Es posible que las personas que nunca hemos seguido ninguna de las versiones internacionales de ‘La Voz’ veamos con otros ojos, menos llenos de prejuicios, a gente como Melanie Martinez. Es la manera más fácil de explicar la falta de atención mediática hacia un proyecto que suena a Billie Eilish desde antes de Billie Eilish, y que entregó un disco de debut conceptual sobre una violación, en 2015, dos años antes de que explotara el movimiento #MeToo con las denuncias al magnate Harvey Weinstein.
Cuando aún le quedan un par de temporadas para llegar a los 30, la cantante americana publica su tercer disco. De nuevo, ha esperado hasta 4 años para lanzarlo, no contiene ningún tipo de artista invitado, y lo ha desarrollado casi únicamente junto a su mano derecha CJ Baran (Carly Rae Jepsen), escribiendo varias de las pistas completamente en solitario, y produciendo por primera vez una grabación por sí misma, como ha sido el caso del nuevo single ‘VOID’.
El primero, ‘DEATH’, cuenta la muerte de su pasado alter ego ‘CRY BABY’, el que dio título a su debut. La historia de ‘PORTALS’ es la de una resurrección y un nuevo nacimiento, en la que el estribillo de la propia ‘DEATH’ se levanta para escenificar el regreso al mundo de los vivos de Martinez. No parece casualidad que este álbum llegue a nuestras manos en plena Semana Santa.
Si bien el tema final ‘WOMB’ representa la entrega definitiva a una nueva vida, lo que nos deja ‘PORTALS’ es sobre todo un tratado sobre autoaceptación, salud mental, reflexiones sobre el más allá y la identidad sexual («he sido los chicos y las chicas y todo lo que hay en medio», dice ‘FAERIE SOIRÉE’), plagadas de metáforas sobre bosques, animales y alimañas. Björk podría ser una referencia que ha generado cierto disgusto en Reddit, aunque las diferencias son palpables. Canciones que se llaman cosas como «SANGUIJUELAS» (‘LEECHES’) o «TELA DE ARAÑA» (‘SPIDER WEB’) no dibujan ninguna reivindicación ecologista. Son un recurso para que Melanie Martinez vuelva a hacer un retrato pantanoso y a veces de nuevo sangriento de la realidad. Una Ofelia a punto de ahogarse.
Y digo «sangriento» no porque haya una canción sobre tener la regla, pues con ‘MOON CYCLE’ la cantante ha querido simplemente hacer una reivindicación feminista en clave de humor, abiertamente ligera, sobre las cosas que se pueden hacer durante el período. Sino más bien porque es el escenario que nos aportan las guitarras post-punk de ‘VOID’, con frases tan grunge como «odio quien era antes» o «estoy atrapada entre mis propios intestinos». O las metáforas tras ‘LEECHES’: «¿Cuánta sangre puedes sacar con tus garras de una carne que no es la tuya?».
Los pizzicatos en los instrumentos de cuerda (‘TUNNEL VISION’) o incluso los momentos paradisíacos y bailables (‘FAERIE SOIRÉE’) alimentan en medio de todo eso esa sensación agridulce propia del estilo de Melanie Martinez. Las outro de las canciones favorecen su carácter narrativo, tanto como la disposición de canciones muy llamativas a lo largo de toda la secuencia. ‘SPIDER WEB’ con su cruce entre jazz pop y electrónica, ‘LEECHES’ como balada de punteos, ‘BATTLE OF THE LARYNX’ en el centro del álbum con el mejor estribillo del mismo («how stupiiiiiid, selfish baby»), ‘NYMPHOLOGY’ con su buena melodía y giro rap, ‘EVIL’ como gran baza comercial rock, situada en penúltimo lugar…