Música

Nebulossa sorprende a SanSan, versión de Alaska incluida

Solo se cumplen 10 años una vez y SanSan lo ha celebrado a lo grande. Más gente, más artistas y más sorpresas. La primera jornada recibió a 6.000 asistentes más que el año pasado, quedándose en las 21.000 personas. Fue una de las más completas en cuanto a variedad musical, con una curiosa mezcla de rock y electrónica, y además no llovió, que las previsiones preocupaban a muchos.

Fuel Fandango fue el estandarte de esta mezcla de géneros que sonó durante todo el festival. Era la primera vez que Nita se subía a un escenario después de tener un hijo, al que está “entregada completamente”, y lo hacía con un precioso vestido negro y una vistosa corona de flores, acorde a la estética del grupo. Trallazo tras trallazo, y con mucho arte vocal, convirtieron SanSan en una rave en la que todo tenía cabida, desde un solo de cajón hasta una sesión de DJ. Entre medias, temazos como ‘La Primavera’ o ‘Salvaje’. En cuanto a guitarreo, nada que envidiar a grupos como Viva Suecia o Two Door Cinema Club. Es todo lo que debería ser un set de festival. Además, unió dos generaciones de oyentes. Fuel Fandango juntó lo que la programación consecutiva de Judeline y Depedro separó.

Nunca había podido ver a Judeline en directo. Pese a tener más oyentes que muchos cabezas de cartel, siempre la programan en los peores horarios. Lo que más me llamó la atención fue su sentido del humor. Es muy salada. Cuenta que viene de un pueblo pequeñísimo de Cádiz, Caños de Meca, y despierta el “olé” del público. “No se puede ir más pa’ abajo”. Termina una canción y suelta un “me cago de frío”. Presentando ‘Sustancia’ hace una pregunta totalmente normal. “¿Alguien ha experimentado un bajón químico alguna vez?”. Al mismo tiempo, puede hacer el a cappella más bonito del mundo, cantar sobre el novio que cruzó el estrecho de Gibraltar y nunca volvió o emocionar con una versión de ‘Fanática Sensual’. Presentó una canción nueva, que saldrá en su próximo disco. Se llama ‘MANGATA’ y sigue la línea de ‘2+1’ o ‘CANIJO’, también highlights del show.

Hablando de temas nuevos, no puedo quedarme sin mencionar a Morreo. Joseca y Germán presentaron un setlist que era “parte del último disco, parte del anterior y parte del que viene”. ‘DIABLITOS’ sonaba mucho mejor que la canción original, que ya es decir. Era una mezcla perfecta entre el sonido metálico y seco de las guitarras y la distorsión desmedida que le mete el dúo andaluz. Daba la sensación de que muchos de los presentes estaban ahí por desconocimiento, pero seguro que se llevaron una sorpresa con “MATARÍA A TODOS LOS HOMBRES” (en mayúsculas impacta más). Envolvente y maquinero a partes iguales. El estribillo se explica por sí solo: “Mataría a todos los hombres de esta ciudad”, en bucle. Junto con La Paloma y Karavana, lo más interesante del escenario “pequeño”.

De Viva Suecia poco se puede decir ya. Tienen medida al milímetro su actuación, el sonido es de 10 y a la gente le encanta. Una vez más, se llevan el oro. Tanto en número de asistentes y calidad sonora, como en carisma (Rafa Val tiene la culpa) y cantidad de temazos por set. La cosa es que encabezan tantos festivales que uno se sabe las canciones a la fuerza. Yo no soy el mayor fan de los murcianos y me las sé todas, desde ‘Los años’ a ‘La voz del presidente’. Da igual en qué parte del recinto estés. A tu lado va a haber alguien cantando ‘El Bien’. Es ese tipo de grupo.

Sin embargo, Two Door Cinema Club es como la versión venida a menos. También son recibidos con gritos ensordecedores, también continúan presentando un disco que lanzaron en 2022 y también tienen temazos, como ‘I Can Talk’ y ‘What You Want’. Lo que pasa es que estas canciones salieron en 2010, cada una en un FIFA diferente y suenan exactamente a eso. Aparte de la nostalgia, no tienen nada de especial. Los irlandeses estuvieron bastante sosos, limitándose a decir “thank you” y algún “gracias” a medio pronunciar.

Sexy Zebras consiguieron remontar la vitalidad de la gente hacia el final de la noche con un directo basado en la energía descarnada. Son tres y suenan como el doble de personas. El año pasado fueron de los mejores grupos y este año consiguieron su pase hacia el escenario grande, tocando para una masa de personas bastante respetable, pese a ser casi las 3 de la mañana. Pero nada comparado con lo que ocurrió antes de la salida de Two Door. La Casa Azul había calentado el ambiente con su colección de himnos electrónicos a la vida y al amor, y con lo que parecía una reserva de confeti infinito. ‘La Revolución Sexual’ actúa igual que una inyección de adrenalina. He visto a personas estar tumbadas en medio del asfalto durante todo el set y levantarse solo para esta canción. Ya un clásico del pop español. Guille Milkyway terminó su show y llegó el momento de la sorpresa.

Estaba todo apagado y, de repente, de la nada, apareció. Se materializó en el escenario. Fue invocada. Nebulossa. Sin mediar palabra, empezó a cantar ‘Zorra’ ante los gritos y la euforia de los miles de personas que se habían quedado por ahí después de La Casa Azul. Metida en un traje de mallas negro con brillantitos, María Bas actuó nada más que con sus dos bailarines de confianza a su lado y se comió el escenario por completo replicando la actuación del Benidorm Fest. En un momento dado, Mery apuntó al público con el micro, y yo pensando: “Espero que salga bien”. Al momento, no sé cuantísimas personas gritaron al unísono: “Soy más zorra todavía”. La sonrisa de María fue emocionante. Sin ningún tipo de pausa, continuó con ‘A quién le importa’, al tiempo que se restregaba con sus compañeros de stage. Tras todo lo que ha removido su canción, es toda una declaración de intenciones. “Yo soy así, así seguiré. Nunca cambiaré”. Al terminar, fue breve: “Nos vemos en Malmö”.

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