En 1977, Raffaella Carrà interpretó en televisión española la canción ‘Fiesta’, su mayor éxito en España. Fue en el programa de José María Íñigo ‘Esta noche… fiesta’. Durante la actuación, en directo en una sala madrileña (de fiestas), dos señores del público se liaron a guantazos. Según contó Íñigo, a uno de ellos no le gustó nada que los bailarines que acompañaban a la Carrà salieran travestidos de folclórica. ¿Estaba una extranjera rojeras, que había sido reprendida por el Vaticano por enseñar nada menos que el ombligo, riéndose de España y su cultura?
Sirva esta anécdota como ejemplo de lo que supuso la llegada de la artista italiana a nuestro país. Si en 1987 fue la teta de otra cantante italiana la que “revolucionó” España, diez años antes había sido la alegría, los bailes y las ganas de fiesta de una resplandeciente rubia de sonrisa contagiosa la que soliviantó a los guardianes de la moral y la españolidad como “Dios manda”. Y todo ello a base de golpes de melena, vestidos de fantasía y letras sutiles, irónicas y lúdicamente incendiarias.
La relación de Raffaella con España es analizada en uno de los capítulos de ‘El arte de ser Raffaella Carrà’ (Blackie Books), mezcla de biografía celebratoria, ensayo juguetón y “manual para ser libres y felices. Y para hacer el amor con quien quieras tú”. Siguiendo el modelo de ‘Cómo ser Bill Murray’ de Gavin Edwards (también en Blackie Books), el periodista Paolo Armelli realiza un muy ameno recorrido por la vida de Raffaella Pelloni –su nombre original- a través de “diez principios”, un divertido decálogo de filosofía de vida carrariana donde se exploran diferentes aspectos de su existencia y personalidad, de su legado musical y televisivo, y de su repercusión como icono feminista y gay.
Que nadie busque en ‘El arte de ser Raffaella Carrà’ una biografía académica, “definitiva” o sensacionalista. Este libro es como una canción de la Carrà: ligero y desenfadado por fuera pero sustancioso por dentro. Los títulos de esos “principios” son lo suficientemente elocuentes: “Un nuevo corte de pelo lo arregla todo”, “A veces las lentejuelas no iluminan lo suficiente”, “Los rumores van bien siempre que decidas tú”. Frases que funcionan como melodías pegadizas para entrar en el universo Raffaella.
Ese universo era luminoso, festivo e inspirador (transmitir esas enseñanzas vitales es el gran objetivo de este libro), pero que también tenía sus zonas oscuras, aquellas que la cantante rara vez dejaba traslucir oculta tras el brillo de su armadura de lentejuelas. “¿Contra quién lucha?”, le preguntaron en el diario La República. “Contra el cansancio de vivir”, respondió en un arrebato de sinceridad.
‘El arte de ser Raffaella Carrà’ se completa con una “Carragrafía razonada”, un breve (quizá demasiado) repaso a su trabajo en el cine (Raffaella debutó como actriz en 1952 a los ocho años), la televisión (con especial atención al famosísimo ‘Carramba!’, por donde pasaron estrellas como Madonna o Britney Spears y cuya versión española fue el ‘Sorpresa ¡Sorpresa!’ de Isabel Gemio) y su discografía, con canciones que van de la “escandalosa” ‘Tuca Tuca’ a ese exitazo inesperado que fue el remix de ‘Far l’Amore’ de Bob Sinclair que aparecía en ‘La gran belleza’ (2013).