11 años después de su último disco, igual hay que poner en contexto quiénes son Camera Obscura. El grupo escocés debutaba en 2001 en el madrileño sello Elefant, por la sencilla razón de que su indie pop parecía hecho para el hogar de Luis y Montse. ‘Eighties Fan’ y ‘Happy New Year’ fueron sus dos primeros himnos, bajo el supuesto paraguas de Belle & Sebastian. Stuart Murdoch tuvo algún crédito en las cuerdas y en la producción de la primera, pero eran composiciones en solitario de la vocalista y líder Tracyanne Campbell.
Su tercer álbum ‘Let’s Get Out of This Country‘ (2006) sería su gran hito artístico, el disco en el que mejor se integraría su ramalazo folk y country, que tanto les distinguía. ‘French Navy‘ (2009), ya en un sello internacional, el también prestigioso 4AD, sería su mayor éxito comercial. Pero la historia de la banda se truncaría a la muerte de su teclista Carey Lander a consecuencia de un cáncer.
En estos 11 años, los miembros restantes del grupo han mantenido el contacto como amigos, pero dejaron de hablar de música. Tracyanne sacó un disco junto a Danny Coughlan que trataba de exprimir el poder de los dúos chico-chica en el género. Ahora el grupo primigenio ha tenido fuerzas para recuperar la marca Camera Obscura sin Carey haciendo lo que mejor saben.
En este mini-contexto de música country que se ha construido -por razones muy diversas- entre Morgan Wallen, Oliver Anthony, Zach Bryan, Beyoncé, Hurray for the Riff Raff, Waxahatchee y próximamente Lana del Rey, es fácil comprender por qué ‘Big Love‘ está siendo el single más popular de esta nueva era. Aun siendo un tema sobre no mirar atrás, que anima a decir adiós a un amor que no ha funcionado, su inspiración en Waylon Jennings y Sandy Denny suena familiar y misteriosamente actual a la vez.
Si bien es cierto que el disco carece de una grabación tan icónica como ‘Lloyd, I’m Ready to Be Heartbroken’ (mataría por volver a escuchar ese puente instrumental en vivo otra vez), hay un par de canciones que se elevan. La feminista ‘We’re Going to Make It In a Man’s World’ es demasiado repetitiva -quizá el autoconvencimiento es su razón de ser-, pero la letra de ‘Liberty Print’ sí logra evocar diferentes escenas muy visuales, entrañables y humorísticas. La imagen de Tracyanne sumergida en una bañera, sintiéndose pequeña en el Albert Hall, o visitando a una suegra sólo porque su pareja no tiene hermanos, funciona. En general sus textos hablan de amor, como los de la sencilla ‘Only a Dream’ o los de la sintética ‘Baby Huey’, pero en ese tema ofrecen algo más. Como en la intrigante ‘Sleepwalking’, que arranca «te dijeron que era coca, y era ketamina». No es lo que habrías esperado de un álbum de Camera Obscura.
Otro caballo ganador es ‘The Light Nights’, con una cadencia irresistible que tan sólo agradecería un yodelling desgarrado. Además, saben cerrar un disco. En ‘Look to the East, Look to the West’ hay espacio para temas más rock (‘Pop Goes Pop’) y para un par de baladas a piano. Una de ellas es ‘Sugar Almond’, dedicada a Carey: hasta su nombre aparece al final de la letra («¿No me cantarás, Carey?»). Aunque ya lo habíamos adivinado con frases anteriores, como la preciosa reflexión «Me gustaba lo que éramos juntas, pero no estoy segura de lo que seré yo por mi cuenta».
Y justo después, para cerrar el álbum, una de sus grandes gemas, que por algo es el tema titular, con idéntico punto de nostalgia. «Lánzame un beso, y échame las cartas esta noche / Traeré champagne y mandarinas / Te diré que todo está bien». Algo en ese piano nos indica que será posible… en otra vida.