Jung Kook es el último integrante de BTS que publica disco en solitario (antes de irse a cumplir el servicio militar a Corea el Sur). El lanzamiento de ‘GOLDEN’ se ha quedado a poco de coincidir en el tiempo con el de ‘Layover’, el reciente EP de V, uno de sus compañeros de banda. En estilo, uno poco tiene que ver con el otro: si V se centra en un tipo de R&B bonito y plácido, Jung Kook va a por todas rodeándose con la élite del pop comercial.
Solo en ‘GOLDEN’ es posible escuchar al joven Jeon Jeongguk acompañado de Jack Harlow y Latto en dos de los singles, mientras en los créditos de producción asoma en cada canción una superestrella diferente: Major Lazer, Bloodpop, DJ Snake, Andrew Watt, Cirkut o hasta Lost Boy, productor de ‘Padam Padam’ de Kylie Minogue, aparecen por aquí.
‘GOLDEN’ es por supuesto el disco que incluye ‘Seven’, uno de los mayores éxitos de 2023. El pegadizo tema, inspirado en el garage británico, supera los mil millones de reproducciones en Spotify, y demuestra que una letra tontorrona que recita los días de la semana nunca deja de funcionar. Claro que, aquí, el mérito se lo queda también el gracioso verso de Latto y, sobre todo, una producción sobresaliente que sabe meter un riff de sintetizador sutil cuando más hace falta.
Los otros dos singles oficiales son igualmente apañados. ‘3D’ con Jack Harlow abre ‘GOLDEN’ recuperando el irresistible groove funky de ‘Blurred Lines’ pero sin que Pharrell ni mucho menos Robin Thicke hayan tenido nada que ver en él. Y ‘Standing Next to You’ es una estupenda actualización del sonido ‘Off the Wall’ de Michael Jackson, rebosante de melodía disco, que ya ocupa el primer puesto en el top 50 global de Spotify, merecidamente.
Después, ‘GOLDEN’ convence en partes. No es tan divertido como prometen los singles. De hecho, en demasiados casos, la balada más sentimental se impone, por ejemplo, en ‘Hate You’, que parece del peor Ed Sheeran, o en ‘Too Sad to Dance’, que se mira en el espejo de ‘Lose Yourself’ de Justin Bieber… una canción compuesta por Ed Sheeran, hace ya demasiados años.
2017 parece de hecho el año al que referencia ‘Please Don’t Change’: el pop tropical pasó de moda hace eones, pero parece que a DJ Snake le sigue sonando de fábula. Esto no sería un problema, evidentemente, si la canción fuera un poco más memorable, el cual no es el caso.
Desperdigados en la secuencia de ‘GOLDEN’ es posible encontrar algún que otro punto a destacar, como la producción afro-house de ‘Closer to You’, firmada por Diplo y compañía, o las vibras deep-house de ‘Somebody’, presentes en una composición que tampoco logra despuntar demasiado. No obstante, el R&B insulso de ‘Yes or No’ o ‘Shot Glass of Tears’ atascan el disco en el año 2006. Y eso que, más actual que un ídolo de k-pop arrasando a nivel mundial, no hay nada. Sus productores deberían saberlo.