En realidad, teniendo en cuenta los datos de taquilla, habría que añadir una razón más. ‘Furiosa: De la saga Mad Max’ ha arrancado con resultados bastante decepcionantes. A no ser que el boca-oreja funcione y acabe remontando, la película puede convertirse en un fracaso económico. Esto no solo haría peligrar la continuación de la saga, sino que podría afectar a la financiación de futuras superproducciones de este calibre, con estas ambiciones artísticas. Es por ello que la principal razón para ir a ver ‘Furiosa’ sería esta: si las predicciones se confirman, ver en una sala de cine espectáculos como este será cada vez más difícil.
Estas son las otras razones:
1. No se repite, no es ‘Mad Max: Furia en la carretera’ (2015). El reboot de ‘Mad Max’ posiblemente sea la mejor película de acción del siglo XXI (y una de las mejores de todos los tiempos). Su impacto desde que se estrenó en Cannes fue brutal, un huracán cinematográfico que incluso consiguió 10 nominaciones a los Oscar, algo impensable para una saga que nació como pura exploitation. En ‘Furiosa’, el veterano George Miller (casi 80 años) vuelve a terreno conocido, pero lo hace tomando varios desvíos. No se limita a repetir fórmula, sino que le da un par de vueltas (de campana). Como las comparaciones iban a ser inevitables, mejor dar un volantazo, tanto estético como narrativo. Visto el resultado, ha sido todo un acierto.
2. Furiosa es un personaje a la altura de los grandes del género. En ‘Mad Max: Furia en la carretera’ ya le robaba el protagonismo al propio Max. Y en esta precuela/spin-off se confirma lo que intuíamos: Imperator Furiosa es un personaje con un potencial enorme para convertirse en una leyenda del cine de acción y ciencia ficción. Solo le faltaba tener su propia mitología. Miller narra su origen de la mejor manera: reformulando el argumento universal de la forja de un héroe/heroína y adaptándolo tanto al universo ‘Mad Max’ como a las nuevas sensibilidades contemporáneas.
3. Las escenas de acción siguen siendo furiosamente buenas. Es cierto que no resisten la comparación con las de ‘Mad Max: Furia en la carretera’ -pero, ¿qué secuencia de acción lo hace?- y que el exceso de digital las desluce un poco, el CGI no está tan bien integrado. Sin embargo, cualquier director de blockbuster mataría por rodar algo mínimamente parecido al extraordinario prólogo de ‘Furiosa’. Del espectacular ataque al camión cisterna ni hablamos. Todo un derroche de talento coreográfico y dominio de la puesta en escena al alcance de muy pocos.
4. La iconografía es tan imaginativa como siempre. Una cuadriga motorizada, camiones con doble motor, un hombre con la historia del mundo tatuada en el cuerpo, criadores de gusanos de cadáveres, un pulpo… La imaginería punk apocalíptica siempre ha sido uno de los puntos fuertes de la saga ‘Mad Max’. Y en ‘Furiosa’ no lo es menos. Escenarios, personajes (el diseño de vestuario es nuevamente de la multi-oscarizada Jenny Beavan) y todo tipo de vehículos tuneados siguen siendo un derroche de creatividad visual y locura estética.
5. Dos horas y media que se pasan “como un pepino”. “¿Ya se ha acabado?”, fue lo primero que pensé cuando salieron los créditos. Acostumbrados a ver blockbuster más inflados que los bíceps de Chris Hemsworth (por cierto, la Pataky hace dos pequeños papeles), ‘Furiosa’ es todo lo contrario: no le sobra un segundo. La película está narrada de maravilla, sabiendo siempre cuándo hay que pisar el acelerador y cuándo el freno. Un relato épico dividido en cinco capítulos donde hay de todo: drama shakespeariano, acción hiperbólica, epopeya pos-apocalíptica, toques de humor (el villano de comic Dementus) y un discurso satírico sobre los liderazgos populistas y estúpidos. El final puede ser un poco anticlimático y con un exceso de cháchara explicativa, pero… ¿qué más da?