De un tiempo a esta parte, Sidonie a lo que se dedican es al humor. Y yo lo compro porque estamos muy necesitados del mismo. Su nuevo disco se titula simple y llanamente con los nombres del trío. ‘Marc, Axel y Jes’ se compone sobre todo de guitarra, batería y bajo y son 10 canciones de 3 minutos hasta sumar algo menos de media hora. Al estilo de los discos de los Ramones, más corto que el primero de los Strokes.
La intención es la de entretener y hacérnoslo pasar bien, cuando no reír. La crisis de la mediana edad inspira a Sidonie más a echarse unas risas que a montar el drama padre, y si no atención a ese single llamado ‘No salgo más’. «Estoy a gusto hasta que alguien se me acerca, y dice: «te he reconocido, mi madre es muy fan»». Basado en hechos reales. En concreto fue Magüi, la cantante de Ginebras, quien en un festival les dijo: «Yo te conozco por mi padre».
Marc Ros volvió de un viaje a Cuba con 50 canciones, algunas cumbias y ritmos tropicales, pero para la ocasión Sidonie se han quedado con la parte más rock. Les ha podido también la impresión de haber teloneado a los Rolling Stones el año pasado en Madrid. Así, el álbum se abre con la nostálgica ‘CEDÉ’, que se sitúa en 1997 asegurando que el «CD va a volver».
Es un rock curiosamente adolescente y carpetero, eso sí. En una especie de segunda juventud o eterna adolescencia, Sidonie suenan «tan llenos de vida que [van] a llorar». Si no fuera porque en ‘Me gustas todo el rato’ hay hijos, tatuajes, de alguna forma bastantes signos de experiencia, podría haber sido una canción de El Canto del Loco o Pignoise. Lo mismo puede decirse de ‘Pesado y estúpido’ y su marcado complejo de inferioridad: «soy un bicho raro para ti».
Después de la estupenda ‘Verano equivocado’, de punteos indie pop, la segunda parte del álbum se va entregando a ritmos más coloridos que no parecen consecuencia directa del viaje a Cuba, pero quizá sí indirecta. ‘Stax bien’ es un tema totalmente «feel good» que encajaría en un anuncio veraniego, en juego de palabras con el sello por su sonido y mención al soul. El disco se cierra con el alegre disco de ‘Mil colores’, mientras en ‘Que me bese todo el mundo’ se encuentran las guitarras eléctricas de finales de los 70 con otras más Smiths y teclados.
En algún punto de ‘Marc, Axel y Jes’ alguien podría llamarles «horterillas«, aunque sin duda lo que menos encaja en este álbum fresquito y directo a la yugular es la justificación innecesaria que supone ‘Es muy pop’. Después de haber publicado discos llamados ‘El peor grupo del mundo‘ o ‘El regreso de ABBA‘ -por muy complejo que fuera este-, ya no hacía falta.