Los hermanos Brian y Michael D’Addario llevan desde que ambos eran adolescentes haciendo música que poco o nada tenía que ver con las modas pertinentes de su generación. El espíritu de su proyecto musical The Lemon Twigs siempre ha sido decididamente retro, algo que se extrapola no solo al sonido sino también a su estética.
Con los años 60 y los 70 por bandera, el grupo ha sabido ir más allá de sus evidentes referencias, reivindicando y homenajeando bajo una mirada contemporánea esa época musical. Sus primeros discos replicaban sobre todo la era dorada del glam rock, pero ha sido su homenaje al soft rock de aquellos tiempos con lo que parecen haber hallado un nuevo camino a explorar en su música, como bien demostró el celebrado ‘Everything Harmony’.
‘A Dream Is All We Know’ puede entenderse como una suerte de secuela de este, pero mientras que su predecesor presentaba un sonido acústico y melancólico, este nuevo proyecto es todo un despliegue de luminosidad y energía positiva. Aquella melancolía no se ha esfumado del todo, aunque la alegría contagiosa de las melodías la contrarresta, como en la apertura del álbum ‘My Golden Years’, donde los hermanos D’Addario reflexionan sobre la fugacidad de la vida a ritmo de power pop, o en la psicodélica ‘They Don’t Know How To Fall In Place’, que sigue un patrón similar con juguetones riffs de guitarra y teclado y grandes interpretaciones vocales.
En ese ámbito, The Lemon Twigs no dejan de mejorar. En cada álbum se puede apreciar el esfuerzo dedicado al trabajo vocal, resultando cada vez más potente especialmente en esas habituales notas agudas y en las preciosas armonías vocales que elevan cada uno de los temas. Particularmente memorables son las de ‘If You And I Are Not Wise’, que cuenta con una de las melodías más acogedoras del proyecto; o las del gran estribillo de ese destello romántico que es ‘How Can I Love Her More?’.
En esta nueva aventura vintage encontramos una sólida colección de canciones pop que suenan tan ligeras como la brisa en un caluroso día de verano. A veces tanto que algunos cortes suceden casi sin que nos demos cuenta, como las baladas ‘Ember Days’ o ‘I Should Have Known Right From The Start’, que pese a estar cuidadosamente producidas, no consiguen alcanzar las cimas que el álbum había sembrado con composiciones como ‘A Dream Is All I Know’ o la irónica ‘Peppermint Roses’.
‘A Dream Is All We Know’ funciona mejor cuando más explosivo resulta, pues son esos momentos donde The Lemon Twigs suenan completamente genuinos, cuando uno se olvida que son una banda contemporánea imitando a artistas de los 60 y es transportado directamente a la habitación de un universitario americano en 1968.
La banda ha tenido claro desde sus inicios que la originalidad no les interesa y, desde luego, no parece que vaya a cambiar de opinión en ningún momento. Por ahora, sus ejercicios nostálgicos son efectivos gracias al inmenso conocimiento y admiración con los que se acercan a esos “años dorados”.