Música

Ashnikko / WEEDKILLER

Hay un océano entre el momento en que Ashnikko, casi al principio de este debut ‘WEEDKILLER’, grita fuera de sí «I’M MAD!», y ese en que cierra el mismo álbum pidiendo susurrante «algo suave». El proyecto de Ashton Nicole Casey nos ha acostumbrado a los extremos durante este lustro en que hemos ido descubriendo sus canciones, y en este proyecto continúa manejando géneros tan alejados como el metal, el trap y el electropop.

Habrá quien vea en todo el proceso una contradicción. Si la canción gritona en que proclama su locura se llama ‘You Make Me Sick!’, y en la primera de todo el álbum nos habla de su manera de «comerse el mundo»; en otros puntos decide mostrar su lado sexy en lo que considera un tema tan deliberadamente «tonto y erótico» como ‘Don’t Look at It’. Tanto cabe una canción llamada ‘Cheerleader’, como otra sobre su vulnerabilidad, al final.

En los últimos tiempos, son muchos los artistas que han construido su carrera en base a ese juego entre fuerza y debilidad. La lista es tan larga que va desde la primera línea del pop internacional al underground, incluyendo nombres como Lady Gaga, POPPY, Halsey, yeule o Melanie Martinez. Por no confrontar mujeres y/o personas queer, digamos que Ashnikko lleva tiempo también en ese mismo listado, hasta el punto de que cuesta considerar ‘WEEDKILLER’ como su debut, aunque así se esté vendiendo.

Llamado mixtape, pero más que aceptable como álbum verdadero, ‘DEMIDEVIL’ en 2021 incluyó colaboraciones con gente de la talla de Kelis y Grimes, virales con cientos de millones de streamings como ‘Slumber Party’ y ‘Daisy’, y además casi todos los elementos que ahora encontramos en ‘WEEDKILLER’. De manera que la experiencia puede resultar algo frustrante. Si en ‘Slumber Party’ nos hablaba explícitamente de Britney, Britney es ahora la referencia sonora de ‘Moonlight Magic’. Si ‘Arular’ de M.I.A. fue siempre su disco de cabecera, eso sigue siendo muy palpable en el tema homónimo. Si siempre tuvo cierto parecido con Rihanna, Rihanna es quien ha inspirado abiertamente ‘Want It All’.

La mezcla de trap pop, metal, reggae, ritmos orientales… de una canción a otra, a estas alturas, no presenta mayor misterio. Si acaso esta vez hay que destacar que Ashnikko brilla más y suena más creíble en los momentos amables. ‘Worms’ es un agradable número retro que sirve como contrapunto al ruidoso inicio del disco; ‘Moonlight Magic’ es un gran homenaje a los años 2000, y ‘Miss Nectarine’, un eficiente número de pop adictivo en su brevedad.

Como dándose cuenta de que los gritos tipo «HEY, MUERTE, DECADENCIA / HEY, SANGRE EN MI CARA» de temas como ‘Chokehold Cherry Python’ no durarán eternamente, Ashnikko termina el álbum en pequeño. Primero el extraño single ‘Possession of a Weapon’, con voces de ultratumba. Después, el referido tema final, de carácter folk, fantasmagórico, llamado ‘Dying Star’ y con la colaboración de otra artista LGTB+, Ethel Cain. La ha escogido porque su voz le suena «como desde una cueva o desde una iglesia en medio de la tierra, pero también desde el bosque a medianoche». Podría ser el principio de una gran amistad, pues el viaje del que nos habla y que casi es fatal, sobre desear algo «bueno» y «amable», en un mundo lleno de toxicidad; ese mensaje sí que no se nos ha contado suficientes veces.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: ashnikko