Música

Sparks: «Siempre estamos pensando en el futuro»

Sparks, los hermanos Ron y Russell Mael, son una fuerza de la naturaleza musical. Sacaron su primer disco en 1971, llegaron a la cima del glam y del éxito comercial con ‘Kimono My House’ en 1974, prácticamente inventaron el synth pop con ‘No 1 Song in Heaven’ en 1979 y, en general, se han dedicado a ahondar en todo tipo de géneros y estilos durante más de 50 años de carrera: del vodevil a la música orquestal, del hard rock al pop. Insobornables, siempre han seguido su propio camino sin hacer mucho caso de premisas comerciales o modas. Y aunque hayan pasado por épocas de más repercusión y de menos, se han ganado una legión de fans que les ha llevado a ser un grupo de culto. El documental de 2021 de Edgar Wright, ‘The Sparks Brothers’, así lo atestigua. Pero no contentos con eso, también han escrito y puesto música a ‘Annette’, la última locura/genialidad del director Léos Carax, un musical protagonizado por Adam Driver y Marion Cotillard. Ahora sacan nuevo disco, ‘The Girl Is Crying in Her Latte’, el Disco de la Semana, a sumar en su extensa lista de obras memorables. Y encima son uno de los principales reclamos del Primavera Sound. Tocan el 2 de junio en Barcelona, el 8 en Madrid y el 10 en Oporto.

Antes de concretar la entrevista, me preguntan a cuál de los dos hermanos Mael prefiero entrevistar. Elijo a Ron sin dudarlo (¡todos tenemos nuestro Spark favorito!), el circunspecto hombre detrás del teclado. Hemos acordado que la conversación será de sólo 20 minutos, vía zoom y sin vídeo. Así que cuando Ron aparece por sorpresa en la pantalla de mi móvil, me pilla teniendo que hacer equilibrios para que la cámara me enfoque a mí y no al techo, me aturrullo y casi pierdo la compostura. Pero es que una no tiene a una leyenda viva todos los días mirándole atentamente.

Me encanta vuestro nuevo álbum, ‘The Girl Is Crying in Her Latte’. Sois una banda que siempre evoluciona. Pero en este disco hay temas como ‘Nothing Is As Good As They Say It Is’, que es muy glam, ‘Escalator’, muy Giorgio Moroder, ‘We Go Dancing’, que parece sacada de ‘Lil’ Beethoven’… ¿Es este disco una especie de compendio de lo que son Sparks?
Bueno, hemos pasado por tantas fases musicales diferentes que ahora nos podemos inspirar, dependiendo de cómo sea la canción, en cualquiera de los diferentes estilos en que hemos trabajado en el pasado. Hemos pasado por fases electrónicas, orquestales y, obviamente, por la fase de ser una banda, así que esto es una especie de constante. No fue una decisión consciente hacerlo así, pero estas fases son una especie de herramientas que tenemos para cada canción que se nos ocurre. Siempre tratamos de encontrar la forma correcta de hacer cada canción. Y nosotros sabemos que tenemos la capacidad de trabajar de muchas maneras diferentes. 

El álbum suena muy… animado. Como si la pandemia nunca hubiera ocurrido.

Pero supongo que la pandemia os afectó de alguna manera al grabar el disco, ¿no?
Tenemos nuestro propio estudio, así que la pandemia realmente no nos frenó de esa manera. Nos dio la oportunidad, ya que sabíamos que no íbamos a poder estar de gira durante ese tiempo, para concentrarnos de verdad en el álbum. En ese sentido, no nos afectó de una manera adversa, aunque fuera una época adversa para todos. Pero musicalmente, nos permitió concentrarnos en acabar de grabar grabar el disco. 


En el documental de Edgar Wright salís diciendo que os encanta el café y que soléis quedar para tomarlo en el Farmer’s Market de Los Ángeles. ¿Es de aquí de dónde viene el título del álbum y de la canción? ¿De la gente que veis allí tomando sus cafés?
Por supuesto, pensamos mucho en el café. Pero la canción es más bien una manera de resumir el estado de ánimo actual general de la gente, que es un poco de melancolía y soledad. Es simplemente la imagen de la chica que se sienta sola, incluso en una cafetería llena de gente. Nos evocó un sentimiento que va más allá de esa chica en concreto: es la atmósfera general que encuentras ahora en todo y en todas partes.

¿Y habéis notado si ahora hay más fans en el Farmer’s Market cuando vais a tomar café? Porque cuando vi el documental, pensé que si alguna vez voy a Los Ángeles, sería genial ir allí, a ver si os encontraba.
Ahora solemos ir a otros sitios desde entonces (risas), digámoslo así.

Entonces, ¿te inspiras mucho en las imágenes, en la gente que ves cuando sales, para escribir tus canciones?
Más bien se nos ocurre la música primero y, entonces, una imagen de repente salta en mi cabeza. No tenemos tantas canciones donde algo sucede o conoces a una persona y, entonces, escribes una canción. Nuestras canciones provienen más bien de situaciones imaginarias, pero que están a su vez basadas en situaciones reales. Sólo que las llevamos más allá de esa situación en particular. No es, por ejemplo, que rompes con alguien y eso te inspira a escribir una canción sobre eso. No funcionamos así.

La última canción del disco es ‘Gee, That Was Fun’. Es una canción fantástica, pero también tiene un… preocupante aspecto de despedida. ¿Tenemos que empezar los fans a preocuparnos? ¿O es solo que a los periodistas nos gusta imaginar cosas?
Es una manera de cerrar el disco, esperamos que la gente no interprete la canción más allá de eso (risas). Claro, si la canción de cierre dice que “ha sido divertido”, algunas personas sacarán la conclusión de que estamos diciendo algo más que eso. ¡Pero no es nuestra intención que sea la última canción que hagamos nunca!

Imagino que todo el mundo os preguntará sobre Cate Blanchett. ¿Cómo os conocisteis? ¿Y cómo surgió su participación en el vídeo de ‘The Girl Is Crying in Her Latte’?
La primera vez que la conocimos fue cuando acudimos a los premios César como hace un año y medio. Fuimos lo bastante afortunados como, uh, para ser unos americanos que ganaban un premio César [Nota de la redactora: Sparks lo ganaron por la mejor música original con ‘Annette’], lo cual es algo bastante extraordinario. Así que ahí estábamos, esperando en el backstage, en nuestro camerino, cuando esta persona, esta mujer impresionante, llegó al backstage. Y era Cate Blanchett. Es algo impactante cuando ves a alguien de su talla haciéndote una visita sorpresa. Quiero decir, que es una actriz extraordinaria. Fue muy afable y nos dijo que siempre había sido una gran fan del grupo. Y obviamente, nosotros no podíamos admirar más su trabajo como actriz. No es que habláramos de proyectos en firme, pero nos mantuvimos en contacto. Entonces, cuando llegó el momento de hacer el vídeo, Russell le mandó un mensaje y le preguntó: “¿estarías interesada?”. Y ella contestó que sí. O sea que es así cómo todo se desarrolló. Y sin publicistas o mánagers de por medio. Lo hicimos todo a nivel personal, porque es cómo nos gusta trabajar. Porque esa gente [mánagers y publicistas] solo dan problemas.

¿Cómo afectó la experiencia ‘Annette’ a este disco?
Obviamente, hay habilidades diferentes involucradas en hacer canciones de tres o cuatro minutos que en narrar musicalmente una película de dos horas y veinte minutos. Creo que ‘Annette’ sí tuvo un efecto en este disco, ya que con ‘Annette’ nos sentimos capaces de poder usar cualquier influencia musical que pudiera surgir. Y nos nos preocupamos de, por ejemplo, de que hubiera algún tipo de coherencia en el tono y en la música. Por ejemplo, había cambios muy intensos en la sonoridad, lo cual está bien. Y nos hemos dado cuenta que, en la mayoría de nuestros discos, pero en este especialmente, que no tiene por qué haber una coherencia de tono. No tiene que haber un hilo que atraviese todas las canciones, que les haga tener un significado general. Podemos pasar de una canción y, entonces, cambiar de repente de estilo musical en la siguiente. También con ‘Annette’ aprendimos más sobre cómo usar instrumentos orquestales. Algo de eso se coló en este disco, ganamos algo de confianza en hacerlo de una manera más diestra.

«Disfrutamos tanto del proceso de trabajar en ‘Annette’ que queremos repetir»

Para ‘Annette’ incluso compusisteis un aria de ópera. ¿Os habéis planteado escribir una ópera entera?
Aunque en ‘Annette’ hay momentos operísticos, no es algo que hayamos pensado en hacer en formato extendido. Pero si aparece la oportunidad y la persona adecuada para dirigirla, sería muy interesante. La idea de hacer una pieza narrativa larga, pero en vivo, sería muy emocionante. Me encantan las emociones intensas de la ópera, y conseguir transmitir esas emociones musicalmente sería una propuesta apasionante… ¡si conociéramos a alguien que nos la hiciera!

El cine siempre ha sido muy importante en vuestra carrera [Los hermanos Mael son unos fanáticos del cine. Russell quería ser director y rodó varios cortos en estilo Nouvelle Vague en la universidad. Sparks estuvieron involucrados en proyectos de enjundia que no llegaron a buen puerto: un film con Jacques Tati en los 70 y un musical con Tim Burton en los 90]. Pero han tenido que pasar más de 40 años para que se materializara un proyecto. Así que cuando ‘Annette’ se estrenó, ¿cómo lo sentisteis? ¿Como la culminación o como el punto de partida en el mundo del cine?
Hemos intentado hacer una película musical desde hace mucho, mucho tiempo. Y esta tardó unos ocho o nueve años en completarse. Pero se hizo. Así que nos sentimos reivindicados de alguna manera: finalmente fuimos capaces de conseguirlo, porque amamos los musicales que no son corrientes y creemos que el musical es un formato abierto a reinventarse. Eso lo sentimos de manera muy especial con ‘Annette’. Sentimos que es nuestra contribución para mostrar cómo se puede hacer una película musical. Pero también es un inicio para nosotros, porque ya estamos trabajando en otro proyecto de musical ahora mismo, que esperamos que vea alguna vez la luz del día. Disfrutamos tanto del proceso de trabajar en ‘Annette’ que queremos repetir.

Vuestra carrera abarca ya seis décadas. Pero os estoy preguntando más sobre vuestro presente y vuestro futuro.
Una de las razones por las que somos capaces de hacer discos como este es que, en general, siempre pensamos en el futuro. Obviamente, estamos orgullosos de todo lo que hemos hecho, especialmente cuando estamos de gira, cuando somos más conscientes del pasado, porque tocamos canciones de cada una de nuestras etapas. Pero en general tratamos de concentrarnos exclusivamente en lo nuevo que estemos haciendo. Y si tenemos una canción que se quedó fuera del proceso de elaboración de algún disco anterior, normalmente la desechamos, porque intentamos que cada disco se empiece desde cero. Así que es muy importante para nosotros lo que hacemos ahora, es ahí donde ponemos el énfasis, no en ser unos nostálgicos del pasado.

Siempre habéis sido reticentes a participar en documentales sobre vosotros. ¿Fue muy difícil para Edgar Wright convenceros para realizar ‘The Sparks Brothers’?
No realmente. Porque tenemos un enorme respeto por Edgar Wright como director. De otra gente que se había dirigido a nosotros, como dices, declinamos respetuosamente, en parte porque no estábamos seguros de que tuvieran suficiente bagaje como directores. Pero es que además nos veían de una manera en que no queríamos ser mostrados: creían que había algún período de nuestra carrera que era algo así como nuestra “era dorada”. Desde el primer momento en que hablamos con Edgar él quiso recalcar que había una solidez en todos los períodos de nuestra carrera, que lo que estábamos haciendo ahora era tan potente como cualquier otra cosa que hubiéramos hecho en el pasado. Así que cuando se combinaron ambas cosas, un director fantástico y la idea general que tenía acerca del documental, no llevó mucho tiempo. Le dijimos que sí bastante rápido. Y además, es una persona llena de entusiasmo, y queríamos mantener ese entusiasmo en el documental.

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Publicado por
Mireia Pería