“En un mundo ideal y en otra época, yo no hubiera sacado otro EP hasta que no hubiera sentido un salto que te cagas, pero hoy en día, pues lo tienes que hacer”, comentaba hace poco Chico Blanco a Álex Jérez en Mondosonoro, a la vez avisando de que “ahora me apetece un poco estar a mi rollo y jugar (…) creo que todo esto me va a dar el espacio para volver a ser creativo como lo era en el momento en que di con este rollo que hago”.
La entrevista fue concedida con motivo del lanzamiento de ‘Forever 21, vol. 1‘, y llama mucho la atención no solo por sus declaraciones sobre el techno de Berlín, del que dice “pasar un poco” (“yo ya me lo he mamado en Granada en La Copera, a veces voy a Berghain a bailarme alguna sesión, pero me gusta más Panorama”), sino por el punto en que ve su carrera y su propia vida: no se considera un adulto, pero tampoco un adolescente, y eso es un poco lo que vemos reflejado en los dos volúmenes de ‘Forever 21’.
El primero era más arriesgado que ‘Gominola‘, pero seguía teniendo varios bangers, y el tono, comparado con esta segunda entrega, era mucho más hedonista, divertido, y sí, comercial. Esto, en cambio, es como aquel segundo bloque en el ‘blue lips’ de Tove Lo tras el éxtasis del primero (con ‘PITCH BLACK’, esa llegada a casa y las preguntas). Una primera escucha de ‘Forever 21, vol.2’ te puede dejar frío, porque desde luego no es lo que esperas encontrarte: no hay ningún tema inmediato aquí (lo más cercano sería el matiz urban de ‘MAYOR Q AYER’, o, si eso, parte de ‘TODOS LOS DIAS’). Pero, si te deja frío, prueba a ponértelo de nuevo, y seguido. Quizás la cosa cambie.
La nostalgia y el paso del tiempo eran los temas principales que Pablo Cobo quería explorar en este volumen, además de experimentar con los instrumentales y con el acercamiento al ambient. Y no tarda en hacerlo: el EP se abre con ‘OKEY’, un tema de 6 minutos en el que no escuchamos una sola voz… salvo la de Luz Casal. Un sample de ‘No me importa nada’ es el único vocal con el que, eso sí, Cobo juega a que te creas que una y otra vez, despedazándolo y haciendo que se me vengan a la cabeza, a la vez, la SOPHIE más espiritual y la Madonna de ‘Ray of Light’ (again, espiritual). Y quizás tiene sentido: pese a los temas nombrados, no estamos ante un EP dramón, sino más bien uno espiritual, e incluso optimista dentro de todo ese sentimiento melancólico ante el paso del tiempo.
“Sé que andas intentando no volcar / lleva su tiempo cambiar / to se mueve aunque tú lo veas igual”, canta en ‘HAZ LO QUE QUIERAS’, “siempre sale el sol, no siempre lo veo”, continúa en ‘TODOS LOS DÍAS’ (que empieza similar a ‘One Love’ de Guetta), donde GAZZI aparece añadiendo que “ahora vuelvo donde antes, y todo eso ya no existe / la gente es diferente, es todo un poco más triste / pero al finá siempre sale el Sol / quemará y lo entiendo, pero es lo mejor”. ‘Forever 21, vol.2’ es algo distinto en la carrera de Chico Blanco, pero al mismo tiempo lo vemos conectado con lo que ha hecho: bangers aparte, si te mola el Chico Blanco de ‘Fantasia’, ‘El cole no es para siempre’ (‘HAZ LO QUE QUIERAS’ es casi una secuela en concepto) o ‘Cadillac’ (una de nuestras covers de 2023), te puede interesar mucho darle una escucha a esto. “No siempre es igual, cambia con el tempo”, que dice él mismo.