«Padam Padam» era el título de una de las canciones más célebres de Édith Piaf, y desde este año lo es de uno de los singles de Kylie Minogue. Si no te has enterado, desde luego no ha sido por falta de filtraciones. La autora de ‘Fever’ aspira a dejar atrás ese mal sabor de boca con el lanzamiento oficial de ‘Padam Padam’, que llega a la vez que su videoclip.
El disco ‘Tension’, que no saldrá hasta el 22 de septiembre, se compone según información de BMG de «11 pistas plagadas de alegres melodías pop que buscan el placer y hacernos aprovechar el momento». Aseguran que será un disco «lleno de canciones pop sensuales destinadas a la pista de baile, eufóricas y empoderadas». Conocemos de hecho una de las pistas del disco, la divertida y formulaica ’10 out of 10′ con Oliver Heldens, pero es más divertido que ‘Padam Padam’ se considere el primer single oficial y no contenga featurings, porque es una producción con más matices.
Producida por Lostboy (Griff, Anne-Marie, Tiesto), ‘Padam Padam’ presenta un beat más oscuro. Antes de que el estribillo brille o se tuerza -según como se mire-, la cosa parecía encaminada a transitar territorios próximos a Jon Hopkins. Al principio Minogue nos está hablando de los escalofríos que siente al mirarte, de alguien que le resulta familiar, de cómo se va a instalar en tu cerebro todo el fin de semana, de cómo va a acabar todo esto… y en ese momento no parece que nada de esto vaya a ser necesariamente algo bueno.
A la sensación de intriga contribuye el vídeo dirigido por la omnipresente Sophie Muller. Lo ha apostado todo al color rojo, y en este contexto no se sabe muy bien si este es el color del amor, o realmente el del demonio. Ciertos efectos sonoros, la post-producción de algunos planos de la coreografía y el propio martilleo de los «padam» apuntan más bien a lo segundo.
Kylie ha declarado sobre este disco: «Empecé este álbum con la mente abierta y una página en blanco. A diferencia de mis últimos dos álbumes, no había un «tema», se trataba de encontrar el corazón, la diversión o la fantasía de ese momento y siempre tratar de usarla a favor de la canción. Quería celebrar la individualidad de cada tema y sumergirme en esa libertad. Diría que es una mezcla de reflexión personal, rendición al club y subidón melancólico”.