Música

The Strokes decepcionan y Underworld se entregan en Cala Mijas

Cala Mijas, organizado por los mismos responsables del BBK, puede considerarse su festival hermano pequeño: lógico, pues lleva solo dos ediciones frente al festival vasco, con unas cuantas más a sus espaldas. Pero, si siguen por este camino (la mejora en la que es solo su segunda edición es significativa), vaticinamos que pronto perderá la etiqueta de “pequeño” y se quedará simplemente con “hermano de”.

Hoy cierra su edición de 2023, y anoche llegó a su ecuador con The Strokes como principal reclamo y conciertos igual de interesantes e incluso, en algún caso, con mejor resultado. Entre ellos, Underworld, Delaporte, M83, Amyl and the Sniffers, Lori Meyers o Cariño.

Los más valientes (o los que empalmaron) pudieron acercarse al escenario de La Playa a mediodía a ver a gente como Rocío Saiz y Ben Yart. El pamplonés, al que conocimos como parte de Chill Mafia, sudó la gota gorda junto a su banda, pero solo por el calor y no porque le costase entretener al público. Estuvo presentando su primer largo, ‘Ceros’, editado por Oso Polita poco antes de verano, sin camiseta tanto él como su banda, algo lógico por las altas temperaturas y que sería absurdo mencionar si no fuese por cierta cosa también un poco absurda.

Porque, como la propia Rocío Saiz mencionó al terminar su bolo, para estar sin camiseta ella sí tuvo que estar tapándose los pezones. La madrileña ofreció ayer un DJ Set (sin poder resistirse a cantar por encima en canciones como ‘Será porque te amo’) en el cual quedó claro que, pese a haber estado de actualidad estos meses por lo ocurrido en el Orgullo de Murcia, quedarse en tetas es solo un aspecto más de su show, al contrario de lo que critican sus haters. Porque mucho antes de quitarse las pezoneras a ritmo de ‘Ay Mamá’, Saiz ya había puesto a toda la playa a hacer la coreo de ‘Saturday Night’ y a disfrutar bailando con ‘I Follow Rivers’, ‘Nochentera’, ‘Yo quiero bailar’ o incluso con la sintonía de ‘¿Qué apostamos?’.

Ya más tarde, y en el recinto del festival, pudimos ver a las Cariño. Hace unos meses las vimos en el Warm Up y contábamos que el resultado había sido un poco flojo, pero no fue el caso ayer. María, Paola y Alicia conectaron con la audiencia y se lo pasaron bomba defendiendo el arsenal de temazos que han cultivado a lo tonto. Atrás quedan esos momentos en que ‘Llorando en la limo’ era el momento más esperado: ‘Si quieres’, ‘no me convengo’, ‘Bisexual’, ‘Tamagochi’, ‘Llorando en la acera’, ‘Te brillan’, la reciente (y preciosa) ‘Aún me acuerdo de todo’ o mi favorita ‘Excusas’ tienen el poder de hacer botar al público (sí, hicieron referencia al meme de Bad Gyal “tol mundo botando, coño”).

Y aún más divertido fue el bolo de Delaporte horas después: Sandra es toda una show-woman y cada vez sabe mejor cómo meterse al público en el bolsillo, tanto si son fans como si son gente que hasta hace cinco minutos no sabía quiénes eran ella y Sergio. Qué más da, si lo van a saber en cuanto salgan de allí, gracias a momentazos como la invitación a besos en ‘Droga dura’, la competición de coros en ‘Ni un beso’ o el remix para no parar quieta en que despachan ‘Un jardín’, su cover de ‘Toro’ o varias canciones del excelente ‘Las Montañas’

como ‘Bang Bang’, con la que cerraron.

El plato fuerte de la jornada sin duda era The Strokes… pero digamos que el plato llegó frío. En su crónica del año pasado de Primavera Sound, mi compañero Sebas ya apuntó que los bolos de The Strokes eran un poco ruleta rusa, siendo en ese caso una reconciliación, y yo mismo en mi crónica del BBK 2019 hablé muy bien de su concierto. Pues bien, ayer fue de los que no.

Es cierto que no ayudaron los problemas de sonido durante las primeras canciones, y que lógicamente el concierto empezó a ganar cuando éstos se solucionaron, pero no es excusa para la desidia que demostraron… y hablamos en plural pero la responsabilidad fue sobre todo de Julian Casablancas. Si la jornada anterior hablamos maravillas de la labor de Win Butler como frontman, lo de Casablancas fue un ejemplo de cómo un frontman también puede arruinar un directo. En un estado digamos que dudoso, el neoyorquino tuvo algún que otro intento errático de comunicarse con el público (más “pensando en voz alta” que “comunicándose”). Por lo general estuvo en su mundo, y también en piloto automático mientras defendía temas de un disco que realmente no está nada mal, el reciente ‘The New Abnormal’, y recordaba megahits como ‘Last Nite’ o ‘Reptilia’. En fin, Pedro, tendrías que haber venido el jueves, o bien hoy para ver a Florence y Ethel Cain.

Por suerte, el nivel en el mismo escenario subió con Underworld. Puede que el 70% de los asistentes estuviese allí por ‘Born Slippy’ y por ‘Trainspotting’, pero, si era el caso, la espera hasta el final (porque no son tontos los señores) se les haría muy llevadera. Karl Hyde y Rick Smith convirtieron los alrededores del escenario en una rave que no tenía nada que envidiar a la que estaba teniendo lugar en el escenario La Caleta. El público estaba entregadísimo, pero es que también lo estaban ellos, especialmente Karl, bailando y haciendo el chorra mientras encadenaba temazos.

Sharon Lopez

Ese espíritu lo tuvo también sobre el mismo escenario, pero unas horas antes, Amy Taylor: Amyl and the Sniffers se marcaron uno de esos directos que consiguen un puñado de nuevos fans. Entrega colosal tanto de la banda, que sonó genial, como sobre todo de ella: no le hacen falta las comparaciones con Courtney Love (físicas y por el timbre) que le suelen perseguir, porque con el rollazo que tiene se basta y se sobra. La australiana y su grupo siguen presentando grandes canciones del reciente ‘Comfort to Me’ como ‘Hertz’.

En el Escenario Victoria vimos dos conciertos que, sin ser flojos, estuvieron un peldaño por debajo. Por un lado, M83, que presentaban el interesante ‘Fantasy’ en un concierto quizás demasiado tranquilico para las horas que eran: la épica que sigue habiendo en las canciones de este último trabajo no se reflejó como debiera sobre el escenario, quizás por una actitud demasiado introvertida. Y algo parecido ocurrió con Lori Meyers: pese a contar con un público a priori muy afín (fueron programados en la jornada perfecta al respecto, desde luego), que desde luego se vino arriba en highlights como ‘Mi realidad’, ‘a-Ha han vuelto’ o ‘Emborracharme’, a los granadinos les faltó la energía que les hemos visto en otras ocasiones. A destacar, eso sí, la invitación al escenario a Kora, con quien estrenaron hace unos meses la colaboración ‘No me merecía la pena’, y cuya presencia puso un punto un poco distinto en el bolo.

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Publicado por
Pablo Tocino