Es una tradición de la historia del pop que las bandas de guitarras propongan una evolución en su sonido entregándose a los sintetizadores. Melenas es el enésimo caso. La banda de Pamplona debutó con un sonido de pop guitarrero fresco y espontáneo, en ‘Días raros’ los elementos electrónicos emergieron de manera sutil, aunque el fuzz de las guitarras todavía mandaba, y en ‘Ahora’ la evolución se completa.
La sorpresa es el tipo de electrónica que Melenas han decidido apropiarse. ‘Ahora’ es un disco completamente influido por el sonido de Stereolab y Broadcast, dos bandas que ellas mismas citan en las entrevistas, y también por Neu! y por el krautrock en general. El ritmo motorik da impulso a casi todas las canciones, que, ahora, se entregan a los sintetizadores e incorporan secuenciadores y cajas de ritmo, por primera vez en la carrera de Melenas.
A Oihana, Leire, María y Lauri, la evolución les funciona porque sus canciones no han perdido ninguna chispa. Ni siquiera cuando buscan la hipnosis total, como ‘Ahora’, en un disco donde los sintetizadores emprenden viajes que se pueden tildar de psicotrópicos, las nuevas composiciones de Melenas pierden el poder de captar tu atención. Solo cuando pecan de redundantes, como ‘Tú y yo’, el nuevo sonido de la banda se desinfla un poco.
Como en ‘Días raros’, el paso del tiempo sigue siendo una de las preocupaciones de Melenas, por ejemplo, en la canción destacada ‘K2’, que, agarrada a un implacable ritmo, mira al pasado y reflexiona sobre el tiempo compartido (o malgastado) con los demás; o en la gráficamente titulada ‘1986’, que habla de no poder obedecer las normas desde el mismo día de nacimiento.
La fórmula de Melenas es aún mejor cuando las chicas agregan un elemento de humor a las letras. Es un humor seco, “deadpan”, muy apto para las melodías y patrones repetitivos que usan esta vez. El estribillo “no no no me interesa, no no no vale la pena” de ‘Bang’, el primer single, es sonoro y pegadizo hasta rabiar, ‘Mal’ es una divertida reflexión sobre el trabajo (“paremos de trabajar, algo está yendo mal”) y ‘Promesas’ es un irónico retrato de la vida adulta, plaga de planes (promesas) que nunca se cumplen.
La entrega de Melenas a los sintetizadores en ‘Ahora’ puede ir tan lejos que en ‘Flor de la frontera’ suenan directamente a Suicide. Melenas nunca suenan tan turbadas como El Columpio Asesino, pues sus canciones conservan una magia anclada en el indie-pop, pero a ellos remite la búsqueda de nuevas texturas que emprenden el cuarteto pamplonense en este tercer disco.