La nueva vida para OMD continúa con buenos discos y nuevos éxitos. Solo Taylor Swift va a impedir que consigan esta semana el primer número 1 en álbumes en Reino Unido de toda su carrera. Los autores de discos legendarios de los 80 y temas tan reconocibles como ‘Enola Gay’ o ‘Electricity’ continúan desde hace unos años en formato dúo -Andy McCluskey y Paul Humphreys- con resultados tan satisfactorios que hasta plantearon disolverse tras su disco de 2017, ‘The Punishment of Luxury‘, porque para ellos suponía «retirarse en la cima». Ahora dicen que este nuevo trabajo ‘Bauhaus Staircase’ sería un buen epitafio si fuera el último, y además tienen razón.
‘Bauhaus Staircase’ se define como el disco más político de Orchestral Manoeuvres In The Dark. El single ‘Bauhaus Staircase’ se propone «derribar el arte fascista». Más allá aún, ‘Kleptocracy’ proclama que «no importa a quien votaste, ya han comprado al hombre que elegiste», entre citas a «dinero robado», el Deutsche Bank, el Kremlin, la KGB y «todo el dinero saudí que hay en Central Park».
Hay canciones más neutras y ambiguas, que aparentemente hablan simplemente de amor o de la vida, pero también son llamativas dos pistas de «spoken word» que hablan sobre el nacimiento y la muerte (‘Evolution of Species’) y la superpoblación (‘Anthropocene’).
Esta última es un relato sobre el número de habitantes sobre la Tierra en diferentes eras y -ATENCIÓN, SPOILER- acaba con el planeta destruido y un total de cero habitantes, en reflexión sobre el cambio climático. Esta excusa sirve a OMD para terminar su nuevo disco de manera totalmente hermosa, con una balada sobre la muerte como es ‘Healing’. Sería efectivamente muy poético que fuera la última canción de su último álbum -si es que lo es en absoluto-, pues la letra comienza diciendo «You will never die your death / But will you ever learn to live».
Todo esto no tendría tanto valor si OMD hubieran perdido su garbo, pero tampoco es el caso. Pensé que se estaban columpiando con lo de que en este trabajo iban sonar a ABBA, pero la melodía de ‘Look At You Now’ habla por sí sola. En ‘Slow Train’, por el contrario, recuerdan a la era más «art pop» de genios del glam como David Bowie. Este tema te lleva directo a 1980 o a la recreación que de aquellos tiempos hicieron Goldfrapp en ‘Black Cherry’ (por allí había un corte llamado ‘Train’ exactamente). Y tampoco decepcionan cuando suenan a sí mismos, como en ‘Don’t Go’ con esos sintetizadores que son la misma alegría de vivir, o en ‘G.E.M.’. No llenarán estadios como Depeche Mode, ni tendrán el culto de Pet Shop Boys, pero juraría que están en mejor estado creativo que ambos.