodías pop poderosas y producciones bailables que van directas a la yugular y a entretener. Ava, férrea defensora del cliché pop, sigue fusilando melodías y ritmos ya escuchados en el eurodance, el electropop y otros géneros poperos, pero también se preocupa por ofrecer un conjunto de singles potenciales entre los cuales es difícil escoger un favorito.
De fondo (vagamente) conceptual, ‘Diamonds & Dancefloors’ habla de la ruptura de Ava con la que fue su pareja durante varios años. En la era ‘Flowers’, en la era «Shaki y Biza», Ava también tiene lo suyo, aunque su enfoque es menos personal, más genérico y universal. ‘One of Us’, otro de los singles, de sonido igualmente parecido a ‘Physical’, es dramático a más no poder (Ava dice que no sabe cómo la cantará en directo sin ponerse a llorar), ‘Hold Up (Wait a Minute)’ cuenta una infidelidad sin dejar de ofrecer uno de los estribillos más graciosos del disco, y ‘Ghost’ alterna las esperadas referencias fantasmales con un ritmo de piano house que no por trillado deja de ser efectivo.
Hay un momento en la escucha de ‘Diamonds & Dancefloors’ en que te das cuenta que el disco contiene cero baladas o medios tiempos. Son pocos los momentos en que las bases buscan diferenciarse del resto: sucede, por ejemplo, en ‘In the Dark’, de ritmos UK garage. El álbum es una fábrica de hits, solo que la producción de Cirkut (de nuevo el principal productor) y compañía busca la cohesión absoluta.
A veces el disco se resiente por ello. Se echa de menos alguna sorpresa como las que contenía el debut: ‘Naked’, ‘Tattoo’ o ‘Born to the Night’ inyectaban diferentes matices al conjunto. La estrategia de ‘Diamonds & Dancefloors’, sin embargo, es elevar a Ava Max al cuadrado: así, el estribillo heroico de ‘Weapons’ suena ya a cliché del cliché, ‘Turn off the Lights’ no termina de trascender su parecido al trabajo de September y, en general, la producción del álbum cae en la linealidad, en una homogeneidad que puede llegar a difuminar unas canciones con otras.
Hay algún eco electro en ‘Last Night on Earth’ y el solo de guitarra de ‘Sleepwalker’ suena tan anacrónico como probablemente esperaban sus autores, pero el propósito de ‘Diamonds & Dancefloors’ es claramente continuista respecto al debut y al estilo de Ava. Poco que objetar cuando la ristra de posibles hits es tan larga. Además, los segundos discos suelen ser continuistas. Es en el tercero cuando toca arriesgar, como saben desde Radiohead hasta Britney Spears. De momento, toca bailar «hasta que la fiesta termine».