Cuando Victoria Monét cierra los ojos y piensa en la música de los 70, ve personas negras individualizadas, liberadas, «mujeres vistiendo ropa extravagante y hombres con pantalones de campana». También oye claramente el sonido de instrumentos en directo. En su conjunto, gente capaz de convertir el dolor del mundo en «momentos musicales, icónicos y felices».
La artista nacida en los años 90 creció escuchando a Destiny’s Child y a Missy Elliott, como toda niña estadounidense de su tiempo. Lo cuenta orgullosa. Sin embargo, cuando ha decidido emprender una carrera en solitario, no solo ha recurrido a emular el sonido de Beyoncé en diferentes eras de su discografía, sino que toda aquella instrumentación en directo y toda la música que escuchaban sus padres también la ha empapado.
El ejemplo más palmario de este álbum sería la colaboración con Buju Baton en el single ‘Party Girls’. La madre de Monét escuchaba al artista de dancehall en su juventud cuando estaba contenta, los «domingos y los días que estaba de buenas». Por eso quiso que Baton apareciera en este tema de celebración y hedonismo. La colaboración se integró de manera natural porque ya tenían el tema escrito con el featuring preparado incluso antes de que le pudieran conocer.
Una jugada parecida a la colaboración de lujo que aparece en ‘Hollywood’, ese tema guiado simplemente por una surfeante guitarra eléctrica: tras toda una vida adorando a Earth, Wind & Fire, responsables del clásico ‘September’ en 1978, el mismísimo Philip Bailey entona el segundo verso y hace coros.
Su hija de 2 años Hazel Monét es la otra invitada de esa exquisita ‘Hollywood’ en un álbum que asegura haber grabado con músicos y amigos que considera «familia». El acabado en cualquier caso es deluxe sin necesidad de bonus, quizá porque cuando has estado en créditos de macrohits como ‘thank u, next‘ de Ariana Grande, ‘Do It‘ de Chloe x Halle, o ‘Ice Cream‘ de Blackpink y Selena Gomez, como es el caso de Victoria Monét, puedes gastarte lo que quieras en el estudio. Y lo que ella ha querido son unas cuerdas que abrumaran al principio de ‘Good Bye’ o al final de ‘How Does It Make You Feel’, un tema que podía haber escrito Quincy Jones. O unos vientos que enriquecieran piezas como ‘Party Girls’ o ‘Cadillac’.
Son estas dos canciones muestra de los temas principales: la liberación y aquella cosa antiguamente llamada empoderamiento. «Nosotras las mujeres, somos las ganadoras desde el principio de tu vida entera. De tu vida entera», desafía ‘Cadillac’ con toda la tranquilidad de Jamaica, mientras el disco empieza también con toda la calma, «Fumando» e incluso permitiéndose un «reprise» al respecto, como pista 2. Otros cortes hablan de una ruptura, como ‘Stop (Askin’ Me 4Shyt’) o del amor hacia su hija. Y en ese sentido hay que elogiar la cohesión, pues algunas pistas van unidas sin descanso y otras tienen link sonoro: de ‘How Does It Make You Feel’ para la niña, pasamos a ‘On My Mama‘, un tema sobre estar bien más allá del físico.
‘JAGUAR II’ se considera el debut largo de Victoria Monét, pero lo cierto es que el primer ‘Jaguar’ ya nos había conquistado hace un par de años. En principio la idea era publicar una trilogía de EP’s, que al final ha decidido culminar con un solo disco más, 10 minutos más largo. Es el proyecto que debería consolidar la carrera en solitario de Victoria Monét, por la precisión con que ha unido el clasicismo con las nuevas generaciones, el sitar y los efectos alucinogénos de ‘Party Girls’ con los beats de Kaytranada en ‘Alright’. En definitiva, el amor de sus padres con el de su hija. Todas las generaciones deberían agarrarse de las manos para sumarse a la «outro» con que se cierra este álbum.