Discos

Arlo Parks / My Soft Machine

En una de las mejores canciones de ‘My Soft Machine’, el nuevo disco de Arlo Parks, la británica canta como un mantra una frase que, por su sencillez, llega hondo: “es más fácil no sentir nada, qué difícil es confiar en alguien”. En ‘I’m Sorry’, Arlo vuelve a abordar el tema de la salud mental desde una perspectiva personal y universal, y consigue reconfortarnos como tantas de sus canciones logran.

La propia Arlo ha necesitado confort: en 2021 canceló su gira por sentirse exhausta y “rota” y, aunque con su primer disco ganó el Mercury Prize, aún las ansiedades con las que convive llaman a su puerta. En ‘My Soft Machine’ las vuelca en unas canciones que parten del sonido del debut para llevarlo ligeramente adelante, en otro de esos discos que son continuistas pero solo porque desarrollan lo anterior añadiendo pequeñas novedades.

El sonido de Arlo Parks, ese pop relajado que hace uso de baterías ligeras de hip-hop y guitarras eléctricas a lo bedroom-pop, sigue presente en ‘My Soft Machine’, por ejemplo, en el estupendo single ‘Impurities’ o en el mencionado ‘I’m Sorry’. Los ecos al trip-hop blandito de Dido (voluntarios o no) se hacen notar en otros dos singles, ‘Weightless’ y ‘Pegasus’. Sin embargo, Arlo también arriesga, por ejemplo, dotando ‘Devotion’ de unas guitarras inspiradas en el grunge, y, en ‘Blades’, entregando su canción bailable. Ambas apuestas le salen bien.

Compuesto en los momentos libres que le permitió la gira de ‘Collapsed in Sunbeams’, y producido con Paul Epworth, ’My Soft Machine’ habla de las típicas experiencias de una veinteañera que empieza a reconocer las dificultades de la vida adulta. En la intro recitada de ‘Bruiseless’, Arlo canta que “ojalá volviera a tener siete años” y que “ojalá mis ojos aún fueran amplios”, en referencia a esa infancia que aún no ha perdido la inocencia, a la que todo asombra. Es un momento especialmente poético. Y en ‘Weightless’ lidia con haberse dado cuenta de que la persona a la que ama solo le da “migajas” emocionales.

Evidentemente el amor es uno de los protagonistas de ‘My Soft Machine’, que recibe su título de una frase de la película de 2019 ‘The Souvenir’. La dependencia emocional inspira una de las mejores canciones, ‘Pegasus’, en la que participa Phoebe Bridgers, y Arlo dedica varios temas a las inseguridades que emergen en su cabeza cuando se encuentra en una relación. Por su parte, ‘Impurities’ celebra que “irradio cuando tú abrazas todas mis inseguridades”, y ‘Devotion’ afronta el amor de esa otra persona con una dosis de incredulidad: “¿por qué te creo cuando me dices que soy buena?”

Y es que a veces a Arlo Parks le asuela la “culpa” por no poder ayudar a esas personas de su círculo que lo están pasando realmente mal, en concreto, con el abuso de sustancias. Nos lo cuenta en ‘Bruiseless’. Sin embargo, en sus nuevas canciones, Arlo demuestra que poco a poco va siendo capaz de salir del fango y de aceptarse a sí misma, en todas sus dimensiones. Quizá, por eso, ‘My Soft Machine’ es un disco especialmente colaborativo: además de Epworth y de Bridgers, también están por aquí Ariel Rechtshaid, Romil de Brockhampton y hasta David Longstreth de Dirty Projectors. Él toca la guitarra precisamente en ‘I’m Sorry’, llenando la canción de una luz que en realidad ilumina, tenuemente, todo el disco.

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Publicado por
Jordi Bardají
Tags: arlo parks