Música

Four Tet / Three

La música de Four Tet lleva más de 20 años empujándonos indistintamente a la melancolía o al éxtasis. Aunque en general instrumental, posee por un lado la capacidad de emocionarnos y por otro la de levantarnos, con un gusto exquisito que apenas han querido emular gurús como Caribou. Sus discos se llaman cosas como ‘There Is Love in You’, idea la del amor a la que ahora vuelve para inaugurar su nueva obra, ‘Three’.

Kieran Hebden ofrece en este trabajo lo que mejor sabe hacer: una deconstrucción electrónica de beats house o incluso guitarras eléctricas, siempre desde una perspectiva muy personal y reconocible. En los últimos tiempos le habíamos visto lucrarse haciendo el macarra junto a Fred Again.. y Skrillex en unas sesiones que han ido desde Coachella a Times Square. Y ahí ha pinchado más feliz que una perdiz ‘Party in the USA’ de Miley Cyrus o ‘Satisfaction’. Y no precisamente la de los Rolling Stones. Puede que no haya sido una sorpresa total después de oírle deconstruir a Nelly Furtado, pero lo seguro es que ‘Three’ no celebra de ninguna manera a este improbable «trío» sobre el escenario, sino que retoma el sonido introspectivo, evocador y minimalista del mejor Kieran Hebden.

Los paisajes son tormentosos en ‘Loved’, no tan lejos de la cadencia de los Massive Attack más ensoñadores. Hay un tema llamado incluso ‘Storm Crystals’, aunque este no es explícitamente tan lluvioso paradójicamente, sino más contemplativo. Las guitarras son protagonistas del final crepuscular de ‘Gliding Through Everything’ y sobre todo de ‘Skater’. Un tema casi post-punk que podríamos haber escuchado de mano de cualquier banda de indie pop en los años 80. Parece que vaya a aparecer cantando Morrissey

(!). ¿No parecen esos coros femeninos de Elizabeth Fraser?

Entre temas más transicionales como ‘So Blue’ o ambient, como el mencionado ‘Gliding Through Everything’, destacan las dos entregas rompepistas de ‘Three’. El focus track para las playlists del día de salida ha sido ’31 Bloom’. Y es solo una recuperación tímida del desmadre house que había implicado el adelanto anterior ‘Daydream Repeat’, que no renuncia a su finísimo riff que recuerda de dónde viene la folktrónica. Aun con sus distorsiones, es una de las canciones más bailables que jamás ha publicado Four Tet.

La joya de la corona llega al final con esa maravilla titulada ‘Three Drums’: otra base medio trip hop sobre la que emergen unos teclados como los que llevaron a Moby a vender 10 millones de copias de ‘Play’. Adictiva, envolvente, preciosa, contiene -mantiene- todas las razones por las que amamos a Four Tet. Es un placer verle pasárselo bien sobre el escenario, mover a las masas, sumar streamings con los featurings de Skrillex o dejarse samplear por Tainy en una canción que canta Rauw Alejandro (‘Volver‘ es una de las mayores gemas perdidas de 2023). Pero este es el Four Tet que verdaderamente adoramos. En plena forma: con uno de sus discos más variados, entretenidos y dinámicos.

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Publicado por
Sebas E. Alonso
Tags: four tet