Después del batacazo en taquilla de ‘Beau tiene miedo’ (2023), la película más cara de A24 hasta esa fecha, la productora neoyorquina debía estar temblando ante el estreno de su producción más ambiciosa en términos económicos (50 millones). Tras dos semanas en cartel en EEUU y una en el mercado internacional, seguirán temblando, pero de emoción: ya ha recaudado más de lo que ha costado. Una buena noticia, ya que puede ayudar a devolver la confianza de la industria por los proyectos originales de nivel medio, entre la megafranquicia y la película de autor indie.
Lo mejor de ‘Civil War’
1. Por fin un exitazo para Alex Garland. Escritor de culto (‘La playa’) y reputado guionista (‘28 días después’, ‘Sunshine’, ‘Nunca me abandones’), a Garland le faltaba un taquillazo para consolidar su interesantísima carrera como director (‘Ex Machina’, ‘Aniquilación’, ‘Devs’, ‘Men’) y poder aspirar a presupuestos más holgados que le permitan, dado su interés y talento para la ciencia ficción, llegar a grandes producciones como le ha ocurrido a Denis Villeneuve.
2. Su capacidad para capturar el clima sociopolítico actual. ‘Civil War’ ha llegado a la cartelera estadounidense en el momento más oportuno: en pleno año electoral. ‘Civil War’ imagina un futuro, un pasado mañana, en el que la polarización política, la fractura social y el auge del autoritarismo han provocado un conflicto armado entre estados secesionistas, distribuidos en tres alianzas, y los leales al gobierno liderado por un presidente de rasgos fascistoides (a lo que hay que sumar todo tipo de guerrillas locales). Una impactante distopía política, articulada en forma de road movie bélica y periodística, con una enorme capacidad para generar debates gracias a su ambigüedad ideológica y su punto de vista observacional.
3. La secuencia protagonizada por Jesse Plemons. ‘Civil War’ tiene muchas paradas en el camino, la mayoría muy estimulantes e interesantes, y un notable nivel actoral: Kirsten Dunst, Wagner Moura, Cailee Spaeny, Stephen Henderson… Pero la escena protagonizada por el marido de Dunst es de las que se recuerdan como un disparo a bocajarro. Ver a ese paramilitar armado hasta los dientes y ataviado con unas gafas carnavalescas preguntar a los periodistas “What kind of American are you?”, no solo es aterrador sino muy sintomático del momento en que vivimos.
4. El creativo uso de la banda sonora. Tanto las canciones de Suicide (‘Rocket USA’, ‘Dream Baby Dream’) como los efectos de sonido, particularmente los hiperrealistas disparos, están integrados en la puesta en escena de tal manera que enfatizan enormemente la sensación de tensión, amenaza y desesperanza que transmite la narración, facilitando una respuesta emocional en el espectador. No es una violencia lúdica y confortable la que vemos, sino profundamente desagradable.
Lo peor de ‘Civil War’
1. El final resulta extrañamente anticlimático. Obviamente, no lo voy a contar (y no me refiero al final final, sino a la escena anterior). Solo decir que, después de hora y media en la que Garland nos ha introducido sin problemas en una espiral de tensión dramática y acción bélica, parece increíble que no haya conseguido resolver uno de los conflictos que plantea de forma menos previsible y con más fuerza narrativa.
2. ¿Se ha pasado Garland de equidistante? Entre los debates que se pueden abrir tras ver ‘Civil War’ está también este: ¿debería Garland haberse mojado más? La postura del director ha sido posicionarse en un lugar neutro, el de los reporteros que informan sobre el conflicto (como si estos no tuvieran ideología o moral). Sin embargo, despolitizar algo tan sumamente político como una guerra, obviar qué extremos ideológicos alientan los discursos antidemocráticos y el enfrentamiento violento, quizás por miedo a espolear la misma polarización que denuncia, acaba resultando algo artificioso.