Música

Estopa / Estopía

“¿Eres de Estopa o de El Canto del Loco?” (un poco el equivalente musical de “¿eres de ‘Aquí no hay quien viva’ o de ‘Los Serrano’?”) era una pregunta que quizás escuchabas en el colegio. En mi caso, la verdad es que ni lo que cantaban unos ni lo que cantaban otros tenía mucho que ver con un niño mariquita de Huelva, pero había algo en Estopa por lo que los sentía más cercanos, aunque luego en mi MP3 me pusiese más a Dover y Avril Lavigne.

Para mi generación, hablar de Estopa es también hablar de nuestra infancia, y puede que ése sea uno de los motivos por los que siguen despertando simpatía 25 años después de su debut, pero es imposible que sea el único. Porque, aunque tenemos el caso de Jordi Cruz (el Bueno), hay muchos ejemplos que no suscitan tanto cariño ahora. Cariño y pasta: ‘Estopía’ ha sido número 1 en ventas, y el anterior, ‘Fuego’ (2019), también lo fue.

‘Tu calorro’, ‘Pastillas de freno’, ‘Partiendo la pana’, ‘Cacho a cacho’, ‘Como Camarón’, ‘Por la raja de tu falda’, ‘Ya no me acuerdo’, ‘Vino tinto’, ‘Tragicomedia’, ‘El del medio de los chichos’, ‘Fuente de energía’… con esa ristra de temazos solo de sus tres primeros discos, sería comprensible que los hermanos Muñoz celebraran su 25º aniversario con un grandes éxitos, una revisión de su debut con mil featurings o demostraciones de poder añadiendo fechas en un megarrecinto. Pero no.

‘Estopía’ vuelve a ofrecer 12 (siempre 12, salieron supersticiosos los niños) canciones inéditas. “Hubiéramos ganado mucho más dinero, pero ¿y lo bien que nos lo vamos a pasar? No queríamos hacer un concierto de esta medida y tener que irnos a casa para cuidar la voz”, comentaban hace poco David y Jose sobre la posibilidad de las fechas seguidas, explicando que lo que sí se propusieron al componer ‘Estopía” fue “hacer canciones nuevas con el input de ser un homenaje al primer disco, que tuvieran ese aroma a nosotros”.

La portada, creada por el artista David Salvador “El Jandi”, reconstruye ‘El jardín de las delicias’ añadiendo guiños a su carrera (la araña de ‘Como Camarón’ y el cerdo de ‘Destrangis’ son algunos de los animales, y está por ahí el ‘Vino tinto’), con intención de representar el “universo paralelo” de sus discos. Y la verdad es que suena a universo paralelo ver a unos artistas de ese estatus que niegan el ascensor social en lugar de decir “si luchas por tus sueños, se cumplen” o que quitan la Zona VIP de los conciertos. Pero, coñas aparte, es cierto que lo de Estopa es un universo propio, y este ‘Estopía’ es, por un lado, una visita a ese universo, unas pastillas de freno nostalgia, un “lo de siempre”… y algún que otro experimento por aquí y por allá.

En este sentido, se está comentando mucho que el álbum contiene su primer tema en catalán, ‘La rumba del Pescaílla’ (“vi una placa en un portal que decía “i el 1925 va néixer l’Antonio González”, y a partir de ahí desarrollamos la canción… si la placa llega a estar en ruso, la hago en ruso”, explicaba David), o que se cierra con ‘La Ranchera’, una ídem. Pero incluso estas dos tienen conexiones con el pasado: en la primera reaparece como corista Chonchi Heredia (lo hace en varios temas del disco, como el single ‘El día que tú te marches’), y la segunda al final es un guiño al hecho de cerrar su debut con una canción llamada ‘Bossa Nova’.

Justo antes de ese cierre han venido ‘Del Revés’, con otro punto de nostalgia (la melodía recuerda a la de ‘Fuente de energía’) y unos sintes y guitarra eléctrica que le sientan genial, y el humor de ‘Pesadilla familiar’ (“anoche descubrí que mi madre traficaba con hachís / que mi novia trabajaba por su cuenta en la calle / y que a veces no cobraba, fíjate, tenía el detalle”).

Pero quizás lo mejor está en la parte media del disco. ‘Mañana clara’ y ‘Sin tinta en el boli’ son dos medios tiempos bastante monos, sobre todo el primero, pero la letra de ‘Sola’ es especialmente destacable: “me ha contado el cuento de un lobo feroz / que nos separó de ser niños pequeños (…) ella ya no está por aquí / porque yo no supe ver / que se sentía sola delante de mí”. Mención especial merecen también la cambiante ‘Luz de las velas’, cuyo final recuerda a los mejores temas de Fito, y sobre todo ‘Tan dulce’: los hermanos dicen que la canción está influida por Triana, Extremoduro y Iron Maiden… y la cosa es que, al escucharla, esa mezcla tiene sentido. Y funciona: es su mejor tema en mucho tiempo.

Todo esto mientras tenemos esa parte más nostálgica representada por temas como ‘Ké más nos da’ (“rock cani”, según ellos mismos), ‘No digo na’ o ‘El día que tú te marches’. Esta canción, encargada de abrir el disco, aborda el miedo a perder la inspiración, pero, a juzgar por lo visto en ‘Estopía’, no parece que la hayan perdido. Para colmo, cierran el álbum cantando “que nadie se lleve a engaños, ya no tengo veinte años / me he burlado del destino y me ha salido muy bien / no ser como esos artistas, que se vuelven baladistas (…) y beber y beber, y beber, y beber / y que te folle un pez”. Con Estopa, desde luego, nadie se lleva a engaños. Que sigan otros 25.

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Publicado por
Pablo Tocino
Tags: estopa