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‘Inseparables’: gore, feminismo y gestación subrogada en el remake del clásico de Cronenberg

En el verano de 1975, los gemelos Marcus, prestigiosos ginecólogos de Nueva York, aparecieron muertos en su lujoso apartamento de Manhattan víctimas de su adicción a los barbitúricos y las anfetaminas. “El lugar era una pocilga. No había un centímetro del suelo donde no hubiera basura y frascos de píldoras vacíos”, explica Linda Wolfe en ‘El profesor y la prostituta’ (Anagrama, 2006), el libro en el que se narra el suceso.

El caso fue novelado por la escritora de terror Bari Wood en ‘Los gemelos’ (Grijalbo, 1980) y adaptado al cine por David Cronenberg en ‘Inseparables’ (1988). La película marcó un punto de inflexión en la filmografía del director canadiense. Cronenberg abandonó el cine fantástico que había cultivado durante más de una década y, salvo excepciones (‘eXistenZ’), se centró más en el thriller y los dramas psicológicos con elementos de horror corporal.

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Lo curioso de este nuevo ‘Inseparables’ (Prime Video) es que hace justo lo contrario que Cronenberg. La creadora, Alice Birch -conocida por sus guiones para ‘Lady Macbeth’ o ‘Normal People’ y que ha contado en esta ocasión con directores tan interesantes como Sean Durkin (‘Martha Marcy May Marlene’, ‘The Nest’) o Karyn Kusama (‘Jennifer’s Body’, ‘La invitación’)- inyecta un componente fantástico, de ciencia ficción a lo Frankenstein (la clínica incluso tiene un diseño futurista), a lo que era un drama terrorífico sobre la dependencia emocional, la adicción a las drogas y la locura.

Este es uno de los aspectos más sugerentes del remake. Otros son la decisión de cambiar el género a los protagonistas (aportando un interesante punto de vista femenino, feminista y lésbico a la historia), ampliar sus disciplinas profesionales (además de ginecólogas son brillantes obstetras) y acentuar sus diferencias también en el ámbito laboral: siendo una de las gemelas más científica (más doctora Frankenstein) cínica y amoral, y la otra más médica altruista y con más responsabilidad ética.

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A través del notable trabajo interpretativo de Rachel Weisz, un diseño de producción muy atractivo (se mantienen los célebres uniformes rojos de los médicos) y una narración juguetona y dinámica, Birch ha elaborado una relectura del clásico de Cronenberg que destaca por su provocadora truculencia a lo Julia Ducournau (desafiando la visión dulcificada imperante sobre los procesos fisiológicos y psicológicos asociados a la gestación humana), sus diálogos afilados (a destacar todo lo relacionado con la despiadada corporación que financia la exclusiva clínica de las gemelas) y su punzante humor negro.

Pero no todo en la serie funciona igual de bien. ‘Inseparables’, de seis episodios, está demasiado estirada. Hay una subtrama, la de la asistenta del hogar, que no se sostiene por ningún lado. Y algunas acciones de las protagonistas resultan demasiado repetitivas. En vez de caracterizar, subrayan. Por último, hay que sumar el que quizás sea el principal defecto: un final muy poco creíble. Aun así, es una propuesta muy interesante. Una estimulante reinterpretación que actualiza temáticamente el filme de Cronenberg (disponible en Prime Video y Filmin) y lo estiliza como en una operación de cirugía estética.

En el verano de 1975, los gemelos Marcus, prestigiosos ginecólogos de Nueva York, aparecieron muertos en su lujoso apartamento de Manhattan víctimas de su adicción a los barbitúricos y las anfetaminas. “El lugar era una pocilga. No había un centímetro del suelo donde no...'Inseparables': gore, feminismo y gestación subrogada en el remake del clásico de Cronenberg