La deriva de los tiempos está sentando bien a la música de Xoel López. Vetusta Morla llenan estadios con un cantante al frente de voz muy parecida a la suya, cuando él llegó mucho antes y, sobre todo, están de moda los discos que suenan a aquella cosa antiguamente conocida como «músicas del mundo». Desde mucho antes de ‘El Madrileño‘ los discos de Xoel López han sonado muy viajeros, aunando en particular la música española y la latinoamericana.
Acentuando la reivindicación de diversas culturas, el título del álbum ‘Caldo Espírito’ es políglota: «caldo» significa «caliente» en italiano y «espírito» está en gallego. Una excusa para utilizar diferentes estilos como vía de expresión: aquí hay casi de todo.
‘Faneca Brava’ es una composición electrónica que habla de relaciones tóxicas y dependencias destructivas, en concreto sobre el consumo de heroína en Galicia en los 80. ‘Esto no es amor’ parece un tema de indie pop, pero como producido por Phil Collins, versando sobre dejar una relación atrás que ni siquiera era el amor verdadero. En la línea, ‘Ochomil’ también tiene una melodía muy Smiths; y ‘Mágica y eterna’ se presenta como una «mezcla de merengue y armónica dylaniana». Llena de tarareos y esquinas, es la mejor composición de esta era.
Pero con competencia: la balada ‘Pena penita’ con Meritxell Neddermann es tan emocionante como busca, y ‘Fort Da’ levanta el último tramo de ‘Caldo espírito’, inspirada en Freud, pero sobre todo conectando con la faceta rock de Deluxe. Su último minuto será adrenalínico en directo.
El variado fondo musical topa en los textos con cierta sensación de destrucción. Abundan las metáforas con volcanes y exorcismos. En parte inspirado por la catástrofe que representó la pandemia -por suerte a estas alturas de manera muy indirecta-, en parte por lo desubicado que se encuentra López en el mundo contemporáneo, el artista no suena en cambio triste. Las melodías buscan la luz y el optimismo incluso aunque la suerte no acompañe.
En ‘Esto no es amor’ puede estar cantando «esto terminal fatal, siempre termina fatal», pero decide hacerlo con humor. El carácter coral de las voces que nutren el disco le dan una pátina de buen rollo total. Y no me refiero tanto a la colaboración de las hermanas Repion en ‘Elevarte caer’ o el mencionado featuring de Meritxell, sino a los coros masculinos. Xoel está poniendo al mal tiempo, buena cara. Por mucho que empiece el álbum quejándose de «no pertenecer a este tiempo», no ha gastado mucho en lloriqueos.