Un año más, Monkey Week nos dio la oportunidad de descubrir a muchas artistas que de momento vuelan por debajo del radar de muchos medios, mientras traían a gente ya establecida (este año menos que de costumbre, eso sí) y a un tótem como Los Planetas. Y, un año más, en la Puerta del Sol desde JENESAISPOP os traemos un repaso de lo que, a nuestro juicio, fue lo más destacado de tres jornadas muy intensas. Este año ha vuelto a haber mudanza, pero no ha sido hacia Alameda: ya con el COVID alejado, podría pensarse que el festival iba a volver al lugar que tantas alegrías le dio, pero han optado por alejarse del Cartuja Center para devolver los conciertos al aire libre en dos carpas situadas en el parking del Teatro Central -una de ellas, eso sí, recuperando el clásico escenario “coches de choque” (que llegó a inspirar canciones)-. Sí que repetían los conciertos en el Espacio Santa Clara, y en salas como Holiday, FunClub, Mutante o las noctámbulas Sala X, La 2 y Even.
Durante la jornada del viernes se paseó por el parking del Central un misterioso personaje al que no se le veía la cara, y que repartía unos papeles con un QR… que daba acceso al pre-save de ‘Vaciador’, el nuevo disco de VVV [Trippin’ you]. La banda madrileña publica en breve este nuevo largo, y el hype que había ido creando antes se tradujo en uno de los mejores bolos del festival. La decadencia de muchas de sus letras no se correspondía desde luego con la atmósfera entre su público, sobre todo en el pogo de las primeras filas.
El escenario de los coches de choque no hacía sino reforzar el ambiente del concierto, como le pasó el día siguiente a Hofe, quizás el que mejor supo aprovechar el lugar y conducir la pasión del público, ofreciendo el que para quien escribe fue el mejor bolo de esta edición. El vasco acaba de lanzar ‘Amorrua’, su nuevo EP junto a los productores Xabier Lafuente y Marcos Galech (4:40), y estuvo presentándolo y dominando el escenario como nadie. Igotz Mendez apelaba a la energía del público y sabía exactamente cómo picarle (mira que es arriesgado decirle a un sevillano “¿no érais muy flamencos aquí?” siendo de fuera y que se reciba con buen rollo) para que se te entregue. Preguntando en varias ocasiones al público si “estáis cómodas” y “disfrutando”, Mendez conseguía que te lo pasases pipa ya fuese dándolo todo en el clima de diversión y libertad que se creaba, o desde lejos jugando a pillar las mil referencias por minuto que suelta en sus canciones (lo mismo te mezcla a Kurosawa, Wes Anderson y Kanye en una, que rima “me escupe en la boca” con “estoy loko como El Xokas” en otra).
Divertidísimo fue también el show de Ada Oda, que precedieron a Hofe en el Escenario Alhambra. Mi compañero Jordi les describía hace poco “un cruce entre Wet Leg, la frescura de los primeros Strokes y las voces chilladas de The B-52’s”, y si esto despertaba interés, en su directo solo pudieron confirmarlo. La banda belga levantó a los presentes con temas como ‘Niente da offrire’, mientras su vocalista Victoria Barracato saltaba por el escenario en sintonía con los allí presentes. Antes habíamos visto allí también a Crudo Pimento, que sorprendieron subiendo al escenario al mismísimo Kiko Veneno. Fue el highlight de un bolo en el que Raúl e Inma presentaban el reciente ‘El Carmen 13:7’, y que estuvo “teloneado” por Dharmacide en el escenario contiguo. Quizá demasiado fieles al espíritu shoegaze hasta el punto de bajar del escenario con actitud de “ala, pues ya hemos comido”, los madrileños sí que fueron de los pocos en aprovechar las pantallas trayendo sus propios visuales. También lo hicieron las Lisasinson, con unas proyecciones de mariposas. Las valencianas presentaban ‘Un año de cambios’, editado bajo el paraguas de Elefant, y, pese a problemillas de sonido, supieron defender muy bien temas como ‘Cuchillos’ o ‘Se me ha muerto una flor’.
Otro de los momentos destacados fue el de Ángeles, Víctor, Gloria & Javier, que ofrecían su primer concierto. La superbanda formada por la cantante Ángeles Toledano, el líder de Rufus T. Firefly Víctor Cabezuelo, la baterista Gloria Maurel y el productor Javier Martín ofrecían un concierto con cierta magia tanto por ellos mismos como por el material de base, el ‘Poema del cante jondo’ de Federico García Lorca. ‘Tengo tres estrellas y veinte cruces’, el debut que sacaron dos días antes del Monkey Week, es otro ejemplo de lo bien que puede funcionar la mezcla de nuestro folclore con la electrónica, y en el directo pudimos comprobar que las buenas ideas en el estudio son muy bien defendidas por un grupo que ya ha sido confirmado en el Primavera Sound del año que viene.
Antes de ellos, vibramos con la propuesta en Bar Mutante de Ortopedia Técnica, de quienes ya os habíamos hablado en una de las últimas entregas de nuestra Sesión de Control. La banda de Castellón prometía con los sencillos que había ido sacando, confirmaba en el debut ‘Sentencia’ que ahí había algo interesante, y ahora ha pasado con nota la prueba del directo. Jacob, Corvo, Nello, Mario y Cuki dejaron el bar a reventar (la cola de gente que se quedó fuera y que iba entrando a medida que otros salían llegaba a doblar la Calle Fresa) desbordando energía mientras repasaban temas como ‘Mírame’ o ‘Harakiri’.
El día se cerraría a lo grande con el precoz Teo Planell, que llamó la atención en Sala X por la pegatina de Hello Kitty en su guitarra pero sobre todo por lo pulida que suena su propuesta en temas como ‘(The Place)’ o ‘JULIA!’; y sobre todo con Ghouljaboy. Jordi Arroyo ya nos gustaba cuando hacía trap en La Vendición, y luego nos flipó con el giro que dio a su carrera, y que le ha llevado a colaborar con gente como Depresión Sonora o, más recientemente, shego. El artista ofreció probablemente el mejor bolo de madrugada de esta edición, sabiendo meterse al público en el bolsillo mientras presentaba ‘OH NO SYZYGY!
‘. También confirmamos al verle en directo el parecido de su voz con la de Alex Turner, por cierto… y que, aun así, ese es solo uno más de los múltiples aspectos curiosos dentro de un proyecto que ha acabado convirtiéndose en uno de los más interesantes del panorama nacional. Nos quedamos con las ganas de ver al jerezano en uno de los escenarios principales, aunque es cierto que un ambiente como el de la X a las 2 de la mañana le sienta como un guante. Como apunte personal personal, el catarro que empecé a cocinar la primera noche estaba ya diciendo “estoy aquí” en ese momento, así que os podéis imaginar lo bueno que fue el bolo si consiguió que mi atención se quedase allí.Precisamente el público que se ha ido ganando Ghouljaboy puede parecerse a la fanbase que tiene también El Último Vecino, otro de los nombres destacados del festival, tanto por estatus como por lo ofrecido allí, en esta ocasión, en la Sala Holiday. Gerard Alegre tuvo que enfrentarse a una acústica que juega un poco en contra, pero aun así consiguió que su público bailase y le corease temazos como ‘Tu casa nueva’. En la misma sala actuaron Vera Fauna, que por supuesto reventaron el lugar, tanto por jugar en casa como por los fans que han ido sumando y sumando en estos años. La banda presentaba ‘Los años mejores’, su segundo disco, en el que cuentan con las colaboraciones de Kiko Veneno y Carmen Xía, y demostraron otra vez que no en vano son uno de los pocos grupos que no solo han sobrevivido a la difícil situación de la pandemia en la escena local, sino que han ido creciendo a nivel nacional hasta establecerse con comodidad.
También hubo mucha conexión en el concierto de La Paloma, que venía además con un regusto especial porque, cuando estuvieron en la edición de 2021, solo contaban con tres canciones. Ahora vuelven con todo un nombre hecho en la escena y un debut largo, ‘Todavía no‘, que estuvieron presentando en el Escenario Jagermusic. Antes de ellos pudimos disfrutar también de Sistema de Entretenimiento, que bromearon sobre que iban a agotar el setlist antes de terminar el concierto: “estamos yendo muy rápido, fijaos que estoy bebiendo hasta agua y yo nunca bebo agua, voy estreñida por la vida”, comentó Anna.
Más multitudinario aún fue el bolo de Camellos, sobre todo en el momento culmen que supone ‘Arroz con cosas’. Los madrileños se centraron en el ‘Manual del estilo’ publicado el año pasado, pero no se olvidaron de clásicos como ‘Siempre saludaba’ o de la reciente versión de ‘Mi fábrica de baile’ de Joe Crepúsculo (que no está mal, pero la original es un poco insuperable). El plato fuerte de esa jornada -VVV aparte- fue Lorena Stadelmann, más conocida como Baby Volcano. Alternando francés y español, la suiza (de madre guatemalteca) derrochaba energía mientras bailaba y cantaba temas como ‘Kill tu ego’ o ‘FIN DE MUNDO (Peau)’, en los que parecen darse la mano Nathy Peluso, Princess Nokia y Bomba Estéreo.
Dejo para el final el nombre más poderoso del cartel, para dar la oportunidad a las bandas menos conocidas, pero también porque el concierto de Los Planetas fue bastante decepcionante. La banda repasaba sus treinta años en un denominado “Concierto Esencial” en el que solo se subían al escenario Jota y Florent Muñoz, junto al pianista David Montañés (también les acompañó Alonso, volviendo tras haber ejercido de telonero). Faltaba Eric Jiménez, de actualidad estos días por el documental ‘La importancia de llamarse Ernesto y la gilipollez de llamarse Eric’. La idea era repasar su discografía en un formato mucho más reducido, “despojando el sonido de peso, pero no de fuerza, y reduciendo el volumen, pero no la intensidad”, según la nota de prensa. El problema es que, precisamente en un concierto así, se aprecia mucho más la conexión con el público, la interacción y el refuerzo de la intimidad que puede crearse en el escenario… y, claro, también en negativo: se nota más cuando eso brilla por su ausencia.
Solo en momentos concretos parecían Jota y compañía conectar con los asistentes, siendo en general un ejercicio un poco de funcionario, uno que muchos no perdonarían a cualquiera de las bandas emergentes que escuchan por primera vez en Monkey Week, pero que aquí sale indemne en parte por el concepto “vaca sagrada” y en parte, al César lo que es del César, por la calidad de canciones como ‘Soy un pobre granaíno (Colombiana)’, ‘Santos que yo te pinte’, ‘Corrientes circulares en el tiempo’ o ‘Alegrías del incendio’. Antes de ellos, como decíamos, vino Alonso. Si con el nombre no caéis, se trata de Alonso Díaz Carmona, el líder de Napoleón Solo, que presentaba su proyecto en solitario en esta Monkey Week; el primer single, ‘Soy un humano’, salió hace escasas semanas. Lógicamente, esta canción sonó, pero también temas aún inéditos de ‘Qué es querer’, el disco con el que debutará, y que pudimos descubrir en la noche del jueves. Aunque algo lastradas por lo que parecieron problemas de sonido, las canciones auguran un proyecto interesante cuando podamos escucharlo en mejores condiciones.
Y antes aún de Alonso, pero en la Sala Funclub, tuvo lugar el OffMonkey, una serie de conciertos organizados por el colectivo Brecha, al margen de la programación oficial pero apadrinados por la organización del propio Monkey. Y la calidad no parece desde luego ser el motivo por el que esas artistas se quedaron fuera: además del r&b onírico de Andra Venus, fichaje de Snap! Clap! Club!, y de restinga, de quien ya os hemos hablado en la web, contaban con las propuestas de de los prometedores arrecíO (fans de Cariño, atended) o de LK6, proyecto de Inés Parish con el ojo puesto en VVV.